Cuando políticamente se vive en época de cambios y de revisión, para establecer los espacios coyunturales en las cuales se desenvuelven los agentes de transformación, y ver hacia donde quiere direccionazarse a una nueva sociedad, enmarcada en una arquitectura social, vinculada a una democracia revolucionaria, participativa y protagónica…
La construcción de una revolución cultural, apoyada en una simbología de justicia social, pasa por tener avisos en el camino de transformación, que indique el hacia donde vamos o el hacia donde queremos ir…en el horizonte es necesario dibujar una triada estratégicamente necesaria: El Estado Comunal, El Poder Popular y La Sociedad Socialista…
La realidad social tiene toda una dinámica compleja que se sustenta en los marcos jurídicos-constitucionales, el sistema político y la visión de Estado y el modelo económico predominante…que forman parte de la fachada cultural, que impone criterios, formas de pensar, ideología, doctrinas y todos los fundamentos teóricos - históricos, para que los integrantes de una nación, sean y piensen de una manera y no de otra…
La llamada consciencia social, se alimenta de la cultura dominante, y es la que construye y orienta la dinámica cultural en las relaciones sociales de producción, que permite realizar una serie de reflexiones sobre, el que hacer para cambiar… ¿es necesario construir y fortalecer al poder popular?... ¿hay que cambiar radicalmente de modelo económico?... ¿la praxis política debe ir más allá de lo planes de la patria?...¿necesitamos redibujar a la constitución nacional y colocarla al servicio de una nueva sociedad?...
Una nueva simbología y con significantes y significados que alimenten a una semiótica distinta y revolucionaria, que de espacios legitimadores a palabras y conceptos tales como "ciudadanía comunal", que se sumerja en la cotidianidad de las asambleas de ciudadanos y ciudadanas y en los cabildos abiertos…
Una nueva simbología vinculada una cultura colectiva que produzca la mayor suma de felicidad posible…