Por si no lo sabían, por si todavía quedan algunos que no lo han sentido, ¡el lobo está aquí! La metáfora que en aquel cuento de nuestros lejanos días de colegio, que por fin devoraba las ovejas, confiadas al pastorcito mentiroso, se hace criatura de una realidad de terror, y esgrime su mismo nombre de siempre, y en medio de un coro de rancheras, nos dice a lo mero macho que a pesar de sus innumerables lavativas, él sigue siendo el inamovible rey Merentes del Banco Central.
Coño, aquí si se subió la gata a la batea. Merentes, nuestro prócer, forzando hasta el extremo su intelecto economicista, inspirado en Milton Friedman, nos anuncia que podemos cargar 100 mil bolos en 5 billetes de 20 mil…; no termina la frase el aventajado alumno de la Escuela de Chicago, el Chicago boy; es decir, no admite el inefable, que con los fulanos 5 billetes, no resolvemos el diario de la casa.
Merentes es arrestao, con su báculo de Old Parr, de la cosecha más antigua, en medio de la inolvidable ranchera de José Alfredo Jiménez, grita en medio de la parranda: "Yo sigo siendo el rey", "y mío es el Banco Central". El patriota, en medio de la euforia no repara que sus 5 billetes de veinte mil, un poco más del sueldo mínimo, no alcanzaran para comprar un caucho 13 para el viejo cacharro que comienza a podrirse en la casa, donde todo el dinero que entra no alcanza para la papa diaria. Merentes es sin duda un buen anunciador, que anuncia que su coño monetario es la solución para enfrentar a la liberación de precios, que ahora todos sentimos como el lobo repotenciado que está matando de hambre al bravo pueblo de Venezuela.
Ese terrible lobo, es el capitalismo tal cual, que el imperialismo cría, y le afila las garras con la ayuda de los meros machos, como Merentes, para que devore con sus fauces de hambre a la clase obrera, con sus niños, que ya no podrán ir a la escuela a desmayarse.
El coño monetario, es la obra cumbre del reputado doctor en matemáticas Nelson Merentes Díaz, nuestro prócer, ¿qué te pasa? Es inamovible del Banco Central, en virtud de sus invalorables servicios a la patria; de sus loables esfuerzos en la asesoría de la materia económica, el diseño del control de cambio, la política cambiaria, y la pulcritud en el manejo de las divisas. Merentes para todo lo relativo a la economía, coño. Es tan eficiente, tan brillante el doctor Merentes, que sería el mejor candidato para presidir el mismo Banco Central en un hipotético gobierno de la MUD, un millón de veces negado, pues el pueblo trabajador venezolano, no estaría en capacidad de resistir una desgracia más.
No sería extraño que el excelentísimo doctor Merentes, con su suficiencia matemática, haya asesorado a los empresarios de la burguesía vieja y nueva, y la pequeña burguesía, en el diseño del plan de liberación de precios que estos insignes servidores del pueblo trabajador venezolano, le presentaron a nuestro gobierno revolucionario, el cual, fue aprobado. Pudiera ser que nuestro insigne Merentes, tenga por ahí guardada, una nueva ecuación matemática de su fecunda autoría, cuya definición sea: liberación de precios, igual a regulación de salarios. Estoy viendo a Pitágoras reconstruir el polvo de su fémur para acariciar con él, la creciente calva de nuestro héroe.
Con amigos revolucionarios, y socialistas del socialismo crítico de la Escuela de Fráncfort, como Merentes, no necesitamos enemigos ultra capitalistas, del capitalismo real, y hasta científico, ¿por qué no? como Milton Friedman, con sus ideas, porque ya no está físicamente, como Churchill, y su legado ideológico, digo, o como el mismísimo Levy Strauss, estructuralista, y por ende idealista, y forjador también, de algún modo, del ultra capitalismo de hoy, que nos golpea en el estómago, en la cara, y en la figura.
¡Con mi Merentes, no te metas!