En blanco y negro

Descalabro

En 1950 EEUU generaba el 60% de la producción manufacturera mundial y la mitad del PIB del mundo. En 1999 representaba el 25% del Producto Bruto Mundial. En 2007 declinó al 21,4%. En 1960 el 47% de la inversión directa en el mundo era de origen estadounidense; en 2001 ese porcentaje bajó al 21%. En 2002 nueve de las diez industrias electrónicas y de equipos eléctricos más grande del mundo no eran norteamericanas. En 1950 EEUU monopolizaba esta industria en el ámbito mundial.

A su vez, ocho de las diez industrias de automóviles, siete de las diez refinadoras de petróleo, seis de las diez compañías de telecomunicaciones, cinco de las diez empresas farmacéuticas, cuatro de las seis productoras químicas y cuatro de las siete líneas aéreas más importante del mundo no son de EEUU. Dos de los más importantes bancos del mundo son americanos (Citygroup y el Bank of America), pero de los veinticincos bancos más grandes mundialmente, diecinueve no son de EEUU. Y es el segundo país en el mundo generador del contamínate dióxido de carbono que está causando el calentamiento global.

El descalabro del “sueño americano” han conducido a déficit crónicos (consume más que lo que ahorra, entre otras variables). El déficit comercial debido a que importa más de lo que exporta, indujo a un saldo negativo que en 2007 fue de 711 mil millones de la chatarra del dólar, que se traduce en signos de decadencia y debilidad. Enfrenta una crisis irreversible debido al agotamiento del modelo de desarrollo capitalista cuyos efectos colaterales ha generado una crisis económica, financiera y social en los grandes centros del mundo capitalista, degenerativo por la senilidad del sistema. Nunca hubo más infancia abandonada en la calle. Nunca hubo un mayor incremento de los vicios de las drogas, del tráfico de estupefacientes.

Nunca hubo una mayor renuncia a valores que fueron siempre sagrados para todos nosotros, los latinoamericanos, y podemos decir, que nunca hubo menos esperanzas, porque justamente el neoliberalismo no es una teoría del desarrollo, el neoliberalismo es la doctrina del saqueo total de nuestros pueblos. El neoliberalismo que enarbola de la derecha fascista no nos promete nada porque, incluso, en los países desarrollados y súper desarrollados, el neoliberalismo no resuelto nada, no han podido resolver ni tan siquiera el problema del desempleo. Hoy vemos las posibilidades que tiene el pueblo, incluyendo los pueblos del mundo, y sobre todo los pueblos unidos, los pueblos coordinados y luchando en una misma dirección inequívoca hacía el socialismo como respuesta, como alternativa y como la única opción para salvar del descalabro toda forma de vida en nuestra hermosa Tierra.

Estamos frente a adversarios obcecados por el afán de lucro y las ansias de poder, poderoso en todo, menos en ética, moral e ideas, sin mensaje ni respuesta a los graves problemas políticos, económicos y sociales que martirizan al mundo actual. Nunca hubo tanta confusión, descontento e inseguridad en la esfera internacional. En esta profunda crisis política y económica, el imperialismo, el capitalismo salvaje, no puede escapar de su propia sombra y ahora de su propia aniquilación. Por eso en su agonía está su voracidad, su incesante criminalidad, porque está condenado a saquear más al mundo para subsistir y a promover el descontento que ahora trae consigo la rebelión universal, incluidos la de sus propios aliados aglutinados en el sindicato de naciones imperialistas de la OTAN.

Sí es que la humanidad desea subsistir ante la amenaza global del decadente capitalismo salvaje. “Socialismo o barbarie”.


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Alberto Vargas

Abogado y periodista, egresado de la UCV, con posgrado en Derecho Tributario y Derecho Penal. Profesor universitario en la cátedra de Derechos Humanos

 albertovargas30@gmail.com

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