V
“El tiempo hace justicia y
coloca a cada uno en su sitio”
Voltaire
“Los filósofos no han hecho más que
interpretar de diversos modos el mundo,
pero de lo que se trata es de transformarlo”
Kart Marx

Pese a esta frase que coloco arriba, reitero que Kart Marx es ante todo un filósofo, más que un político i que pensó situado en la realidad, en el tiempo que le tocó vivir, como en el siglo XX lo hizo Russell, cuando filosofar no era hacer sistemas filosóficos que trataran de explicar la totalidad de mundo i vida. En título lo he conservado hasta este quinto artículo, para conservar la unidad de la serie, pero ya debería ser más bien, ¿Qué es el socialismo? Conociendo, entonces, lo ya transcurrido durante unos dos siglos, apreciar sus características, logros i fracasos, pensar un nuevo socialismo del siglo XXI, donde no recurriremos exclusivamente a la tradición europea o de toda la historia, sino a las ideas que se dieron también en América, desde Bolívar i Simón Rodríguez, hasta muchos autores en diversos países de este continente, o otras visiones más contemporáneas como el pensamiento de Gramsci, por ejemplo. Igualmente combatir las ideas que no podemos decir es “pensamiento equivocado” simplemente (como cuando leo a Oswaldo i a tanto “intelectual” venezolano enajenado) quienes hablan i escriben estupideces de la Revolución Cubana, de la obra de Fidel Castro, de la pasión revolucionaria del Ché Guevara i de todo lo que empezamos a darnos cuenta, está salvando o reivindicando la dignidad de estos pueblos que despiertan, frente a las atrocidades coloniales cometidas hace ya más de dos siglos, por el Imperio Norteamericano. Estábamos llegando otra vez a la “marca” en el tiempo de sumisión (300 años) que encolerizó a Bolívar; ahora diríamos como él en la Sociedad Patriótica ¡Es que dos siglos de opresión o doscientos años no bastan! Tal parece que como en los tiempos de la Independencia de la América del Sur principalmente, a Venezuela le toca ser pionera de los cambios sociales para libertarnos nuevamente de un imperio, i teniendo en Chávez, un líder que ya ha ido levantando pueblos o naciones, como el Libertador en el ayer no tan lejano. Por eso me gusta esa frase que muchos nuevos líderes han repetido: estamos no en una época de cambios, sino que hemos cambiado hacia una nueva época. Estudiaremos los ejemplos socialistas que se han dado, i el prototipo de ellos que, los capitalistas i ultra conservadores señalan como el gran fracaso del socialismo o del comunismo, con la caída de la Unión Soviética; hai que aclarar que allí no fracasó el socialismo ni el marxismo; simplemente fracasó un régimen de terror stalinista que, prácticamente, destruyó marxismo i socialismo, dándoles mala fama. Sin embargo, creo que en la Unión Soviética lo que hubo fue un Socialismo de Estado, totalitario, cruel i tan esquizoide como el súper dictador José Stalín, hombre que no tuvo los conocimientos ni la cultura de Lenín ni de Trosky i por eso las cosas que sucedieron. Muerto Lenín se le utilizó como un ícono i a Trosky se le corrió al exterior i se le mandó a matar, porque este si pensaba bien sobre la transformación social que necesitaba Rusia. Además considero, que siguiendo el esquema dialéctico hegeliano, la lucha de clases que evidentemente era una realidad, no conduciría a un verdadero comunismo, con la finalidad de desaparecer el Estado Policial o Político i dejar exclusivamente un Estado Administrativo i una sociedad sin clases. Eso es una utopía que nunca se realizará, a menos que siguiendo esa ruta en todos los pueblos del planeta, se pudieran alguna vez, en miles de años, llegar a una integridad terrenal inimaginable. Además, pese a que en la filosofía misma, yo defiendo que no puede haber una filosofía genuinamente americana, que no tuviese ninguna conexión con la filosofía clásica europea u occidental (lo mismo que en arte, ciencia, tecnología, religiones, etc.) pues nuestras raíces culturales están lejos en la historia a punto que, Jorge Luis Borges llegó a decir que “todos somos griegos en el exilio”, en América han surgido hombres excepcionales en todo, como Rubén Darío ofreció al Viejo Continente una poesía nueva que entusiasmó a Verlaine i creo que Simón Bolívar también ofreció una idea nueva de libertad de pueblos, i Simón Rodríguez una educación del mismo rango, i Sucre una éticidad en la guerra reconociendo los derechos del vencido, o Urdaneta un ejemplo de honestidad política como nunca i luego en toda la América, con sus propios íconos i libertadores en cada patria, dieron sentido a la denominación con la cual también nos conocieron los europeos de: “El Nuevo Mundo”. Por eso, siempre he dicho a mis amigos que, pasar de un mundo globalizado capitalista, regido por minorías enriquecidas, dominadoras de mayorías empobrecidas, a un nuevo socialismo, tiene que existir una transición; que no se puede hacer desaparecer al capitalismo de una sola vez o por decreto, sino sacudiendo su poder dominador irracional i asesino, aunque conservando sus pocos rasgos positivos, porque tenemos que admitir, ni todo lo socialista es bueno, ni todo lo capitalista es malo; que debemos estudiar la experiencia socialista por lo menos de dos siglos, leer por ejemplo en EL GRAN VIRAJE DEL SOCIALISMO, lo que nos señala Garaudy que, “el peor error que puedan cometer los revolucionarios (ya en la Constituyente hablé mucho de que existen categóricamente revoluciones pacíficas) es mirar atrás a las revoluciones del pasado, cuando la vida proporciona tantos elementos nuevos” i yo agrego, cuando es tan distinto el mundo de inicio de este nuevo siglo, al mundo de fines del XIX i comienzo del siglo XX. Las contradicciones de hoi no son las contradicciones de ayer, ni tampoco los peligros. Por eso, envenenar a la clase media i pretender hacerlo con un pueblo despierto, con lo “horrores del socialismo” es una tarea que no tendrá éxito (al menos así lo pienso) porque el comunismo en sí es una entelequia, para lo heterogenea que es la vida del hombre i mucho más su mentalidad. Podemos hacer realmente i por etapas bien pensadas, un socialismo nuevo, sano, evitando o superando las contradicciones, inspirados en nuestros pensadores especialmente los de la independencia, Miranda en principio. Un socialismo humanista, democrático, participativo i protagónico como ya se asentó en nuestra Constitución i con la intención que señala Garaudy, siguiendo a Marx, posibilidad de una civilización nueva, otro tipo de civilización, formar un hombre nuevo para resolver necesidades nuevas –esto lo decía Marx en su crítica al socialismo vulgar- pues no consiste solamente en extender a las masas populares las formas de confort, de lujo o de arte que hasta entonces eran herencia de los privilegiados, sino en crear necesidades nuevas i medios nuevos para satisfacerlas, crear así formas inéditas de felicidad, de belleza y de vida. Tal es la tarea del socialismo, dice Garaudy: “Ofrecer a cada hombre la posibilidad real de llegar a ser un hombre, es decir, un creador, en todos los niveles de su existencia social, el de la economía, el de la política, el de la cultura”. Por este camino va el socialismo que queremos para Venezuela i que, debemos comprender, no puede ser aislado. Es una inspiración que debemos encender en todos los países vecinos de nuestro continente i de todo el mundo, necesitado de combatir al imperialismo, la acertada expansión i necesidad de integración que ha desplegado nuestro presidente i la política exterior energética i de vida social de Venezuela. Los miedos dejémoslos a la oligarquía opositora; ellos crean esos fantasmas i ellos mismos son los que se asustan. Por eso, el socialismo no de decreta ni se crea de la noche a la mañana, pero cuando una gran mayoría tiene conciencia de lo que significa o es, entonces es un avance vertiginoso. Por eso dice el autor que he citado en su obra EL GRAN VIRAJE DEL SOCIALISMO: “La inteligencia de decenas de millones de creadores proporciona algo infinitamente más elevado que las previsiones más vastas y geniales”.

(Continuará)

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