La coyuntura de la Revolución Bolivariana

Hay momentos en los escenarios políticos del mundo cuando los múltiples factores que intervienen en su dinámica natural crean coyunturas que inciden en la formación de puntos críticos. Éstos, se constituyen como cruce de caminos que obligan a la escogencia de vías para desenredar el desorden de la realidad originado en la coyuntura. Así interpreto el momento en que se encuentra Venezuela dentro del escenario mundial y su punto crítico cuando el Imperio USA amenaza con una intervención militar para someter al gobierno, aniquilar a la Revolución y posesionarse del territorio con todas sus riquezas incluidas.

Sin embargo, en esta coyuntura que se nos presenta, hay un factor que el Imperio USA no ha considerado, o en todo caso, lo ha subestimado (sus actos proceden de la conciencia y del ímpetu por sostener sus principios de soberanía, autodeterminación y memoria histórica de los libertadores y precursores de la emancipación); este actor es el pueblo que constituye una masa de energía organizada en movimientos, grupos, comunidades, asociaciones y entes similares que generan opinión, acciones, teoría y práctica que va mucho más allá de la coyuntura puntual y de las amenazas imperiales.

Este pueblo venezolano, sometido durante 120 días a la presión de USA y sus órganos apéndices como la OEA, la derecha mundial en pleno y las CTN, ha resistido dentro de la dimensión de la defensiva a todos los actos terroristas y de linchamiento regional los cuales superó para pasar ahora a la ofensiva y, así, fortalecer la vía trazada por la Revolución a fin de generar nuevas fuerzas que aceleren la transición del capitalismo al socialismo.

No obstante, las amenazas continúan pero en otra fase de la guerra a que se somete el Proceso Bolivariano. Los 120 días anteriores han fortalecido la conciencia y la espiritualidad de los revolucionarios, sus aliados y a aquellos que rechazan la violencia terrorista de la derecha. Fortaleza para neutralizar los próximo eventos contrarrevolucionarios que sigue planificando USA y la derecha mundial.

Esta coyuntura ha permitido proyectar el Socialismo Bolivariano como un modo de vida que sí puede tener cabida en el mundo global capitalista de hoy. Esto es un punto a favor el Proceso Bolivariana gestado en estos 120 días. Se ha fortalecido la idea que dio origen a la Revolución.

Tomemos como referencias iniciales del Socialismo Bolivariano, los cuales tienden a convertirse en paradigmas por los logros parciales (sociales, políticos, económicos, culturales y militares, recocidos por ONU, FAO, UNESCO y otros entes mundiales) obtenidos en el tránsito de la Venezuela capitalista a la Venezuela socialista (traslación de sistemas a una rata lenta y muy combatida, pero constante y venciendo obstáculos, trabas y dificultades extremas) los que podemos sintetizarlas por oposición al capitalismo, en tres rasgos fundamentales (i) modo de producción, (ii) modelo político; y, (iii) sistema cultural.

(i) Primer rasgo del Socialismo Bolivariano: El modo de producción se basa en el Bien Común del colectivo nacional para alcanzar altos niveles en la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales del ser y así lograr una calidad de vida superior;

(ii) Segundo, el modelo político es la democracia directa (sinónimo de protagónica, participativa, autogestionaria), cuya racionalidad es la transferencia de la toma de decisiones a la comunidad organizada sin intermediación de ningún ente complementario a fin de materializar el poder popular por la vía de la traslación revolucionaria; y,

(iii) Tercero, como consecuencia de las dos características anteriores, surge el sistema cultural sustentado en la emancipación del pueblo (ruptura de los paradigmas que inducen dependencia, sometimiento y alienación), cuya meta es la de construir una sociedad donde se practique de manera consciente y solidaria la libertad, la autonomía, la independencia y la autosuficiencia. La alienación induce a la pérdida de la conciencia crítica y hace del individuo un autómata. Provoca respuestas masivas sin racionalidad ni lógica. Es la alienación cultural una fortaleza del capitalismo para mantener su estructura intacta. No obstante, en la medida que el individuo forma su conciencia, y más si lo hace basado en el pensamiento emancipador de carácter universal, la crítica se convierte en el primer factor que adversa y rompe esos mecanismos alienantes que produce el mercado capitalista.

Considero que el Socialismo Bolivariano que genere este nuevo modo de vida, como consecuencia del cambio de estructura, conduce al establecimiento de relaciones de producción diferentes a las capitalistas y crea la producción socialista fundamentada en el Bien Común. Esto me lleva a desarrollar tres líneas maestras para explicarlo:

Primera línea: Para el Bien Común hay que determinar las necesidades reales del colectivo nacional a fin de redireccionar la producción. Su concreción se alcanza al eliminar los productos inventados por el mercado y se neutralicen los efectos alienantes de la creación de necesidades ficticias que obligan a la sociedad a consumir de manera compulsiva, inducida y etérea;

Segunda línea: reemplazar la categoría beneficio por la nueva condición de la producción socialista como lo sería la de remuneración compensable. Lo explico así, el beneficio como la más significativa de las leyes del mercado capitalista que justifica su verdadera racionalidad, estimula la neutralización de quienes traten de compartir espacios afines (competencia) puesto que su racionalidad la encontramos especificada en maximizarlo (el beneficio) de manera constante y exponencial. Por el contrario y en contraposición a la esencia del socialismo y atendiendo la etapa de traslación revolucionaria para transferir la toma de decisiones al colectivo, la remuneración compensable sería entendida como la retribución por los servicios prestados o productos elaborados, correspondiente al estipendio que resulta de la suma de los costos y la gratificación (estímulo material siempre y cuando se refleje lo más exactamente posible el pago por la calidad y cantidad de trabajo aportado) no especulativa ni usurera (contrario a la acumulación del capital sin límites) para satisfacer esfuerzos (energía y talento) y expectativas de objetivos individuales o grupales justos y razonables. La gratificación se fracciona en dos partes porcentuales. Una, la mayor, va al individuo o grupo correspondiente a sus esfuerzos (energía física, espiritual y necesidades biológicas propias de la condición humana) y la otra, menor, a la comunidad o entidad a la cual pertenece y que le ha facilitado incorporase al circuito productivo. La remuneración compensable debe incidir en la eliminación de la competencia despiadada del sistema capitalista vigente. El trabajo no está en relación directamente proporcional al lucro, sino al crecimiento acelerado de la productividad hasta lograr que sea superior a la del capitalismo y, como objeto fusionado a éste, el desarrollo del ser humano en todos sus aspectos materiales y muy especialmente el espiritual.

Finalmente, la tercera línea maestra de la producción para el Bien Común es la nueva forma de la distribución del producto que se haría con base en la creación de las redes alternativas socialistas. Como sabemos la distribución en el mercado capitalista se organiza en componentes unitarios, individuos o asociaciones, cuya parcela de acción constituye en sí una propiedad y en consecuencia permite la discrecionalidad de su juicio para determinar los precios. El beneficio es prácticamente una decisión individual basada en la dimensión de su ambición. Esto, por supuesto, que genera una espiral ascendente y constante en la medida que el producto pasa de parcela en parcela. Al llegar al comprador su precio se ha multiplicado tantas veces como parcelas beneficiadas existan (la esencia de la plusvalía). En contraposición, el mercado socialista debe estimular las redes alternativas de manera que el producto llegue directamente al genuino comprador. De allí la necesidad de entender que el socialismo es un sistema de fundamentación humanista y no pragmático materialista como el capitalismo y, por lo tanto, prevalece el Bien Común que es la solidaridad, confraternidad y amor hacia el prójimo.

La coyuntura en que se encuentra Venezuela es una oportunidad, para el país que sigue de manera inexpugnable alcanzar la viabilidad de construir el Socialismo Bolivariano, de:

1. alertar al mundo sobre los factores que emplea el modo de vida capitalista, liderizado por el Imperio hegemónico de USA, para aniquilar el Proceso de emancipación que se libra en Venezuela;

2. convocar a los pueblos a aliarse a Venezuela para sumar esfuerzos mundiales por crear la condiciones favorables para hacer posible otro mundo que se base en el socialismo bolivariano;

3. expresar la solidaridad de los iguales que no pertenecen a la hegemonía del Imperio, a fin de estimular el espíritu de cuerpo del ser humano como condición necesaria para que aparezcan los lazos fraternos de hermandad que una a los que luchan inquebrantablemente por la emancipación de sus vidas, territorios, pensamientos e ideas.

La coyuntura ha acelerado el punto critico, por lo que nos vemos obligado a redimensionar la lucha; y, aunque ésta sigue, la batalla de la Guerra No Convencional (GNC) que gestó 120 días de confrontación contra la derecha mundial y su expresión más radical del neofascismo, la ha ganado la Revolución Bolivariana.

Mañana es otro día; y las adversidades que aparezcan como punto crítico de la coyuntura serán neutralizadas tal como ya lo hicimos y lo hemos hecho durante 18 años.



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William Izarra

Oficial de las FANB, retirado como Comandante (Teniente Coronel) de la Aviación Militar. Siendo oficial activo logró realizar estudios en todos los niveles académicos del saber universitario obteniendo su título como Licenciado en Educación (UCV); Maestría en Planificación (Harvard University) y Doctorado en Ciencias del Desarrollo (Cendes, UCV). Ha sido miembro del MBR-200, MVR, PSUV, Director Nacional de Ideología del Comando Maisanta, Colectivo Democracia Directa y creador del Centro de Formación Ideológica (CFI). Ha ocupado algunos cargos dentro del Gobierno Bolivariano Revolucionario bajo el mandato de Hugo Chávez Frías, siendo unos de los más relevantes el de Vice-Ministro de Relaciones Exteriores para Asia, Oceanía y Medio Oriente. Ha escrito una serie de folletos y libros para la compresión de los valores y principios socialistas.

 izarra1947@gmail.com      @williameizarra

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