Desde el compromiso militante en el marco del Congreso de la Patria, Capítulo Carabobo, en movimiento y en la calle; y ante la situación económica, social y política que hoy estremece al país, afecta la tranquilidad, el bienestar y la paz de nuestras vidas, en el contexto de las festividades navideñas, hacemos un llamado a la conciencia nacional, patriótica, independentista, popular y revolucionaria, para mantenernos unidos como un solo pueblo indestructible frente a las agresiones de la guerra económica, mediática, criminal y cultural (globalmente guerra no convencional), puesta en marcha para consumar el golpe de estado contra nuestro presidente Nicolás Maduro y la revolución bolivariana. El imperialismo yanky (el mismo de Obama y de Trump), la burguesía apátrida de FEDECÁMARAS, CONSECOMERCIO y VENAMCHAN, los políticos lacayos de la MUD y los falsos sacerdotes de la Conferencia Episcopal, son los enemigos de nuestra patria, del proceso bolivariano y de la soberanía de la República. A partir de esta premisa, emitimos el siguiente balance político de la actual coyuntura histórica, con base en los siguientes elementos:
Primero. Es importante y necesario, puntualizar que en la actual República Bolivariana de Venezuela impera el estado de Derecho y de Justicia, consagrado en nuestra Carta Magna. Esto quiere decir que la primera y absoluta instancia para ventilar y resolver los conflictos sociales, económicos, políticos, ideológicos, culturales, educativos, comunitarios, militares, religiosos, es nuestra Constitución. En ella está la suprema voz de la legalidad y la justicia de nuestro país. Dentro de ella, todo; pero, fuera de ella, nada. Esa ha sido y sigue siendo la máxima de nuestro proceso político-institucional, que nuestro pueblo ha hecho y seguirá haciendo valer por encima de las circunstancias que sean, tal como lo demostró el 13 de abril de 2002, cuando rescató al presidente Chávez del golpe de estado del 11 de abril de ese año, dado por la misma derecha fascista de hoy; y restituyó la vigencia de la CRBV, que había sido derogada por ellos. De allí la lección y el aprendizaje histórico de que en nuestra patria “todo 11 tiene su 13”, es decir, al golpe le daremos su contra-golpe.
En consecuencia, es pertinente reafirmar que la estabilidad del país y las garantías de los derechos y deberes de nuestro pueblo, se sustentan, primero, en la soberanía popular que se ejerce a través de la participación y el protagonismo socio-político de las comunidades organizadas; segundo, en la vigencia plena de la Constitución; tercero, en la unidad y coherencia de los cinco (5) Poderes Públicos en obediencia a esa soberanía, al texto constitucional y alrededor de la figura presidencial que dirige el Estado venezolano. Así quedó demostrado, en la reciente aprobación del presupuesto nacional del próximo año 2017. Aunque el Poder Legislativo quedó auto excluido y reducido a la nada por la política oposicionista, desestabilizadora y golpista de su actual directiva anti-popular y apátrida perteneciente a la MUD.
En ese sentido, los acontecimientos en desarrollo han demostrado una vez más que el Ejecutivo Nacional representa el primer poder y concentra la mayor responsabilidad, tal como la viene asumiendo el compatriota Nicolás Maduro, quien ejerce las funciones de Presidente de la República, Jefe de Estado, Jefe de la Hacienda Pública, Comandante en jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Jefe de la política internacional del Estado y Líder Supremo del pueblo soberano, bolivariano y chavista. Por esa razón es absurda, impertinente y anti-constitucional, la pretensión de los diputados fascistas de imponerle un presunto juicio político a nuestro Presidente.
En sentido contrario a lo que hace la MUD, el verdadero deber constitucional de la Asamblea Nacional, junto a los otros tres poderes, además de ejercer sus propias funciones, consiste en coadyuvar al buen funcionamiento del Estado y del Ejecutivo Nacional, a través de la cooperación crítica, la vigilancia, la contraloría y la solidaridad, en el marco de la co-responsabilidad que establece la Constitución. Sobre esa base se sustenta la obligatoriedad moral y ética del diálogo político entre los representantes de los poderes públicos, las diferentes fuerzas políticas, sociales, económicas y culturales del país. Es ése y no otro el método para canalizar las diferencias, fortalecer las coincidencias y preservar la paz, la estabilidad y el bienestar de la Patria, representada por el colectivo de hombres y mujeres que trabajamos, luchamos y soñamos por ella.
Para quienes sí la sentimos en la sangre, la patria no es una abstracción, ni una ilusión, ni un adorno discursivo o meramente retórico; la patria somos la gente de carne y hueso que la habitamos territorial y espiritualmente, la sentimos cada día y la amamos eternamente con toda la fuerza material y espiritual de sus mejores costumbres, leyendas, heroicidad, pensamientos, batallas, legados y tradiciones
de grandeza, nobleza, lucha y dignidad. Por eso, nuestro culto sagrado a los héroes y heroínas de las vertientes indígena, negra y mestiza que forjaron lo que hoy somos.
Segundo. En contraste con ese deber de unidad y coherencia institucional, vinculado a la visión histórica, moral y ética de la patria, la MUD, en vez de administrar correctamente su fuerza mayoritaria circunstancial en la Asamblea Nacional y orientar sus funciones legislativas en pro del país, irrumpe novelescamente el 5 de enero de 2016, de manera abrutada, torpe y obstinadamente golpista contra el Jefe del Estado, el presidente Nicolás Maduro. Y en eso, se le fue su primer periodo anual lleno de frustraciones, desengaños, trampas y divisiones. En definitiva, un verdadero y vergonzoso desastre, probablemente inédito en la historia parlamentaria de nuestro país. He aquí un resumen elaborado por el bloque parlamentario de la patria que muestra la nefasta, absurda y loca gestión exclusivamente golpista de la MUD:
1. Golpe frustrado. Le dieron al Presidente Nicolás Maduro 6 meses de vida en el Gobierno, pero a un año de golpismo, aquí sigue la marcha de la Revolución y seguiremos batallando y venciendo bajo la conducción revolucionaria, protegiendo a nuestro pueblo y avanzando a pasos firmes en la estrategia de concretar la Venezuela productiva.
2. Le dieron la espalda a sus propios electores al no atender la emergencia económica; más bien jugaron a profundizarla en todos los campos de la economía.
3. La agenda de sus pugnas internas por quién llega a la Presidencia, se impuso por sobre la agenda de soluciones que le prometieron al país.
4. Han mostrado odio por el pueblo y por los símbolos de la Patria, con la expulsión atroz de las imágenes del Comandante Supremo Hugo Chávez y del rostro fiel del Libertador Simón Bolívar.
5. Organizaron acciones violentas para desatar un estallido social, pero la conciencia del pueblo los derrotó.
6. Desacataron sistemáticamente las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia con la incorporación de los diputados impugnados de Amazonas, y con la sentencia que modificó el reglamento interno de la Asamblea Nacional que ellos mismos solicitaron. Además, anunciaron que no acatarían ninguna de las sentencias del máximo tribunal del país, lo cual produjo como consecuencia que ELLOS MISMOS SE ANULARAN, quedando todas sus actuaciones y decisiones como inconstitucionales y por lo tanto nulas de toda nulidad, jurídicamente inexistentes e ineficaces.
7. Por sus propias pugnas internas, no comenzaron a tiempo la activación de un Referendo Revocatorio y cometieron un mega fraude con 605.727 firmas chimbas para el 1% que tenían que consignar como primer paso, intentando hacer creer a Venezuela y al mundo que este año debía haberse efectuado, desconociendo la Constitución y los reglamentos del CNE aprobados en el año 2007 con los que se hicieron más de 10 referendos revocatorios, en los que ellos participaron sin cuestionar sus lapsos y procedimientos.
8. Con la clara intención de dar un Golpe de Estado Parlamentario, inventaron la figura del “juicio político” al Presidente de la República para destituirlo e iniciaron procedimientos inconstitucionales para la remoción de las rectoras del CNE y de todos los magistrados del TSJ, al mismo estilo del Carmonazo.
9. Se han convertido no sólo en la oposición al Gobierno Bolivariano, sino oposición a las soluciones de los problemas nacionales. Son la principal oposición a la propia Constitución. Son la oposición al pueblo.
Desde enero hasta junio de 2016 los integrantes de la MUD con muchas contradicciones internas, debatieron todas estas opciones para “salir del Gobierno del Presidente Nicolás Maduro”: renuncia, revocatorio, constituyente, enjuiciamiento, incapacidad mental, nulidad de elecciones por nacionalidad, enmienda y/o reforma para acortar el período constitucional, presión social en la calle, entre otros métodos insurreccionales. Todas fracasaron. Nicolás Maduro sigue y seguirá siendo el Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela.
Tercero. Ante ese estruendoso fracaso político-parlamentario de la MUD, sus progenitores imperialistas y burgueses apátridas, han intensificado el ataque contra la revolución en el terreno económico, especialmente a través de la inflación inducida y la afectación del sistema monetario-financiero nacional. Es por eso que hoy estamos en presencia de dos ataques fundamentales. Por un lado, la especulación despiadada y bestial de los precios de todos los productos y bienes del mercado capitalista con la cual se pretende incrementar el hambre, la pobreza y el sufrimiento de nuestro pueblo; y por el otro, un combate crucial en el terreno de la liquidez monetaria, cuyo objetivo es dejarnos sin circulante de papel-moneda en los bancos y los tele-cajeros, así como el bloqueo de las compras electrónicas por los puntos de venta. Todo eso para provocar una parálisis total y definitiva de la economía nacional, responsabilizar mediáticamente al Presidente y provocar el golpe de estado.
En ese sentido, se trata de un escenario más de la guerra económica prolongada, que se suma a los escenarios anteriores. Recordemos el acaparamiento y la escasez de productos, cuyo momento más intenso lo vivimos durante el mes de mayo; la inflación creciente e inducida desde la estructura ilegal de Dólar Today, tal como lo ha demostrado el estudio científico elaborado por la investigadora Pasqualina Curcio; las colas en las grandes cadenas de autos y super mercados, fomentadas por la burocracia corrupta desde las viejas estructuras del Estado burgués y las mafias de la economía alimentaria; el bachaquerismo delincuencial y usurero, fomentado desde arriba para desmoralizar y corromper a los de abajo; la guerra mediática de los grandes medios privados con sus mentiras, tergiversaciones, rumores, desinformación y contra-información; la guerra criminal del paramilitarismo, los asesinatos, la violencia
en todas su formas, el sabotaje eléctrico y en otros servicios públicos, entre otras muchas manifestaciones de la contrarrevolución.
Es importante destacar que esta vez, el objetivo central del enemigo estaba bien claro y orientado hacia el intento de un golpe definitivo contra el gobierno legal y legítimo, patriótico y revolucionario de nuestro presidente Nicolás Maduro. En esa perspectiva, el enemigo pretendía dejar al país sin liquidez monetaria, es decir, sin dinero efectivo circulante (billetes de 100 y de 50 bolívares) para provocar una parálisis total de la capacidad de consumo del pueblo; y con ello, la desesperación y la locura colectiva. Y en ese caldo de cultivo, reintroducir los billetes de 100, pero vendiéndolos clandestinamente por encima de su valor legal (quizás a 150, 200, 300 bolívares o más), para estimular así la anarquía, la violencia y la muerte; y crear las condiciones que ellos necesitan para el hipotético derrocamiento presidencial. A partir de allí, dar comienzo a la destrucción sistemática y total de todos los logros constitucionales, sociales, políticos, culturales, deportivos, educativos e internacionales de la revolución bolivariana.
Cuarto. Frente a esa amenaza, seria y sumamente peligrosa, el presidente Maduro toma la decisión sabia y oportuna de eliminar la validez del billete de 100 bolívares, el cierre de la frontera y la recolección nacional de los billetes de 100 que estaban en manos de la gente dentro del país. Con esto, sorprende a las mafias extranjeras y les liquida la continuidad del plan desestabilizador. En tres días de recolección de los billetes de 100, el resultado concreto de esta medida fue altamente satisfactorio, pues, del 2% disponible en que había quedado la liquidez monetaria, se pasó al 80%. Con esto, el Estado venezolano y el sistema financiero nacional recuperaron su fortaleza.
Inmediatamente, el enemigo contra-ataca a través de sus infiltrados, saboteando la llegada prevista de los nuevos billetes de 500, 1.000, 10.000 y 20.000. Con ello casi logran crear la situación prevista en su propio plan, es decir, la escasez total de dinero circulante y la confusión de buena parte del pueblo con el cuento mediático de que el presidente Maduro está improvisando y actuando sin un plan económico serio. Resulta evidente que acompañan el contra-ataque económico con la activación mediática de la tesis peregrina del Maburro, es decir, el Presidente bruto e incapaz. Entonces, la pregunta pertinente que la mediática fascista no puede responder es: ¿Por qué no lo han podido tumbar y andan locos de bola, derrotados y sin apoyo de nuestro pueblo ni de la comunidad internacional? Y en cambio, hoy Maduro mantiene en las encuestas del compatriota Schemer, el 51% de confianza a su favor como la persona que puede enfrentar y solucionar la crisis económica en este próximo año 2017.
Frente a ese ataque, rápidamente el Presidente evalúa la situación y decide reactivar la circulación del billete de 100 junto a otras medidas de control hasta el 2 de enero de 2017. Con esta respuesta las mafias quedan neutralizadas económicamente; pero recurren con premura al ataque político activando el elemento insurreccional donde pueden hacerlo. Aparecen, entonces, los saqueadores y criminales en ensayos insurreccionales en los estados Bolívar, Apure, Táchira, asaltando licorerías, ferreterías, peluquerías y, por supuesto, supermercados. Estas acciones, impulsadas y operadas por grupos fascistas o de delincuentes a sueldo de la MUD, tienen su respaldo mediático en el Facebook de Dólar Today donde aparecen como protestas insurreccionales legítimas del pueblo venezolano contra el régimen dictatorial de Maduro que está en una supuesta crisis final y, por tanto, casi caído.
Todos estos acontecimientos cruciales de fin de año, demuestran que, efectivamente, estamos en una verdadera guerra, pero no de balas y bombardeos aéreos (gracias a Dios); sino de movimientos, desplazamientos y posicionamientos económicos, mediáticos, socio-políticos, estratégicos y en el marco de una confrontación histórica-cultural entre los valores humanos, morales y éticos, económicos y sociales, políticos y militares, culturales y religiosos, de dos modelos antagónicos:
De un lado, el capitalismo rentista, dependiente, apátrida, egoísta, anti-humano y explotador del siglo XX venezolano, nacido de la vieja civilización europea-norteamericana de los siglos anteriores; y frente a él, el proyecto bolivariano independentista, de soberanía y libertad, de democracia participativa y protagónica, de derecho y de justicia, de cooperación y de paz, de integración y de unidad con toda Nuestra América, en fin, el proyecto del nuevo socialismo del siglo XXI, fundamentado en la CRBV y las Leyes del Poder Popular e igualmente sistematizado en el Plan de la Patria, liderado originalmente por el comandante Hugo Chávez y hoy comandado por el primer presidente obrero-chavista de la patria libre y soberana, Nicolás Maduro, que ha sabido fortalecer la conciencia, el protagonismo y la lucha de nuestro pueblo en unidad cívico-militar, patriótica y revolucionaria.
Quinto. Todos estos elementos indican que el año 2016 se cierra con una MUD en derrota total, pero con un imperio y una burguesía que siguen teniendo capacidad de ofensiva económica, mediática, criminal y cultural para proseguir la guerra no convencional y de Cuarta Generación contra nuestro país, nuestro pueblo y nuestro gobierno. Nos corresponde mantener y fortalecer la resistencia victoriosa, con la movilización permanente en la calle, avanzando con nuestro proyecto de nuevo país y el liderazgo propio, independiente, digno y valiente, encarnado en Nicolás Maduro. En el marco de esta correlación de fuerzas, estamos obligados a lograr la victoria definitiva por la vía del desarrollo de la nueva
economía productiva, nacional, soberana e independiente, diversificada y fundamentada en relaciones de derechos y de justicia para el bienestar colectivo y no solo para los capitalistas.
En tal sentido, llamamos a respaldar y a trabajar junto al presidente Maduro con el plan de desarrollo de la nueva economía productiva con base en los 15 motores. Las comunidades organizadas deben dedicarse al fortalecimiento de la economía comunal, social y socialista, la agricultura urbana en su diferentes formas y el desarrollo organizativo de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción, CLAP. Nuestra población campesina debe desarrollar a fondo el motor agroalimentario; y nuestra clase obrera, los Comités Obreros de Producción en los motores farmacéutico, industrial, construcción, etc. Igualmente, es necesario ampliar la fuerza y eficacia de la Gran Misión Abastecimiento Soberano, GMAS. Todo ello, para derrotar totalmente la guerra económica, superar la crisis y entrar de lleno al nuevo periodo histórico de desarrollo económico productivo nacional, independiente, soberano, popular y socialista, en el marco de nuestra Constitución, el Plan de la Patria, las leyes del Poder Popular y demás instrumentos del proceso bolivariano.
Sexto. Es necesario evaluar objetivamente y de manera crítica y autocrítica, el hecho de que la crisis económica prolongada, ha generado su correlato en una nueva crisis del partidismo polarizado, esta vez MUD vs PSUV-GPP, cuya expresión más evidente es el rechazo popular a las cúpulas partidistas, la pérdida de confianza y credibilidad hacia la burocracia de los partidos, de las instituciones y del mismo gobierno bolivariano. Es indudable que el burocratismo (como degeneración moral y ética de la burocracia necesaria) se asocia a la ineficacia, la ineficiencia, el saboteo y la corrupción en sus múltiples formas. El burocratismo significa desprecio hacia el pueblo. Por esa razón, el pueblo rechaza y castiga al burocratismo. Es esa la razón por la cual mucha gente ha empezado a hablar de una tercera opción.
Desde ya, nosotros nos atrevemos a decir que en esta etapa histórica no es posible ninguna tercera opción; y hablar de ella es hacer demagogia y tender una nueva trampa al pueblo. Sencillamente, estamos en pleno desarrollo de un gran conflicto histórico entre los dos modelos ya señalados, sin que se haya resuelto definitivamente aún. Aquí prevalece todavía, por un lado, la estructura del viejo capitalismo rentista y dependiente, con toda su superestructura jurídica, política, socio-cultural; y frente a esa realidad, nació la alternativa liberadora y socialista-chavista, que se ha venido desarrollando en lo político-institucional, lo social y lo cultural, desde el gobierno popular, patriótico y revolucionario.
Ubicados dentro de este gran conflicto histórico, estamos obligados moral y éticamente, como lo hizo el comandante Chávez, a reconocer autocríticamente que dentro del gobierno bolivariano y la estructura partidista del PSUV-GPP, se han enquistado y fortalecido las viejas podredumbres del burocratismo y la corrupción de la cultura capitalista. En ese sentido, hacemos un llamado a quienes ejercen liderazgos desde la Gobernación, el Consejo Legislativo, Alcaldías, Cámaras Municipales, ministerios e instituciones nacionales y regionales para que revisen autocríticamente sus respectivas conductas, gestiones públicas y privadas para que se definan ante los reclamos y clamores del pueblo. O asumen de manera plena y absoluta la eficacia revolucionaria con base en la moral y la ética socialista–chavista; o se deslindan del bolivarianismo y cabalgan su burocratismo y traición en otras estructuras bien lejos de la revolución. En todo caso, el pueblo soberano, con su participación y protagonismo, siempre será sabio para colocar cada cosa en su justo lugar.
Séptimo. Ubicados en esa perspectiva, reiteramos que la MUD se encuentra en su peor momento, my crítico, sin proyecto unificado, sin legalidad institucional, sin audiencia, ni legitimidad popular. Su fragmentación y descentramiento organizativo; la competencia por el liderazgo y las candidaturas presidenciales; su pérdida de fuerza social en la calle, la desmoralización y confusión de sus seguidores, la invalidan como opción de poder. Uno de sus espectáculos más tristes y graves lo vemos en las pantallas de la televisión cuando los pocos jóvenes que logran movilizar, expresan a los periodistas que, o no saben el motivo ni el destino de la marcha o andan desesperados por crear violencia para sacar a Maduro ya; y por esa misma impotencia, atacan e irrespetan a los actores principales de la MUD. En síntesis, la MUD es hoy una referencia política en crisis, sin fortaleza orgánica ni social, sin valor intelectual significativo; moral y éticamente descalificada para merecer la confianza del pueblo como opción de poder, porque seguramente sería un desastre que nos llevaría a la anarquía y la guerra. Por esas razones, su proyecto es sencillamente inviable.
Por el contrario, el proyecto bolivariano y chavista, liderado inequívocamente por el presidente Nicolás Maduro, goza hoy de una gran fortaleza política, orgánica, moral y ética dentro del país, en América Latina, el Caribe y el mundo entero. La gigantesca y bestial campaña contra su liderazgo, puesta en marcha y mantenida durante estos tres años por el imperialismo norteamericano, a través de la mediática contrarrevolucionaria, no ha podido ni podrá derrotarlo. Cuando Obama lanzó su Decreto presidencial contra Venezuela en abril de 2015, Maduro convocó al pueblo venezolano para la defensa de nuestra soberanía y logró recoger más de 11 millones de firmas de la población electoral en respaldo
a la solicitud de derogación de dicho Decreto. Luego, se le presentó a Obama en la Conferencia de las Américas en Panamá y le exigió respeto a nuestra soberanía.
Esas 11 millones de firmas representan la verdadera fuerza patriótica, independentista y bolivariana de nuestro país, superior cuantitativamente a la militancia del PSUV-GPP. Eso implica convertir los 11 millones de firmantes en la gran alternativa política-organizativa-electoral para la nueva etapa de la revolución anti-imperialista que hoy lidera con firmeza, valentía y dignidad el presidente Nicolás Maduro. En tal sentido, los juramentos realizados en Campo Carabobo el día 6 de diciembre; y el de Caracas el pasado sábado 17, nos comprometen con el plan de lucha y defensa de la revolución del periodo 2017-2018, para asegurar las victorias necesarias en la continuidad del proceso bolivariano hacia el cierre victorioso de la era Bicentenaria en el 2030 y más allá por siempre.
Hoy, somos un país con plena libertad y soberanía política. Tenemos un gran avance en el mejoramiento de la vida social-educativa, deportiva y cultural de nuestro pueblo; un apreciable desarrollo de toda la infraestructura urbana y rural en vialidad-transporte-comunicación y servicios de electricidad, agua y telefonía. Nuestra política internacional, que goza de gran prestigio y solidez, sigue fundamentada en el reconocimiento de la realidad multicéntrica, el respeto a la soberanía de las naciones y la paz necesaria en el mundo. Esto lo reconocen la Organización de Naciones Unidas, el Movimiento de Países No Alineados, las principales naciones de África y Asia, Rusia, China, Irán, India, Turquía, así como los países de la OPEP. Igualmente, somos la vanguardia de los procesos de integración y unidad en América Latina y el Caribe, cuyas fortalezas están representadas en PETROCARIBE, ALBA, UNASUR, CELAC, MERCOSUR, con lo cual se ha potenciado el desarrollo independiente y soberano de la región.
El Congreso de la Patria es la alternativa para la renovación, el reagrupamiento y relanzamiento de la ofensiva anti-imperialista para consolidar nuestra soberanía e independencia, siguiendo el legado más auténtico del comandante eterno, siempre en Unidad, Lucha, Batalla y Victoria.
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