Sigue existiendo en Venezuela una crasa ignorancia sobre el concepto de clases sociales* y sobre capitalismo.
Abundan los marxólogos de la izquierda nacional que de hecho no logran concretar la estructura económica a la cual, cuando hacen sus interpretaciones sobre el acontecer político nacional, terminan identificando como divisiones sociales propias de la superestructura política, y/o como asociaciones tecnolaborales de la infraestructura, .
Hay quienes confunden la presente transición, o comunismo en cierne-al que tildan de castrismo-con el cacareado Capitalismo de Estado. Esto de capitalismo de Estado ha sido una mentira burguesa a la cual apela la burguesía y los mal enseñados por la Política proburguesa cada vez que algún gobierno trata de aplicar privaciones y competir con el libre mercado como, por ejemplo, meterse a fabricante y distribuidor de mercancías fabricadas con costes subsidiados
Estos falsos críticos y enemigos de la revolución en marcha infieren que las ayudas keynesianas a empresas privada están gravadas por funcionarios corruptos, tal como los que ellos conocen, y como practican su personal capitalismo de Estado.
Esa pésima versión responde a que siguen creyendo que aquí han existido capitalistas bajo la concepción ortodoxia marxista, o sea, empresarios dueños de medios de producción, de mucho capital dinero y tierras mal habidas, que compran fuerzas productivas y las ponen a funcionar en búsqueda de ganancias con cargo a los asalariados que contraten.
Ciertamente, en Venezuela ha ocurrido que nuestros asalariados de toda la vida nacional desde el siglo pasado y de esta parte del siglo XXI no han estado al servicio de capitalistas verdaderos, sino de los ya identificados como burguesía rentista y parasitaria.
Se trata de empresas de fachada jurídica con personal "artístico" fundadas con el exclusivo objetivo de sacarle dinero petrolero al Estado; así lo han hecho y muchas siguen haciéndolo. Lo grave es que bajo esta V república han sido alimentados como tales los mismos que hoy financian la derrota de aquella.
La estrategia de las importaciones de medios de producción, maquinarias, repuestos, materias primas y auxiliares que, a su vez, pasan por intermediarios sitos en el país o pertenecen a los mismos dueños de las fábricas tragadólares, les vino al pelo: reciben dólares con paridad privilegiada y luego usan esas divisas como valores cotizables en el mercado; no producen lo pautado, terminan quebrados y le piden auxilio al gobierno que vuelve a ayudarlos con nuevas pelotas de dólares (caso de algunos Planificadores de la pasada R.-caso latino- y de la presente V República).
Claro que mucho más beneficioso resultaría la "concesión industrial" a empresarios extranjeros que traigan sus propios dólares, sus maquinarias y demás medios de producción de donde les resulte más económico a esos concesionarios, sin que el Estado tenga que entregarle ni 1 dólar. Esto se viene haciendo con algunos países.
De resultas, los viejos empresarios capitalistas podrían ser, perfectamente, infiltrados empresarios representantes clasistas de la burguesía que ya se sabe desplazada de todos los poderes: el político, el económico, el religioso, sociológico y filosófico.
Entonces, es falso que en Venezuela haya habido una clase burguesa y otra proletaria; en su lugar, hay la clase de los proletarios con un alto porcentaje de trabajadores al servicio lacayuno de esos falsos capitalistas, y hay una clase social mercantilista, una clase política o no estructural. Si a sus integrantes los llamamos clase explotadora burguesa, debemos calificarla como burguesía no empresarial o burocracia corrupta o clase social no estructural.
Buena parte de los yerros y desaciertos cometidos hasta ahora por esta Adminstración han respondido a esa debilucha interpretacion del concepto de clases sociales. Es que en toda sociedad burguesa no debe moverse una hoja de un árbol sin paseársela por el piso económico en el cual siempre tenemos que entrever una clase opresora y otra oprimida porque los mercados no crean ganancia alguna; en ellos sólo se convierte plusvalía en ganancia, o se negocia el trasiego de la riqueza del Fisco Nacional hacia los bolsillos de la clase "burguesa" rentista y parasitaria.
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* Para detalles amplios sobre este concepto: Véase Carlos Marx, Crítica a la Filosofía del Derecho de Hegel.