Así como Venezuela es un mal ejemplo para los gobernantes donde manda la derecha por haber decidido darse un gobierno de corte popular y con mucho acento en lo social, como dice Hernán Urbina, (Aporrea, 05/11/2018, en "Pascualina al desnudo"), de igual manera es "Un Mal Ejemplo" si la gestión no es eficaz. Por un lado; los logros del socialismo bolivariano en materia social, de los logros de las Metas de Milenio, brillan por si solo, aunque en la actual coyuntura económica y política de guerra económica y terrorismo político-diplomático y financiero, el bloqueo económico se mantienen a duras penas, desmembrándose las cotas del desarrollo social en educación, salud entre otros. Esto lo aprovechan los gobiernos de derecha, la amenaza del descalabro de la revolución bolivariana, los resultados caóticos de la Guerra Silenciosa, no solo económica, sino también externa que deriva del ataque a la moneda, nuestro principal signo monetario, el poder adquisitivo de la población.
Precisamente la derecha criolla explota "nuestras debilidades, nuestras deficiencias" para expectarnos, con acusaciones y argumentos validos, de que sirvieron los triunfos electorales, de que sirvieron los logros sociales del chavismo, cuando tenemos un país en "crisis profunda", a la par los casos de corrupción del cual se sirven para hacer estallar un lawfare (criminalización de la revolución y de sus lideres) omitiendo claro está la crisis del capitalismo que toca nuestra vida cotidiana, en nuestra vida social de gobierno, el agua, la electricidad, el aseo, las comunicaciones, los servicios en general básicos, si en esto no reparamos, damos "un mal ejemplo", le damos la razón a la derecha, de que no somos capaces de gobernar un país, de ser eficaces, de tener buenas carreteras, buenos servicios de aseo, de viaductos de agua en buen estado, el derecho al agua potable, buen servicio de transporte, de humanizar una ciudad como merece atendiendo la salud y la educación de los ciudadanos.
El país requiere reparar la economía maltratada por la guerra económica, financiera, monetaria, incluso a nivel productivo, necesitamos transformar el país por el camino del socialismo, con la participación de los órganos locales en programas de reciclaje, de ahorro de agua, de energía, vigilante de nuestro patrimonio público, celoso de nuestras unidades de transporte público, solo con la participación de la gente en la búsqueda conjunta con las autoridades podemos resolver todos los problemas, con audacia, desinterés y solidaridad. El Gobierno debe hacer oído, de lo contrario la derecha gana terreno, abona terreno, espacio político para sus próximas campañas políticas y mediática como ocurrió en Ecuador, Brasil y Argentina, no podemos que nos llegue el agua al cuello, que nos atrape el miedo, caldo propicio que el nuevo Caballo de Troya haga aparición y nos impongan nuevas Reglas de Juego, en lo económico, político y social, la situación de los servicios público, les abre las Puertas.
No hay antídoto más congruente contra la inflación que la producción de bienes y servicios a escala, con control y seguimiento, distribución equitativa de los bienes, derrotar los altos precios con bienes económicos y de calidad, derrotando así no solo los precios altos, sino también los bienes importados, necesitamos un Programa de Producción de Bienes Industriales por ejemplo de cauchos, baterías, tuberías, motores bomba, de los requerimientos que necesita el país, debemos hacerlo conjuntamente con las Universidades, INCES, Centros de Investigaciones.
Hay que acabar con la descolonización científica, tecnológica no solo en las Universidades, en la calle, en la vida cotidiana, en la existencia de la República, en los medios de comunicación, en todo aquello que nos impida pensar en aras del país, en bien de la ciudadanía, en las plazas, en las escuelas, en todos los espacios públicos, Podemos ser un Gobierno Popular pero con Dignidad, con Pulcritud, exhibiendo buenas carreteras, avenidas, calles, servicios de calidad, alcanzando y no restando la máxima felicidad del pueblo.