Acostumbrado a dar la charla antes de empezar la consulta de hipertensión, decidí ese día el cual me llevé a mi tío Luís para hacerle unos exámenes, hablar cómo ahorrar para comprar los medicamentos. Consideré que en las costumbres de compra de bienes y servicios, algunos se pueden obviar y dejarlos de adquirir. Sí, dejar de comprar adobo y cubito, lo mismo el refresco, los dulces, los helados, el licor y hasta el periódico, este esfuerzo es un aporte a su salud y un ahorro, redundaría en una base monetaria para la adquisición de los medicamentos. Pero cuando empecé a decir que dejar de jugar lotería, caballos y dejar de asistir a los bingos y casinos, mi tío puso una cara de “no estoy de acuerdo”.
Al terminar la jornada de trabajo en la consulta del ambulatorio, cumplida la misión de realización de exámenes complementarios a mi tío, conversamos sobre lo que le había molestado de mi charla a los pacientes. El me aclaró que los juegos que había nombrado eran legales, que prácticamente se podía decir que es una política de estado. Me explicaba que todas las loterías y os hipódromos son propiedad gubernamental regional o nacional, que las ventas de loterías, los bingos y casinos eran autorizados por la ley elaborada por la asamblea nacional y organismos gubernamentales competentes.
La reflexión final fue desmoronadora: estás equivocando de diana o “target” en tu lucha, le disparas a los quienes están dentro de la ley ejerciendo un derecho que le da las leyes y el gobierno. Se debe acudir a pedir que los entes gubernamentales ejecutivos y legislativos, sus actores, aprovechando que se puede participar en la planificación, ejecución y control de los procesos públicos, retracten su responsabilidad en la legalidad del juego.
En este año se consideró en muchos colectivos no renovar la concesión a Radio Caracas Televisión, el presidente y comandante de la revolución la cual se desarrolla en Venezuela, Hugo Chávez Frías, ya opinó, no se renueva. Así también queremos que los colectivos y personas revolucionarias consideren la eliminación o permanencia de los juegos de azar en Venezuela. Me da escalofríos cuando me cuentan que una colega ha abandonado prácticamente su trabajo por estar dedicada a asistir a jugar en un casino de nuestra ciudad de Maracaibo, ha perdido parte de sus bienes por tener que venderlos para cubrir sus deudas y necesidades de juego. También recuerdo al charrasquea`o Ortega cuando lo agarraron en su acostumbrada vida de casino, será que el azaroso mundo del juego va contra la salud colectiva e individual.
La constitución reza en sus artículo 83 que el estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida. Los juegos de azar, las loterías, caballos, bingos y casinos no proveen eso precisamente, pueden llevar a cualquier adulto o anciano a exponer a perder su bienestar. En nuestras raíces históricas bolivarianas no hay episodios o son muy escasos de juegos de azar. La revolución no se puede hacer en un bingo o un casino. No podemos perder a estos vulnerados revolucionarios o no, la patria lo reclama.