Las palabras de la entusiasta Alejandrina Reyes, Ministra del Poder Popular para la Cultura,MPPC, nos conducen a un punto interesantísimo a propósito de referirnos a la realidad que hoy día vivimos los venezolanos, entre la perturbación y la paz.
“Estamos en tiempo de Constituyente, tiempo de transformación, somos un pueblo cultor que está activado para transformar el Estado y consolidar la paz a través de la elección de la Asamblea Nacional Constituyente”.
Y es que no toda la ciudadanía entiende -todavía- que un proceso de transformación es eminentemente un hecho cultural, generado por el hombre, de modo individual o en su forma de actuar colectiva. Podemos citar en estas líneas, que un modo individual puede ser el del ciudadano que va construyendo con su espiritualidad, pensamiento, visión y lucha, como los casos de Simón Bolívar y Hugo Chávez, quienes dan un paso hacia el colectivo transformador cuando contagian a otros que se incorporan, comparten y van a la lucha.
Si hacemos la pregunta más sencilla en cualquier sociedad, como es esa que refleja evolución y transformación, ¿Quién o quienes son los que hacen y transforman?, nos encontraremos con una respuesta también de corte sencillo, es decir, ¡ Las personas que trabajan cada día son quienes lo hacen todo! Son los cultores de las sociedades, esa mayoría de personas, con sus costumbres, sus sueños, modos de ser, ideas, opiniones y aportes para la construcción.
Son esos creadores del aparentemente cotidiano día quienes lo hacen todo; día tras día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año, lustro tras lustro, conformando una identidad con características únicas en cada grupo humano.
Y esos creadores, esos cultores, que son todas las ciudadanas y ciudadanos, esos venezolanos, fue lo que plasmó el poeta Gustavo Pereira en el preámbulo constitucional cuando condensó con su pluma una gigantesca esencia de esa mayoría libertadora, de raíces diversas, de pareceres diferentes, pero todos destinados a la búsqueda de la libertad, la independencia, la paz, la justicia y el bien común.
Y hoy, esa herencia de ayer que descansa sobre los hombros de los poderes creadores de la mayoría del país, es la que busca su consolidación con la Asamblea Nacional Constituyente y está de vanguardia en este proceso transformador y no aceptará , por más que se le intente mentir, manipular y aterrorizar, que se aleje de los valores y sacrificios que forman parte del legado del Libertador Simón Bolívar, que el Comandante Hugo Chávez supo valorar, interpretar y enseñó a los venezolanos a que lo asumieran.