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"Huele a azufre, pero Dios está con nosotros" Hugo Chávez "Porque si a ver vamos el chavismo no se apoya en ninguna religión reconocida (y cristiana menos)…sólo en falsas ...
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Desde que Chávez se hizo un personaje público, y líder de un potente movimiento político electoral, se arrimó a varios campos políticos e ideológicos. Recordemos que en sus primeros años co...
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Entre los diversos grupos humanos encontramos prácticas ancestrales que a la luz de nuestro nivel de desarrollo humano, de humanidad, no son aceptables, que deberían ser modificadas más aún o totalmente abandonadas. Prácticas que quienes detentan el poder, la mayoría de las veces con la bendición de algún dios, hacen todo a su alcance para mantenerlas en vigor. Una de esas prácticas es la Mutilación Genital Femenina (MGF). Hay evidencias científicas que indican que esta práctica es muy antigua. Una momia egipcia de hace más de dos mil años, muestra signos de haber sido objeto de la ablación del clítoris. Datos como este nos permiten afirmar que la MGF es una práctica anterior al islamismo y al cristianismo. Lo cual no significa que no tenga origen en fundamentos religiosos. Esto solo indica que no fueron aquellos quienes la iniciaron. Esta cirugía se practicó también en Europa, en especial hay evidencias de su aplicación a mujeres consideradas como pacientes con “trastornos mentales” de algún tipo en la Inglaterra Victoriana. Hoy en día al parecer dicha práctica se mantiene principalmente en países africanos y asiáticos. Digo al parecer, porque al tratarse de una práctica de represión tan íntima y tan brutal que no hay estadísticas confiables ni revelaciones suficientes de su ejecución.
Algunos intelectuales y propagandistas de la supremacía blanca han argumentado y han propagado la idea que la ablación del clítoris es una práctica que se originó y se mantiene solamente en algunos pueblos africanos, y que en muchos casos se argumenta que se trata de pueblos convertidos al Islam. Nada más lejano de la verdad. Incluso en Nuestra América se encuentran pueblos originarios que han practicado la modificación de los genitales femeninos por siglos, incluso mucho antes de la llegada de los invasores europeos. Tal es el caso, que se sepa hasta ahora, de los pueblos Shipibo-Konibo en territorios del actual Perú y Emberá en Colombia. Aunque algunos investigadores señalan que esta práctica entre los emberas no es ancestral. Otros plantean que esta práctica podría estar más diseminada en nuestro continente de lo que pensamos, y que no se conoce tal vez por el secretismo que encubriría esta operación.
La ablación del clítoris tiene sus orígenes en mitos creacionistas y en otras creencias apoyadas en el pensamiento místico-religioso. Incluso, cuando fue defendida y practicada en Europa por algunos médicos, estos estaban bajo la influencia de prejuicios cuya fuente era sus creencias religiosas. Esta y otras prácticas tan dañinas para la humanidad, y en especial para los oprimidos, son justificadas en nombre de deidades, dioses, de Dios o en fin, en nombre de algún ente divino y en contra de algún personaje ficticio maligno. En definitiva, esta es una práctica que no podemos apoyar ni justificar solo por ser milenaria. Esta es una práctica que no es aceptable. Como tampoco es aceptable su fuente de origen, las religiones.