Para hacer una revolución se necesitan cojones. Y eso es lo que le ha faltado a la denominada revolución bolivariana del siglo 21. La interpretación es clara y contundente: a quien le ha falta bolas es al liderazgo. Pues, ese liderazgo es el que lleva el timón de este barco que luce escorado hacia estribor después de casi 20 años, y no encuentra puerto donde atracar. Respeto al liderazgo de Hugo Chávez y a sus ideas. Fue un visionario, lleno de ilusiones. Pero nunca mando a parar. Como tampoco lo ha hecho Nicolás Maduro. A ambos le faltó lo que le sobró a Fidel. Cuando llegó a La Habana su grito retumbó en todo el cielo, y mando a parar. En Venezuela, después de 20 años del proceso, estamos esperando que la ANC mande a parar. Y ya hay voces del chavismo que habla de que el diálogo mandará a parar. ¡Carajo! qué falta de creatividad y de cojones.
A casi 20 años de revolución aquí no ha pasado nada. Para la creación de las misiones no se requería una revolución. Ni para traer médicos de Cuba. Eso se ha podido hacer bajo el sistema político de la IV, y se hubiera protegido al pueblo de guaribas, trancones, sangre y muerte. ¿Por qué estamos bajo la férula del ficticio Dólar criminal? ¿Por qué la banca hace lo que le da la gana? ¿Por qué los llamados presos políticos se fugan a cada rato, burlando del gobierno? ¿Por qué el señor Lorenzo Mendoza, entre otros, mantiene un monopolio de la comida y de los productos de primera necesidad? ¿Por qué el pueblo depende del bachaquerismo para sobrevivir? ¿Por qué se habla de una revolución y los medios de producción están bajo el poder de la oligarquía? ¿Por qué se habla tanto, y no se ha hecho nada en función de una verdadera revolución? ¿Saben qué? Toda este mierdero existe porque nunca se ha hecho una revolución como Dios manda. Y así hoy se hable del estado comunal y de convertir a Caracas en la primera ciudad comunal del mundo, seguiremos viviendo en un país capitalista. ¡Pura paja!
Esta es la revolución más cara del mundo. Yo he dicho y sostengo que aquí no se necita un Chávez. El Comandante trazó un camino, de acuerdo a sus ideales. Es respetable. Él ya es parte de la historia de esta Venezuela que busca liberarse del yugo de la oligarquía criollo y de las amenazas del imperio gringo y de las ínfulas de la derecha internacional. ¿Cuánto le ha costado al pueblo este ensayo de revolución? Miseria, sangre y muerte. Esa penuria ha podido evitarse si desde un principio se hubiera sentado las bases para una revolución verdadera. Desde un principio había que cortar el cordón umbilical con el régimen capitalista. Pero no se hizo. Se han gastado millones, millones y millones de millones de dólares. Y, en estos momentos, no tenemos ni medicinas, ni pensar en lo demás. Por eso he sostenido que ya un Chávez no se hace falta, hace falta un líder con los cajones bien puestos para que acabe con esta mediocre intención de revolución. Sin embargo, siguen haciéndonos ver los videos con los discursos de Chávez. Con eso no se come y menos se hace una revolución. Viven citando a Marx, a Lenin, a Fidel y al Che, entre otros. Pero con citas no se come. Con citas no se derrota al capitalismo.
¿Saben qué? Este pueblo sí tiene cojones. El pueblo chavista le sobran bolas. Por eso ha aguantado tanto. Por eso no ha habido un estallido social en nuestro país. Por eso sigue esperando a un líder, con los pantalones bien puestos, que utilice los cojones del pueblo para hacer la revolución que le recompense tanto aguante y tanto martirio. Este pueblo pleno de fe volverá a darle una paliza a la derecha en las elecciones municipales. Este pueblo arrecho y cojonudo le propinará una gigantesca pela a la derecha en las venideras elecciones presidenciales. Este pueblo está listo para enfrentar los cruentos ataques del imperio y de sus lacayos criollos. Es ese mismo pueblo que hará la revolución cuando su arrechera rebase los niveles de aguante. Y esa revolución, auténtica revolución, se llevará por los cachos a muchos de estos sesudos revolucionarios vestidos de rojo y que usan, como borregos amaestrados, un seudo lenguaje disque lleno de fervor revolucionario. A otro perro con ese hueso. El pueblo es sabio. Sólo el pueblo salva al pueblo.