El 20 de mayo se librará en Venezuela, esencialmente, otra batalla más del capital contra el trabajo. Lo particular de esta vez, es que las viejas clases sociales burguesas, agrupadas con nuevos ropajes en lo que se conoce como oposición, ahora Frente Amplio, lucen desgastadas y no participarán porque sus amos imperialistas les ordenaron no hacerlo como parte del ininterrumpido plan de derrocar a la Revolución Bolivariana por la vía violenta.
El 20 de mayo, el objetivo estrategico para el chavismo es defender y relanzar los avances sociopolíticos alcanzados con la Revolución Bolivariana. Sin dejar de reconocer incapacidades y errores, e incluso perversiones (la corrupción por ejemplo, y el contrabando de la producción nacional hacia Colombia y el Caribe) que deben ser castigadas con carcel, o un alto nivel de burocratismo que paraliza el desarrollo de la revolución. Pero ello no significa negar los avances sociales y políticos alcanzados con la Revolución Bolivariana, ya que el simple hecho de negarlos es perderlos. La aptitud correcta es asumir su reivindicación y profundización frente a quienes pretenden restaurar el pasado con falsas promesas, pero también contra funcionarios rojo rojitos corrompidos.
El 20 de mayo, se trata de partir de la realidad que estamos viviendo para erradicarla. Una burocracia que solo sirve para volverle un ocho la vida al ciudadano; corrupción desde los CLAP hasta las altas esferas del poder, efectivos de la guardia nacional y de las policias acometiendo acciones de bachaquerismo tanto en la en la frontera como en las ciudades, el gas comunal convertido en tremendo negocio para unos cuantos y un drama para millones de familias; a pesar de la cantidad de dinero invertido en educación y cultura lucimos estancados para demostrar avances importantes en arte, ciencia y tecnología; culturalmente hemos sido incapaces de persuadir a nuestros jóvenes de no abandonar el país ; hospitales públicos en el suelo, el sistema eléctrico nacional es un desastre , no existe un transporte público digno y bien organizado aun con el esfuerzo que el gobierno ha hecho con los yutong, la agricultura urbana y rural no termina de arrancar y que la emocionalidad en la necesaria construcción de Estado Comunal Socialista no se percibe por ningún lado.
El 20 de mayo, a pesar de toda la tragedia social que genera lo antes descrito,se deberá salir a votar para defender, nuevamente, la continuidad de la Revolución Bolivariana contra un poder mundial concentrado en unas cuantas Trasnacionales. Pero también, de sectores reformistas que impiden, desde el estado burgues todavía activo, la construcción del socialismo Bolivariano. Con ello pasamos a subrayar que el asunto de fondo, el próximo 20 de mayo, es realizar y ganar nuevamente las elecciones reeligiendo al compañero Nicolás Maduro y concentrar todas las energías revolucionarias en edificar el Estado Comunal Socialista que libere las fuerzas productivas y cambie radicalmente la propiedad burguesa en propiedad socialista.
La magnitud de la confrontación será tal que en el plano internacional habrá necesidad de establecer las alianzas con China y Rusia, Irán, India e incluso sus respectivas transnacionales, conscientes de las contradicciones geopoliticas existentes, para poder sobrevivir a las agresiones del imperialismo norteamericano. Pero ninguna alianza nos puede imponer abandonar las tareas de construir el socialismo, de recuperarar el aparato productivo, de industrializar la agricultura, de organizar nuestra industria farmacéutica, de elevar la calidad de los servicios públicos, etc. En todo caso, la construcción del socialismo dependerá del grado de conciencia de clase y de la correlación de fuerzas que los mismos trabajadores logren desarrollar en el seno del proceso revolucionario nacional y mundial. Nadie puede pretender que el socialismo caiga del cielo.
El pueblo vencerá
arnaldo.aguilar@gmail.com
