Esa es la disyuntiva imperiosamente actualizada: socialismo o barbarie, revolución anticapitalista o caos.
¡Cuánta razón tiene esta sentencia de la siempre recordada Rosa Luxemburgo, la rosa roja del comunismo del siglo XX!
¡Cuánta pertinencia tienen quienes se esfuerzan por recrear el comunismo del siglo XXI y luchar por el tránsito hacia él.
Es más que evidente la aceleración de la crisis de decadencia de la civilización burguesa, la profundización y extensión de la multi-crisis del sistema capitalista mundial y especialmente del imperialismo occidental hegemonizado por EEUU; crisis económica, social. político-institucional, medio-ambiental, moral, militar, urbanística…; mientras el nuevo coronavirus continúa actuando como catalizador de una variante de caos todavía bajo control imperialista,
Es un dato de la realidad la continua recurrencia y el progresivo ascenso de las diversas expresiones dramáticas de esa crisis, tanto en el centro como en la periferia del sistema mundial; junto la potenciación de la tendencia parasitaria y destructiva de este capitalismo imperialista en fase senil.
La COVID 19 -montada sobre ella- además de desnudarla y develar con más claridad los estragos del neoliberalismo, está siendo manipulada para otro intento de de estructuración capitalista que tiene como centro la industria informática, las corporaciones mineras, las Farmas-Corporaciones, la industria militar y el saqueo mineros entrelazados.
· Guerrerismo y gansterización al servicio del saqueo.
Alarma el auge del militarismo imperialista, la persistente ejecución de su guerra global "infinita", su infame terrorismo de Estado con propósitos de control geo-estratégicos y sus desbordados afanes de conquistas y reconquistas de territorios ricos en "recursos" naturales estratégicos, vitales para la prolongación de su modelo guerrerista e informático.
Asistimos también a un creciente y brutal deterioro ambiental. Al agravamiento del calentamiento global. A la afectación en escalas nunca vistas de las fuentes de aguas, bosques, mares…
A la depredación y degradación de la corteza terrestre a niveles trágicos, acompañadas de una peligrosa contaminación consustancial al sistema dominante y a su patrón de acumulación.
Concomitantemente ha repuntado en grande la gansterización del capitalismo hasta imponer el dominio de mafias empresariales, políticas y militares en los países dominados por las derechas.
· Rebeldías populares y fraccionamiento del sistema imperialista.
En ese contexto -en el que fluyen desigualdades brutales, guerras desbastadoras y pandemias inducidas como nuevas formas de agresión, control y acumulación- también se eleva el empobrecimiento de pueblos y territorios, crece la indignación como contrapartida y se multiplican las resistencias y movilizaciones populares contra los efectos desgarradores de las recetas neoliberales o neo-conservadoras impuestas.
Al mismo tiempo tiene lugar el fraccionamiento y la segmentación de la globalización del capital, a partir de la actual declinación de la tendencia a la unipolaridad geopolítica a favor de EEUU registrada después del colapso de la URSS.
En Europa y a escala mundial perturba en grande la tradicional hegemonía del Imperialismo Occidental, con EEUU a la cabeza, la evidente recomposición de la Federación Rusa como superpotencia militar.
Nuevas complicaciones les restan posibilidades a las re-conquistas militares de EEUU y su OTAN, entre ellas, la reciente concreción de la alianza estratégica de RUSIA con CHINA POPULAR y la importante contribución de ambas potencias a la formación de nuevos bloques fuera del control de EEUU y la UE, que incluyen a Irán en el Oriente y a Cuba, Nicaragua y Venezuela en Nuestra América.
En consecuencia, hoy son más complejas, intensas y peligrosas las fracturas sociales y políticas al interior del sistema capitalista-imperialista mundial y al interior de cada una de sus potencias centrales.
· Neofascismo a la vista y contra-ataque de EE.UU en nuestro continente.
Repuntan, además, con gravitación internacional y local, corrientes fascistoides con altas dosis de chauvinismo ultra-derechita, racismo, xenofobia y pretensiones de supremacía blanca; con crecientes posibilidades de ser gobierno y poder dominante en varias potencias y en no pocos países periféricos.
Por otra parte, las dificultades y reveses sufridos por EEUU a nivel extra-continental han potenciado su tendencia al repliegue y a la intensificación del contra-ataque violento en nuestra América contra todos los procesos que no controlan, y contra las rebeldías de clase y los anhelos de soberanía y cambio social presentes en nuestras sociedades; generando nuevas confrontaciones.
En este momento los blancos de ataque cruciales de esa contraofensiva son Venezuela bolivariana y chavista, Cuba pro-socialista y también Nicaragua anti-imperialista con su proyecto de canal inter-oceánico; contra sus soberanías -y en el caso venezolano por sus inmensas reservas de petróleo, gas, oro, minerales estratégicos, agua y biodiversidad- los odios imperiales se han tornado especialmente apasionados.
Por eso, contra estas tres naciones de Nuestra América, en medio de una transición difícil, se han desatado todos los diablos imperialistas y todas las perversidades ultraderechistas.
Previamente, Ecuador, Brasil, Haití, Honduras y Bolivia han sido las víctimas más recientes del endurecimiento de la rabia del Norte Brutal canalizada a través sus testaferros contra todo lo que apunte a romper cadenas, a reconquistar soberanía y autodeterminación en esta convulsionada región; víctima, además, del hambre y la voracidad en pro de minerales y recursos naturales estratégicos.
Con razón el golpe de Estado en Bolivia, que de entrada anuló su soberanía, ha sido denominado el golpe por el control del litio, a cargo fundamentalmente de las transnacionales de las industrias aeroespaciales y de los vehículos, baterías y dispositivos electrónicos que requieren altas dosis de litio.
Tales retrocesos a base de violencia imperial, no logran estabilizar sus nuevas modalidades de colonización, las cuales no tardan en recurrir a sembrar caos ante rebeliones populares difíciles de contener.
· Necesidad y retos del rescate de la soberanía y la revolución social.
En lo esencial el choque entre un imperialismo agresivo por senil y decadente, y la necesidad de soberanía y revolución social podrían tender a ser dominante a mediano plazo.
La barbarie y el caos, para ser superadas, tendrán que ser enfrentadas por un proyecto transformador de socialización de la economía y del poder en todas sus acepciones, de grandes cambios en las relaciones entre los seres humanos y el ejercicio de los derechos y libertades fundamentales, camino a un mundo solidario.
Esto exige enfrentar sin vacilaciones el poder de la burguesía transnacional y las poderosas burguesías locales, de sus voraces agentes depredadores, de sus monopolios y oligopolios, de su complejo militar-financiero parasitario, de sus Estados y supra-poderes corrompidos y corruptores.
Exige defender todos los procesos auto-determinados frente a la feroz agresión imperial.
Exige a los Estados que defienden su soberanía profundizar las transformaciones en dirección a superar la vía capitalista y acelerar la socialización.
Exige coordinar, regionalizar e internacionalizar indignaciones, resistencias, rebeldías, desobediencias, insubordinaciones, insurgencias y propuestas que forjen alternativas transformadoras.
Exigen amalgamar la universalidad de la lucha de clases con los combates al ecocidio y las diversas luchas contra todas las opresiones y violencias funcionales al fracturado y gansterizado orden capitalista-imperialista: contra sus mafias gubernamentales y empresariales, su cultura patriarcal, su racismo, su xenofobia, su guerrerismo, la masculinización del poder, la homofobia y la dictadura de los/as adultos/as… donde quiera que se expresen.
Exigen desplegar las banderas del antiimperialismo y el anticapitalismo, y sembrar socialismo.
De ahí la importancia de los esfuerzos, que en Nuestra América tiene como epicentro a Caracas, realizados por intelectuales revolucionarios y fuerzas políticas enfrentadas en pensamiento y acción al actual sistema de dominación, para sentar las bases teórica-políticas de una nueva INTERNACIONAL ANTI-IMPERIALISTA.