Leales a las ideas de Chávez, leales al pueblo

El fallido intento de Golpe de Estado contra el gobierno del Presidente Constitucional de Venezuela Nicolás Maduro, ordenado por Donald Trump y ejecutado por el extremista de derecha Leopoldo López, el pasado 30 de Abril pareciera ser el cierre, adelantado e improvisado, de un capítulo de la sostenida agresión contra el derecho a la paz del pueblo venezolano. Sin embargo, lamentablemente, no es el fin de esta etapa superior del conflicto Imperio Nación. La Casa Blanca está decidida a imponernos un gobierno títere, subordinado a los intereses económicos petroleros y geopolíticos del grupo fundamentalista que hoy gobierna a los Estados Unidos.

En el contexto de las difíciles condiciones materiales en las que hoy subsiste la mayoría de nuestra población, de la guerra psicológica sistemática para intimidar a nuestra Nación e incluso de mucha confusión ideológica en algunos niveles de la Revolución, el nuevo capítulo de la agresión va estar centrado en acelerar el quiebre de liderazgos militares y civiles del chavismo, en distintos sectores y a distintos niveles, a favor del plan de imponernos un Presidente desde el extranjero y conculcar así nuestra Independencia.

Hemos visto en los últimos meses, a veces con dolor, a veces sin sorpresa, la claudicación de gente que tuvo altas responsabilidades en la construcción de nuestro proceso. Digo con dolor porque en algunos casos percibo desesperación y frustración por la compleja situación que atravesamos. Digo sin sorpresas, porque en la mayoría de los casos se cumple la máxima de que todo corrupto es traidor.

En cualquier caso es injustificable que alguien que se reclame chavista coopere para la instalación de un gobierno en nuestra Patria, impuesto por los gobiernos de Estados Unidos y de Colombia, entre otros.

El Chavismo sin las ideas de Chávez es igual al Chavismo sin Chávez. Esta premisa vale tanto como para los que traicionan pasándose a filas contrarrevolucionarias, como para los que en nombre del Chavismo, aún dentro del Chavismo, pretenden imponernos un pastiche ideológico y la legitimación de métodos de dirección que no se corresponden con el modelo chavista de protagonismo popular, en lo económico, en lo político, en lo social; así como de prácticas reñidas con la ética revolucionaria.

Nunca ha sido mi intención convertirme en interprete del Comandante Chávez, por el contrario cuestiono a quienes se arrogan el papel de sumos sacerdotes de la palabra de Chávez, pero no la practican. Sin embargo, hoy quiero apelar a mi compresión de las ideas de Chávez para fijar los límites éticos políticos que para mí implica ser Chavista.

El Comandante Chávez es Bolivariano, por tanto antimperialista. Ningún, ninguna Chavista puede colocarse al servicio del gobierno imperialista y su plan de imponernos un gobierno neocolonial y muchos menos subordinarse a las órdenes y bajo el resguardo de la oligarquía bogotana, de la misma casta de la que llevó a las puertas del sepulcro a nuestro Libertador Simón Bolívar.

El Comandante Chávez es un Zamorista, por tanto anti oligárquico. Ningún, ninguna Chavista puede apoyar un plan liderado por Leopoldo López, quien es la expresión personalizada del odio de clases de la oligarquía venezolana contra las mayorías populares.

El Comandante Chávez es un socialista, por tanto su opción siempre fue por la clase trabajadora. Nadie que se reclame chavista puede priorizar el papel del Capital y minimizar el papel del Poder Popular, del pueblo trabajador como sujeto histórico generador de riqueza social y de la transformación revolucionaria.

Aclaro. No negamos el papel del empresariado privado en el desarrollo económico nacional como nunca lo negó Hugo Chávez, como nunca lo hemos negado los y las socialistas venezolanos. Vaya está aclaratoria, para no entrar en diatriba con los nuevos glorificadores del Capital, ya que nos es el objeto de este artículo.

El Comandante Chávez es un robinsoniano, por tanto un innovador permanente de caminos, de escenarios, de formas organizativas. Los y las chavistas estamos obligados a innovar métodos de dirección política, de protagonismo popular, de contraloría social. Estamos obligados a parir un tercer desencadenante histórico que nos permita refundar las bases éticas en lo económico, en lo político, en lo social y en lo cultural del proyecto Bolivariano, de la democracia socialista que construimos bajo el liderazgo de Chávez.

Compatriotas, es desde nuestras propias fuerzas que debemos promover los cambios revolucionarios dentro de la Revolución Bolivariana. ¿ Cómo? Sigamos dando la batalla de las ideas; sigamos creando Poder Popular; sigamos demostrando que el pueblo si puede; sigamos coordinando nuestras luchas contra los atropellos; sigamos reclamando el ejercicio de la democracia protagónica en todos los espacios; sigamos defendiendo sin cuartel nuestra Independencia; sigamos sumando las mejores voluntades para despejar el horizonte de la Patria, por el camino de Chávez.

Pocas veces me dirijo a los y las compatriotas militares, no lo hago frecuentemente porque respeto mucho el profesionalismo y los códigos de la institución armada de nuestra Patria, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, y porque respeto el mando único de su Comandante en Jefe, el Presidente de la República Nicolás Maduro, así lo aprendí con el Presidente Hugo Chávez. Hoy les escribo de manera especial, porque están siendo Uds. objeto de una aviesa campaña de intrigas, chantajes y amenazas por parte del Gobierno de los Estados Unidos y otros gobiernos extranjeros. Vaya mi solidaridad como venezolano, como bolivariano, como chavista, como compañero y hermano.

Compatriotas militares, en estas horas cruciales para la vida de la República, tengan más presente que nunca las tesis de la doctrina militar Bolivariana fundada por su líder, nuestro líder, Hugo Chávez, expresada de su puño y letra en el borrador de la propuesta de reforma constitucional de 2007, entre muchos otros documentos:

"La Fuerza Armada Bolivariana constituye un cuerpo esencialmente patriótico, popular y antimperialista. En el cumplimiento de su función, estará siempre al servicio del pueblo venezolano, en defensa de sus sagrados intereses y en ningún caso al de oligarquía alguna o poder imperial extranjero".

Compatriotas todos, hay que construir una solución revolucionaria, democrática y pacífica para la compleja realidad que ha generado la inédita y multiforme agresión extranjera contra nuestra Patria. Una solución entre venezolanos y venezolanas que nos permita desmontar el entramado injerencista y reconstruir relaciones de respeto mutuo con los gobiernos de Estados Unidos y de todos los países de nuestra América, sin renunciar a nuestra Independencia, autodeterminación y dignidad nacional.

Una solución nacional que nos permita el ejercicio de la gobernalidad democrática para poder recuperar la estabilidad política, económica y social que demanda, que necesita la familia venezolana.

Ahora bien, el mundo debe saber que, en cualquier circunstancia, cual quiera que esta sea, los y las chavistas, los bolivarianos, bolivarianas, los y las patriotas jamás seremos peones del juego de imperialismo alguno. Aquí nos encontrarán de pie, en defensa de nuestra dignidad nacional. ¡Solo el pueblo salva al pueblo! ¡La Patria está primero! ¡La Patria vencerá! Que Dios nos acompañe.



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Elías Jaua Milano

Dirigente del PSUV. Ocupó varios ministerios en el gobierno de Hugo Chávez y en el gobierno de Nicolás Maduro. Actualmente Ministro de Educación.

 @JauaMiranda

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