Es imposible, por no decir otra cosa, dudar de la calidad humana de Hugo Chávez, un líder que ha sembrado la pasión y la solidaridad de la vida no solo en Venezuela, sino en Latinoamérica, el norte de este continente, Europa y el resto del planeta.
Y digo que ha sembrado porque no ha dejado de hacerlo, como bien lo sabe la mayoría de los habitantes de esta única, valerosa e increíble nación.
Recordar, como en efecto millones de personas debieron haberlo hecho, el Día del Padre, el programa Aló Presidente del 16 de junio de 2006, es volver a reflexionar sobre esa visión que tiene el rebelde Comandante llanero en torno a la vida y la responsabilidad del ciudadano.
Y escribo la palabra tiene, por la sencilla razón de que el barinés está "vivito y coleando" para millones de personas, tal como lo está el caraqueño Simón Bolívar, el Libertador, un gigante cuya espada recorre América Latina y además, su presencia viva, mujeres y hombres reiteran de modo permanente.
Y en esa fecha, en esa ocasión y ahora, el tema de la paz ha estado presente, lo que es reiterado continuamente, como es el hecho de decir que, la revolución bolivariana es una democracia inclusiva, protagónica y pacífica. La paz siempre ha sido una insignia en la tierra de Bolívar y Chávez.
Y la mayoría del país apuesta a la paz, pese a las agresiones desenfrenadas de grupos criminales que son financiados por sectores políticos de la Derecha venezolana y la Derecha empresarial corporativa estadounidense.
Y esa calidad humana de Chávez fue puesta de relieve cuando en un momento de la vida en el hermano país, la senadora y luchadora por los derechos humanos, Piedad Córdova, un año después, cuando asistía a un Aló Presidente, le manifestaba que era necesario un acuerdo humanitario.
Y más adelante, solicitó en nombre de los hombres y mujeres de su país que apostaban a la paz una cita a los fines de que "usted sea el mensajero de nosotros en mundo, para que en Latinoamérica se den cuenta de que no somos un problema, sino parte de ese caimán del mundo globalizado que se come a los demás".
Como es conocido por los lectores, Chávez no solo respondió afirmativamente, sino que a pesar de saber los obstáculos para un acuerdo humanitario sostenía que había que superarlos y entre ellos citó a los Estados Unidos como promotor de la guerra en Colombia, ya que le convenía.
Hoy las cosas tienen otro semblante o apariencia pues, hay toda una negociación con la guerrilla en Colombia, en medio de un ambiente político caliente y Estados Unidos desarrolla una guerra de quinta generación con muchas aristas contra Venezuela, mientras la nación responde políticamente, tanto nacional como internacionalmente y avanza hacia la Asamblea Nacional Constituyente y la profundización, en paz, de la revolución bolivariana.
