"Vale más proponerse la meta de la excelencia y no lograrla, que la de la mediocridad y conseguirla".
Los Uhpanishads
"Persona, conducta y sensibilidad moral son los términos que subrayan la predisposición, los conocimientos y la sabiduría práctica que un individuo aporta en su papel de profesor"
David T. Hansen
La esperanza es la virtud del optimismo, pero no del optimismo ingenuo, que ve todo color de rosas, sino del optimismo militante, que es consciente de las dificultades del camino, pero cree que pueden vencerse. Cualquier hombre (o mujer) de buena voluntad, frente al dolor y a la necesidad, inmediatamente se pone manos a la obra, demuestra generosidad.
Por este medio una vez le pregunte al Presidente Maduro, ¿Qué es lo que de verdad y en el fondo de su corazón quiere para Venezuela? Nunca me respondió.
Hoy de nuevo le pregunto: ¿Qué es lo que de verdad y en el fondo de su corazón quiere y desea para las generaciones futuras?
FÁBULA KURDA (REVISITADA)
Iba un caminante kurdo de camino hacia Damasco, cuando de repente se encontró frente a una encrucijada de tres caminos. Pasaba por allí un anciano pastor y el caminante le preguntó. ¿Podría decirme, respetable anciano, cuál de los tres caminos es el que lleva a Damasco? El anciano le respondió los tres.
"Si coge usted el de Poniente tardará seis meses, pero llegará seguro a su destino. Siguiendo el camino del Norte invertirá cuatro meses, pero existe un cierto riesgo, algunos de los que han escogido no han vuelto. En cambio si sigue el camino de Oriente llegara en dos meses, pero tengo que advertirle que de este camino no ha vuelto nadie". El ciudadano kurdo se quedó pensativo un rato, despidiéndose cortésmente del anciano y desapareció por el camino de Oriente.
Esta sencilla fábula ejemplariza nuestra actitud frente a la necesidad de cambio. El camino de Poniente significa escoger la vía segura, evitar el riesgo. Escogiendo el camino de Poniente permitimos que todo siga igual, sin cambio ni evolución alguna. En cierta forma es el triunfo del miedo. Aplicándolo a lo que nos ocupa sería dejar exactamente las cosas como están. Optar por el camino del Norte significa obrar con un riesgo calculado, medido. El camino de Oriente, del que no ha vuelto nadie, representa la muerte y ahora que ya sabemos que nada muere, deducimos que su auténtico significado sería el de la transformación, el del cambio. De este camino nadie vuelve como antes. Conlleva, ciertamente, un riesgo, pero en la decisión del kurdo no hay duda: elige el cambio.
Está a tiempo Presidente,, elija el camino de Oriente. Opte por el cambio, por la transformación; sin miedo, sin temor alguno. ¿Y cuál sería ese cambio aplicado a su rol de presidente? Pues simplemente actuar con responsabilidad y coherencia. Para ser coherente, para alcanzar esta cualidad, tan en desuso hoy en día, es necesario adiestrarse en la constancia. La constancia camina de la mano de la voluntad. Las dos se ejercitan en la acción, instante a instante. En una palabra hay que institucionalizar la revolución. Institucionalizar la revolución implica disponer de órganos adecuados para la realización del cambio. En el evangelio (Marcos 2:22) se nos dice que hay que poner el vino nuevo en odres nuevos: de otra manera, ambos se estropearan. Todas esas improvisaciones tipo "Clap" "Chamba Juvenil" por ejemplo, que se presentan y se venden como nuevas han sido "puestas" en los mismos odres viejos de la corrupción, de la mediocridad y de la insolidaridad.
CODA
Presidente un primer paso en ese camino de Oriente es llamar al pan pan y al vino vino. Lo que implica deslastrarse de la demagogia cívico-militar. Es un tremendo error "confundir" una de las actividades más noble del ser humano (y de todos los seres sintientes) con una "chamba".