Lo que aquí casi nadie sabe es que, durante el llamado período republicano en Venezuela en el siglo XIX, se hizo un acuerdo tácito entre legaciones de países europeos para acoger y proteger aquellos presidentes nuestros que fuesen derrocados por asonadas militares. Este tipo de protección se hacía a cambio de que los llamados "presidentes" nuestros, regalasen los recursos de Venezuela a los países europeos que ellos representasen. Esto fue una monstruosa práctica de esos países que hoy conforman al hatajo de ladrones y esclavistas que dirigen la Unión Europea y el Reino Unido.

No se puede conocer el momento actual de nuestro país sino se conoce la historia de los pueblos de América Latina, de dónde venimos y cómo se ha venido gestando lo que padecemos y enfrentando. Hay gente que quiere cambiar las cosas sencillamente pensando que quien nos gobierna es el culpable de lo que padecemos.

Cuando una Nación decide llevar las riendas de su propio destino ésta será amenazada de muerte por los que controlan el mundo: si usted no entiende esto, por favor no opine, no hable, no se queje. Si usted no entiende esto vivirá toda la vida en un infierno de críticas fútiles, vivirá enfermo de odios que desconocerá y no podrá controlar.

Deben saber los venezolanos, que en toda su historia hemos tenido sólo cinco verdaderos presidentes de la república: Simón Bolívar, Cipriano Castro, Isaías Medina Angarita, Hugo Chávez y Nicolás Maduro. El resto de los que se llamaban aquí presidentes jamás llegaron a gobernar este país: los gobernaban a ellos desde Estados Unidos y desde eso que hoy se llama Unión Europea unida a Inglaterra.

Todos los presidentes de Venezuela, desde José Antonio Páez hasta Antonio Guzmán Blanco fueron puestos y gobernados por los cónsules en nuestro país de Inglaterra y Francia. El país galo manejó como le dio la gana a la dinastía de los Monagas y luego al propio Guzmán Blanco y a todos los títeres que éste utilizó desde su residencia como un gran pachá en París. Páez fue una vil marioneta de los ingleses, que hasta las amantes se las seleccionaban y se la imponían. Barbarita Nieves fue la barragana que los ingleses le acomodaron a Páez para minarlo, debilitarlo y hacer con él lo que les diera la gana.

A partir del siglo XX, entra de manera decisiva la política de Estados Unidos imponiendo a todos los gobernantes de América Latina bajo el esquema de la política de la Doctrina Monroe: América para los gringos. De ahí en adelante, ningún presidente en América Latina podía ejercer el cargo de presidente la república sin la anuencia y el permiso del Departamento de Estado. Esto era tan determinante y decisivo, que a partir del derrocamiento de Isaías Medina Angarita, todo el que aspirase a ser candidato a la presidencia de la república, tenía que presentar sus credenciales ante la Casa Blanca, previa revisión exhaustiva de su pasado por la OSS o la CIA.

Para el derrocamiento de Medina Angarita, viajaron a Washington para la solicitud de la debida luz verde en esta acción tanto Rómulo Betancourt como Marcos Pérez Jiménez. Para que a Betancourt se le aceptase su participación tuvo que hacer un juramento público de que era anticomunista y que jamás había sido comunista de corazón.

A partir de 1958, todos los permisos para ser presidente en la llamada IV república fueron otorgados por el Departamento de Estado, de modo que EE UU jamás catalogó de violador de los derechos humanos, de prácticas terroristas, de tener conexión con mafiosos (o narcotraficantes) a Betancourt, Caldera, CAP, Luis Herrera o Lusinchi, pese a todas las masacres que ejecutaron: igualito a lo que hoy sucede en la monstruosa Colombia, país que para los gringos es una maravilla de gobierno democrático.

Pero apenas triunfa el Comandante Chávez en 1998 sin anuencia de Departamento de Estado se prenden todas las alarmas, y Bush solicita a los capos y esclavistas de Europa unirse, para atacar sin compasión y por todos los medios posibles al gobierno bolivariano. Enloquecen a los ignorantes y cobardes y se produce el golpe de 11 de abril de 2002. De modo que no se trata de que sea el presidente Maduro que nos gobierna, es la política criminal y sucia de Estados Unidos de la Unión Europea lo que nos ha llevado a esta dura situación en nuestro país. Si mañana un opositor trata de seguir su propia manera de gobernar le pasaría lo mismo.

De modo que si llegase a existir algún opositor que aspirase a que no nos bloqueen, a que no nos sometan a la espantosa tortura que padecemos, tendrá irremediablemente que pedir entonces de rodillas, en cuatro manos, que sea Washington quien dirija a nuestro país. Eso jamás sucederá mientras existan hombres valientes, justos, honrados y bolivarianos. ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!, ¡JAMÁS!...