Alcanzar una posición ventajosa, o que logre posicionar al pueblo venezolano con una mejor perspectiva de triunfar en la guerra económica, es definir o diagnosticar con precisión, el talón de Aquiles que los hegemónicos explotan con más eficiencia contra el pueblo. Y ese talón de Aquiles o punto debil no es otro, que la dependencia de factores que escapan o no están bajo el control del pueblo, es una especie de fatalismo que hemos asumido a través del tiempo, que nos hace creer que esa forma de vida nos la tiene que proporcionar el poder político establecido como potestas, o sea Gobierno o poder delegado. De allí que cuando el pueblo oyó la premisa revolucionaria: "Democracia Participativa y Protagónica", la asumió, la acepto y estuvo dispuesto a participar siempre y cuando las directrices de esa participación protagónica le fuere administrado por el Gobierno revolucionario.
Aún cuando el comandante Chávez, explicó con lujo de detalles que la forma de ejercer la democracia participativa y protagónica, sería mediante el ejercicio práctico del Poder Popular por los venezolanos, y para ello propulso la creación de leyes, planes, proyectos, misiones, organizaciones, etc, para impulsar el Poder Popular. Ello, no se ha realizado porque, tanto el pueblo como funcionarios de gobierno elegidos y designados no han ejercido la democracia participativa y protagónica, porque al igual que durante la cuarta república nos quedamos en la espera fatalista que las instrucciones directrices y soluciones vinieran del Gobierno. Sencillamente no nos sumamos a la tarea como ejecutores proactivos sino como receptores pasivos.
Es por ello, que cuando la derecha imperial, que si está clara en su objetivo de depredar y prevaricar los haberes de nuestra patria, si entendió que el éxito de la aplicación y desarrollo del poder popular - empoderamiento del pueblo- si echaría por tierra su cultura capitalista Neoliberal. Y su poderío económico sería sustituido por la más sublime y anhelada Justicia Social. Entonces nos atacó donde somos más vulnerables: nos afectó el acceso a la alimentación y a la satisfacción de nuestras necesidades muchas de ellas artificialmente inducidas.
Con el objeto de hacernos cambiar la percepción favorable del pueblo acerca de la revolución bolivariana.
Ha sido una tarea titánica, resistir la agresión y superar el umbral del sufrimiento, ignorarlo, mantener la esperanza, confianza y continua la lucha para repeler con fuerza y decisión la agresión.
Ello lo hemos hecho, con éxito no obstante la tozudes y contumacia desvergonzada del imperio, con la complicidad de la oposición criolla y gobiernos serviles de países que le hacen coro a ese insensato y maligno imperio.
De allí que la elecciones del próximo 20 de Mayo, como todas las que hemos ganado, deben ser un hito que consolide la revolución bolivariana, no solo en la siquis del enemigo hegemónico, sino en el pueblo venezolano total. Quien es, primordialmente el beneficiado de la justicia social que preconiza la revolución chavista.
Venceremos y convenceremos.
¡Independencia y Patria Soberana y Socialista!
¡Chavez vive!!
¡La Patria sigue!!!
¡Viviremos y venceremos!!!!