A su regreso a Venezuela, después de su fecunda y exitosa gira por varios países del planeta (con trascendentales acuerdos económicos, tecnológicos y políticos en China, de los que habrá que ocuparse en detalle; y con el realce del prestigio internacional de nuestra nación, que un lacayo del imperialismo como Rosales pretende desconocer), el Presidente Chávez, ahora candidato presidencial para el próximo periodo constitucional, ha esbozado, con la claridad que lo caracteriza, en la manifestación que se ha realizado en la Plaza O´Leary, después de una caminata por la Avenida Sucre, los que serán los pilares estratégicos de la revolución en el futuro inmediato.
Cuatro serán los ejes de los cambios que profundizaran las transformaciones radicales que esta demandando con urgencia nuestra sociedad en este momento.
El primero se refiere a la construcción y consolidación de una ETICA SOCIALISTA que le de transparencia y confianza popular a la gestión estatal y pública para eliminar el cáncer de la corrupción, depredación y saqueo de los bienes colectivos. No más parásitos ni sinvergüenzas enriquecidos a la sombra del discurso socialista y la revolución bolivariana. Que se profundice el control social y el castigo para los bandidos de cuello blanco y demás reponeros del patrimonio estatal. La revolución necesita consolidar los valores de la honradez, la honestidad, la pulcritud, la lealtad con el pueblo, el compromiso total con los intereses supremos de la nación encarnada en millones de trabajadores, campesinos, artesanos, desempleados, mujeres, indígenas, afro descendientes, niños, ancianos y sus derechos fundamentales.
El segundo se relaciona con la consolidación de un MODELO PRODUCTIVO SOCIALISTA, que parta de la expropiación y nacionalización de los grandes monopolios capitalistas, que definitivamente supere el capitalismo rentístico y parásito del que solo se beneficia el conglomerado bancario y financiero, desafortunadamente favorecido por políticas macroeconómicas que enriquecen a los compradores de títulos de deuda pública con jugosas tasas de interés. Un nuevo modelo productivo socialista debe propiciar el desarrollo de nuestra industria, de la economía de servicios, del aparato tecnológico y de la agricultura.
El tercero se propone el afianzamiento de una DEMOCRACIA PROTAGONICA Y REVOLUCIONARIA. Necesitamos perfeccionar el dispositivo político de la sociedad consagrado en la Constitucion Política para que florezcan nuevas y más comprometidas subjetividades políticas revolucionarias. La democracia protagónica y revolucionaria debe mostrar sus potencialidades frente al decadente embeleco demoliberal que hace de la participación popular una ficción y un engaño como lo esta confirmando el fraude electoral en México.
El cuarto pretende la conformación de una nueva GEOPOLITICA NACIONAL E INTERNACIONAL, en momentos en que se acelera la decadencia del monstruo imperialista por los reacomodos en el escenario global y la emergencia de un vigoroso y propositivo multilateralismo que desafía el desastroso unilateralismo bushiano.
Y el cuarto se plantea el posicionamiento de Venezuela como una POTENCIA ENERGETICA MUNDIAL dado nuestro enorme potencial petrolero y gasifero, nuestra principal ventaja comparativa en la economía global.
Este es el Programa del presidente Chávez en la campaña en desarrollo hacia el 3 de diciembre y que contrasta con las recetas populistas de los neoliberales lacayos de “Mister Diablo”, el verdadero candidato de la escuálida oposición progringa y puntofijista.
Vamos a la campaña sin triunfalismos ni arrogancia y en un ambiente de unidad revolucionaria, tal como lo acaba de demandar el Presidente en su discurso en la Plaza O´Leary.
Caracas, 1 de septiembre de 2006.