El madurismo es una corriente socialdemócrata, reformista, su comportamiento, sus tesis no dejan lugar a dudas. Viene desarrollándose desde el Chavismo y cada vez avanza con más fuerza en el terreno de la dominación capitalista.
Se ha mostrado torpe en la etapa de transición, no termina de desprenderse del Chavismo, como le aconsejaron en su momento los pragmáticos, y esa ambigüedad de "capitalismo con rostro chavista" le impide ser útil a la dominación capitalista; al contrario, es un desastre total. ¿Cuál es el futuro del madurismo? Para intentar una respuesta, debemos indagar la contradicción dentro del sector de la política capitalista. Veamos.
Por un lado está el madurismo con su populismo agotado, falto de dólares, incapaz de reprimir como exige la situación de pobreza de la población, sin respuestas a la situación, sostenido por chinos y rusos. Enfrente del madurismo está la mud con sus contactos con el imperialismo gringo y europeo, con un programa de "rescate" de la economía bien definido, sin ambigüedades, sin complejos: el capitalismo sin afeites, que supone alto grado de represión. Esa es la contradicción dentro del campo burgués. En ese campo hay otros actores subalternos, que surgen y "se secan"; otros permanecen pero en planos inferiores.
El campo burgués, a su vez, tiene una contradicción con el campo Socialista. El enfrentamiento con el Socialismo corre por cuenta del madurismo, ese es su triste papel, enfrentar al Socialismo, al Chavismo. Y debemos reconocerlo, lo ha hecho bien: lo ha desprestigiado, lo ha deformado, ha perseguido a sus posibles líderes al punto que hoy no se consigue uno que hable de una medida Socialista, todos se mueven como es moda en el "capitalismo con rostro chavista". En resumen, el Socialismo fue sacado de la contienda, todo se reduce hoy a la lucha dentro del capitalismo, de la socialdemocracia.
El líder que esperamos es el que ocupe el vacío de Chávez, guardando las necesarias distancias, el que sea capaz de retomar el Plan de la Patria, el verdadero, el que redactó el Comandante, el que nos guiaría hacia el Socialismo. El que tenga el coraje de declararse Chavista, Socialista y actuar en consecuencia, enfrentar al capitalismo, a la lógica del capital, recoger el testigo donde lo dejó Chávez; retomar el grito de Zamora de "Horror a las oligarquías"; retomar el mandamiento de Chávez de no hacer pacto con la burguesía.
Es necesario elevar la contradicción entre el campo burgués con todas sus variantes enfrentado al Socialismo, esa es la tarea de los revolucionario, no hay medias tintas, es urgente zafar al país de las peleítas entre socialdemócratas, impedir que un neopacto de punto fijo se instale.
Se aproximan una elecciones (si la vida no dispone otra cosa), ellas son una buena oportunidad para que aparezca el líder que conduzca el retorno del Socialismo a la palestra política, que rescate el 4 de febrero como gesta contra la oligarquía, que asuma la lucha contra el capital. Hay que impedir que el evento electoral se convierta en un circo entre capitalistas, en un engaño. El candidato que asuma el Socialismo, si es verdadero, tendrá muchos obstáculos, todas las fuerzas capitalistas de gobierno y oposición se confabularán contra él, entonces se evidenciará que ellos son lo mismo y el Socialismo es su enemigo común. El líder Socialista necesitará mucho coraje, pero en esa batalla, estamos seguros, crecerá.
Es verdad que el Socialismo, el Chavismo, viene de una derrota, fue desplazado por el madurismo claudicante. Pero es también verdad, como escribió Borges, que "hay una dignidad en la derrota". La derrota depura, aclara, la derrota es luminosa.