El socialismo no es ramplón ni nada que se le parezca es una ciencia y punto, para quienes así piensan revelan su desconocimiento, por no decir su ignorancia ramplona, su desprecio de clase, sus prejuicios sociales que lo llevan a decir toda sarta de mentiras y calumnias contra el socialismo, basta ver los sacrificios históricos conque los pueblos en sus luchas han pretendido crear una nueva sociedad, como han sido ahogadas las revoluciones, la de Hungría, la de Alemania en el siglo XX, ni que decir como la carrera armamentista, el sabotaje, la contrarrevolución, el terrorismo, el uso de la violencia diezmaron a la Unión Soviética, al campo socialista. Nada cambió con la Caída del Muro de Berlín, el imperialismo ha seguido con su política de extrema violencia y reacción contra el derecho de los pueblos a definir su propio camino de desarrollo y continuar con el colonialismo en el siglo XXI.
En el siglo XXI, Irak, Libia, Afganistán países que había experimentado rutas al socialismo de modo distinto a como se dieron en el siglo XX en Cuba, Vietnam, Angola, siendo testigo como la fuerza bruta se ensañó contra ellos en nombre de la democracia occidental, los derechos humanos, como la necedad de la fuerza bruta según Cicerón impide que los pueblos labren su propio desarrollo, su derecho a la autodeterminación y la independencia nacional. En Venezuela el caso no ha sido diferente, a 20 años de revolución bolivariana, la doctrina neoliberal se ensaña contra el Estado nación, contra la soberanía, la independencia, valores plenamente bolivarianos, por ende antiimperialistas, sobre todo en esta hora aciaga en que se debate la supervivencia del socialismo bolivariano frente a la agresión económica de los Estados Unidos y la guerra política del Cartel Lima contra el gobierno del presidente Maduro.
Sabemos que una causa de esta hiperinflación inducida, dolarizada, es la guerra económica, colocando la utopía del socialismo del siglo XXI en peligro, en reveses, en retrocesos de los logros alcanzados, el sueño del pueblo está en peligro, la amenaza es real, el horizonte, las expectativas del pueblo se ven en riesgo, sin embargo, Chávez sembró en el imaginario popular valores bolivarianos antiimperialistas, hacia el alma del pueblo viven los ideales de Chávez, se sembraron sobre todo en momentos en que el pueblo venezolano palpó la mayor suma de bienestar social, la mayor suma de felicidad social, seguridad y estabilidad política en los años de Chávez.
Ahora "la fuerza bruta", la contrarrevolución neoliberal, el imperialismo de los Estados Unidos, la Comunidad Europea y el Cartel de Lima quieren borrar esas expectativas, desplomar la moral del pueblo, obligada a padecer los rigores de la escasez, los sobreprecios, la evaporación del salario, la escasez del dinero en efectivo, duros golpes a diarios, una artillería belicosa económica y política para socavar la paciencia popular, la utopía, el horizonte del chavismo, el modelo del socialismo bolivariano del siglo XXI, acorrarlo, asediarlo, acosarlo es la tarea para aislarlo del mundo, pero nada de eso han logrado, la OEA, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas dieron su veredicto, la no injerencia, el respeto de la igualdad jurídica de los Estados, la independencia nacional no se pueden violar en la Carta de las Naciones Unidas menos en la Constitución Bolivariana de Venezuela.
La guerra económica sin embargo prosigue como guerra encubierta a la par de la guerra mediática, de las corporaciones privadas, de los comerciantes y productores derrumbando el horizonte, creando desesperanza, una conmoción social que tiene su origen en la opresión al pueblo, el hambre caracterizada por una brutal política de precios, una dictadura del mercado, de la libre empresa privada que obliga a la fuerza aceptar su imposición en el comercio, una ideología económica y política dominante que acaba con la luz al final del túnel, deteriorando la calidad de vida, desviando el camino hacia la mayor suma de felicidad social, hacia la distopia de lo catastrófico, camino de vuelta al capitalismo neoliberal, al atraso y el subdesarrollo, a la dependencia y sujeción al imperialismo de los Estados Unidos.
Este camino brutal hacia donde empuja los Estados Unidos y su Gobierno racista de Trump es hacia el deterioro del paradigma del socialismo bolivariano, al progreso liberal y el orden autoritario, hacia el totalitarismo capitalista, hacia la hegemonía neoliberal, amenaza las luchas históricas de Venezuela, los legados de los próceres de la Patria, a cuenta de una ideología de economía social de mercado, bachaqueros, contrabandistas, especuladores monetarios, funcionarios corruptos, comerciantes especuladores, saboteadores y ladrones todos, en complicidad con el imperialismo han declarado una guerra contra la revolución bolivariana y el socialismo bolivariano del siglo XXI, su tarea obligarlo a fracasar, declararlo ineficiente e ingobernable, la ley del capitalismo trata de imponerse.
Hagamos aquí una pausa; ¿Es el socialismo científico ineficiente?, no, son aquellos ciudadanos que se desvían de sus ideales, los corrompe la descomposición del capitalismo, su crisis moral, el lucro, su crisis de calidad de vida, su insostenibilidad demostrada a escala mundial, por el contrario, el socialismo es una sociedad humana, de plena participación popular, mas democrático, mas libre, por esa tildar de fantasía el proyecto de Bolívar, de Chávez cuando en verdad es una aspiración histórica, un anhelo humano que coloca su disposición y mejor voluntad a construir una sociedad mejor a la del pasado, pero para eso hay que aplicar los controles, la supervisión científica, la planificación social, producción-consumo, oferta-demanda, acabar con esas mafias, esas reminiscencias del capitalismo que jalan hacia atrás, hacia el hambre para declarar utopía al socialismo.
Ya sabemos que el capitalismo el ciudadano vive para trabajar, no hay calidad de trabajo, ni de vida, se aplica la máxima de sálvese quien pueda, la ley de la selva, la ley del mas fuerte, la ley hamponil, del crimen, de la prostitución, de la corrupción, de la simbiosis del narcotráfico y la política, la narco política, asimismo la unión entre la fuerzas armadas, la oligarquía mediante parapolítica, el capitalismo proyecta al socialismo sus verrugas que no puede correr, no puede borrarlas aquí o allá, en ningún país, los mismos males, la incapacidad del hombre de ser libre, de disfrutar del derecho al ocio, del progreso científico técnico, de emigrar libremente, de viajar a donde su sueño le indique con el fin de ejercer la transformación de su realidad.
Así pues; este capitalismo hoy pretende esconder su rostro, su mano criminal, sus actuaciones delictivas, su egoísmo, su negligencia a vivir y dejar vivir, a impedir las transformaciones de la realidad de cada país, frenar su propio camino de progreso y desarrollo, su fin es retrotraernos hacia la lógica del egoísmo desenfrenado del neoliberalismo, del crecimiento económico sin desarrollo, sin soberanía, sin independencia, sin libertad, un progreso cínico, un progreso gradual, sustentando en la desigualdad social, aplicando la lógica del orden neocolonial, regidas "racionalmente" por el imperialismo de los Estados Unidos, por las reglas del mercado hace mas de cuarenta años o más. No hay dudas en que en este sistema, es imposible el pleno desarrollo humano, no hay sociedad capitalista donde la sociedad pueda desplegar sus capacidades mas o menos equitativas, es seguro la extrema división del trabajo, exclusivo a determinados individuos especializados, imposible que se dedique a otras actividades, mas libres, a tono con sus vocaciones, aptitudes, en la rama económica que mejor le parezca.
De acuerdo con la experiencia de profesionales emigrantes a países del Cartel Lima, la Comunidad Europea o los Estados Unidos, muchos profesionales e individuos emigrantes para no hablar de los nativos de estos países, se ven obligados en la mañana ser taxista, en la tarde, cuidador de ancianos, en la noche cuidador de niños, mucamas, porteros, otro día es pintor de edificio, jardineros, barrendero de calle, vendedor de frutas, meseros, mesoneras, limpiador de zapatos, limpiador de vidrios de automóviles en las calles, cargadores, inclusos prostituir sus propios cuerpos, contaminarse con el negocio de la droga, incluso hasta llegar a lo mas bajo, mendigar en las calles.
Es difícil e ingenuamente ramplón y vulgar, pecando de pedantería y estupidez, pedirle a la utopía real de Marx que en el socialismo bolivariano del siglo XXI sin antes previamente no ha logrado las transformaciones necesarias, económicas y sociales como políticas y culturales, científicas y técnicas, sin preparar anticipadamente la sociedad para el comunismo, que se haga la luz, es decir lo que aspira el critico utopista Edgar Perdomo Anzola: "En ese orden es que hay que leer a Karl Marx cuando escribió: "en la sociedades comunistas, es donde cada individuo no tiene acotado un círculo exclusivo de actividades, sino que puede desarrollar sus aptitudes en la rama que mejor le parezca, donde el individuo pueda dedicarse hoy a esto, y mañana a aquello, que pueda por la mañana cazar, por la tarde pescar, y por la noche parranda, y después dedicarse a criticar, sin necesidad de ser cazador, pescador, cantante o crítico".
Veamos las consecuencias de la guerra económica lo que llama Perdomo simplemente "fantasmagoría" pero que es una realidad palpable, a la que condena el capitalismo apostando al fracaso del socialismo del siglo XXI, dice "Pues bien para muchos, dura será esta batalla, duro el combate, dura la tarea, y el empeño: la organización de los hambrientos…." Contra quien, contra qué, contra quienes los hambrea, contra quienes colocan precios especulativos, bienvenida la lucha contra el capital, contra –sigue--, "la organización de quienes para vivir huyen de la patria que los vio nacer…", contra la organización de quienes "los organiza", quienes los estimula huir de la Patria, el capital dólar today, ¿el capitalista especulador?, aquel que arrebata y roba su salario en el mercado, contra "la organización de los humillados, y ofendidos en las colas, la organización de los que soportan, y padecen las mil, y unas calamidades al no conseguir sus medicamentos por la escasez y los elevados costos…" por fin da en el clavo Perdomo, descubre a quienes hambrean o causan la fuga de los humillados de la Patria, los que escasean y elevan los costos no pueden ser otros que "productores y comerciantes capitalistas", no el gobierno de Maduro.
Sigamos contra quien enfila Perdomo la dura batalla, el duro combate, la dura tarea y el debido empeño de los hambrientos que pretende organizarlos y dirigirlos, culminando su articulo contra la Utopía del Socialismo del Siglo XXI, aspirando "por el derecho de tener un transporte público digno que la riqueza petrolera impone, la de quienes se tragan el rencor, y las injurias del burocratismo indolente, que reciben al final de la vida las migajas de unos salarios, de que aquellos que nos han robado lo mejor de la vida, y nos lisonjean con la muerte. Esa será nuestra utopía entonces: la lucha". Perdomo enfila su lucha contra la burocracia, contra el Estado, contra el Gobierno de Maduro, por el hecho de que "las burocracias" del viejo Estado, que no del todo son socialistas, del mismo estado que arrastramos de hace más de cuarenta años, de las viejas estructuras liberales, pobre el hombre, le han quitado su sueño, "lo mejor de la vida", así pues no es el Socialismo del Siglo XXI, sino el viejo capitalismo de estado sobreviviente quien con su rencor siembra y "le lisonjea con la muerte" y el hambre al señor Perdomo. Recuerde, es "Criminal es él que se aprovecha de las debilidades, y necesidades extremas de un pueblo…", siendo así, es criminal la libre iniciativa privada su régimen capitalista que se beneficia de la orfandad del pueblo, de su debilidad económica para someterlos mediante la inflación, los precios, la especulación y la escasez de bienes.
Fuente consultada:
¡Esta utopía ramplona llamada socialismo!, Edgar Perdomo Arzola, 27/06/2018 https://www.aporrea.org/actualidad/a265521.html