He visto por allí a algunos voceros del PSUV amenazar a ciertas personas con la Constituyente. Flaco servicio se le hace a la convocatoria del Presidente Maduro al utilizar este mecanismo válido, constitucionalmente hablando, para amedrentar a algunas personas de la oposición. Algunas de ellas, como la Fiscal Luisa Ortega Díaz, se están "siquitrillando" ella misma. Cada día se mete más y más en lo hondo de la perdición. Igual sucede con algunos diputados de la derecha, tal es el caso de Tomás Guanipa, Freddy Guevara, José Luis Olivares y Miguel Pizarro.
Estos diputados se están poniendo la soga al cuello, a la luz de todo el mundo. Los videos hablan por sí solos. Lo mismo ha venido haciendo algunos alcaldes, en algunos lugares bien conocidos del país donde la derecha es gobierno. Por tales razones, pregunto: ¿Señores del PSUV que necesidad hay estar amenazando a los opositores? ¿Por qué no se espera la instalación de la referida Asamblea Nacional Constituyente y que sea ella la que actúe apegada a derecho? Esta gente se está "matando" así misma, como lo hizo Chacumbele. ¿Para qué entonces gastar pólvora, sin necesidad? Además, es muy fea esa actitud de prepotencia a través de los canales de televisión.
La valentía no hay que demostrarla ante una cámara de televisión. Eso hay que dejarlo cuando sea necesario y cuando lo requieran los acontecimientos. Hay personas que son muy valiente ante un micrófono. Tal es el caso de Richard Blanco, Henrique Capriles, Tomás Guanipa, José Luis Olivares, Freddy Guevara, Lilian Tintori, María Corina Machado, y, hasta la mismísima nueva jefa de la MUD, Luisa Ortega Díaz.
Eso es una cosa. Pero la otra cosa, desdice mucho de lo que hacen estos líderes de la violencia en el terreno de los acontecimientos cuando se desmayan tan sólo al oler el humo de las bombas lacrimógenas. Allí es otro cantar. El PSUV también existen algunos comandantes del micrófono.
Me gustaría ver que algunos voceros del PSUV le bajen dos al verbo amenazador. No es necesario, señores. La batalla final está cerca, entonces, ¿por qué amenazar? ¿Por qué no esperan que llegue la hora? Como se dice en el mundo del dominó: "Mano segura no se tranca".