Nos encontramos muy cerca de un nuevo proceso electoral, el número 4 en menos de 10 meses lo cual significa que desde la praxis política, tenemos un uso real y concreto, del voto como instrumento de participación política que caracteriza a una democracia real y vigorosa, que utiliza al sufragio, como la manera más institucional para dirimir las diferencias y sus resultados implican, la opinión política más genuina y transparente de las electoras y elctores...
En éstos momentos de despiadados e irrespetuosos actos de injerencismos de algunos gobernantes extranjeros que atacan de manera desconsiderada, a nuestro sistema electoral, intentando crear un ambiente negativo y de duda sobre la solidez y fiabilidad de nuestros procesos electorales, queriendo afectar la imagen positiva sobre la institucionalidad del voto...
Los ataques internos y externos sobre el voto en Venezuela, es una prueba fehaciente y contundente de la actuación de los enemigos de nuestro sistema electoral, que actuan de manera egoista y agresiva, sin importarles que la auto-determinación y la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, y que es el único que determina y valora la legitimación del proceso electoral y sus resultados...
Quedará para la historia política latinoamericana, el intento de linchamiento mediático sobre la credibilidad del sistema electoral venezolano, que a todas luces es el más criticado, evaluado y auditado, en la que lamentablemente los abtencionistas lo consideran como una farsa electoral y los que van a perder seguramente van a cantar fraude y no van a reconocer los resultados electorales...
Por lo tanto la lucha será entre los ganadores electorales que serán los defensores de la transparencia institucional del voto y los malos perdedores que jamás reconoceran que las derrotas electorales también forman parte del juego democrático...