Son horas intensamente dramáticas para el pueblo venezolano. Horas en las que brotan las contradicciones más bestiales de un sistema destinado a parar al basurero de la historia. Son horas, que al mismo tiempo, la dialéctica de la historia, las resume convirtiéndolas en un Momento Estratégico, solamente para las izquierdas revolucionarias en Venezuela. Aprovechable, si éstas últimas, lo aseguran, transitando caminos sólidos e impregnados de un cuidadoso espíritu de unidad democrática entre todas las fuerzas antisistémicas. Haciéndose acompañar de un programa correcto, con el diseño de una estrategia clara y una táctica de alianzas bien definida, que promueva el entusiasmo y sume al conjunto de las organizaciones populares. Conjurando todo aquello que reste, para que pueda desembocar en una visión nueva, enfocada en preparar los fundamentos del surgimiento de ese tan necesario instrumento político de las clases populares y trabajadoras.
De producirse esta situación, puede asegurarse que el resultado potencial sería la conformación de una izquierda que estaría en disposición de desarrollar su propia vocación de poder. Resurgiendo en el escenario nacional como una fuerza política capaz de asumir la responsabilidad de manejar el timón del Nuevo Estado Democrático Popular que deberá edificarse.
Pero, tal Momento Estratégico, entendido como el apareamiento entre lo necesario y lo posible, entre el deseo y lo realizable; demanda que las izquierdas se dediquen a tejer un amplísimo y fuerte manto de fuerzas sociales unificadas para que su propuesta de la necesidad de construir un modelo de sociedad superiormente más justo, pueda ser percibido por el pueblo como viable y efectivo.
Y como la necesidad crea al órgano, va a necesitarse asimismo, fortalecer un "sistema inmunológico" contra el bombardeo de los distintos virus de la desunión con los cuales, el enemigo intentará destruir la unidad alcanzada, pero que también alerte y neutralice a tiempo, cuando el ataque se origina por agentes de la descomposición, situados desde las propias filas de las izquierdas, que suelen resultar tan o más peligrosos que los de afuera.
Nuestra propuesta consiste en: "buscar el momento para la realización, en un corto plazo estudiado, oportuno y colectivamente acordado, de elecciones primarias internas, donde se escojan a las candidatas y los candidatos a las elecciones regionales de las izquierdas". Estamos convencidos, que esta metodología es la que más corresponde a la coherencia y al espíritu del discurso democrático que promulgan las izquierdas. Pero, además, estamos seguros, que es la tarea más importante hoy, en la cual las fuerzas políticas antisistémicas tienen que concentrar toda su preocupación y ocupación porque la misma le proporcionaría al pueblo venezolano razones, herramientas y una alternativa que lo motivaría a reorganizarse y movilizarse para materializar la esperanza de conseguir mayor justicia social con democracia política y económica.
Es vital que el pueblo venezolano sienta, con estas elecciones primarias, como suyo y necesario, hacer realidad el programa que las izquierdas le están proponiendo. Que le consigan un sentido y significado en la solución de los problemas, que lo simbolicen y lo traduzcan a su propio lenguaje y que luchar por ese programa vale la pena, para que de esta manera puedan sentirse plenamente identificado y que sus intereses como sus expectativas sean los mismos de las izquierdas, y en consecuencia juzgue como viable y alcanzable, a corto y mediano plazo, los objetivos que las izquierdas le están proponiendo. Si esto logra prender en el cuerpo de toda la sociedad, entonces pudiéramos con todo fundamento anunciar que: "Un fantasma recorre a Venezuela, el fantasma de las izquierdas".
En tal sentido, no tenemos otra convicción, que el paso inmediatamente más adecuado para conseguir lo arriba planteado, no puede ser otro, que el llevar acabo dichas elecciones primarias autónomas y que las mismas puedan también servir para tomar democráticamente la decisión de convocar o no una Convención Extraordinaria de Unidad de las Izquierdas, con un único punto de agenda: "Debatir el problema del poder". Tema sobre el cual, se construya una síntesis con las principales corrientes del pensamiento de la izquierda revolucionaria venezolana
Tanto a las elecciones primarias como a la Convención, las izquierdas deben adjudicarle un ensanchado contenido con un profundo significado histórico, en el cual quede resaltado su perfil democrático y fraternal, un parteaguas en la manera de hacer política en Venezuela, debe ser la maqueta del mundo que estamos planteando. Siempre tomando en cuenta, que el tiempo en el cual vivimos, los conocimientos humanos se desarrollan con una rapidez vertiginosa casi que fantástica. Y cada adelanto de las ciencias descubre a la humanidad nuevos mundos y cambia la esencia de las cosas. Lo cual, no hace sino facilitar a las izquierdas reunir todas las dispersas visiones y esfuerzos antisistémicos atribuyéndole a estas elecciones primarias un altísimo valor democrático y un verdadero carácter de revolución cultural que marque diferencias trascendentales.
Las izquierdas, si quieren ser, tendrán que superar su actual deficiencia situacional y presentarle al pueblo un borrador claro, realista y atractivo de su proyecto de sociedad, pero, sobre el cual, el mismo pueblo tenga el poder de incluir y hacer las debidas adaptaciones que más coincidan con sus propios intereses. En ese modelo, debe colocarse en relieve el sentido de ruptura con la continuidad de las viejas prácticas que condujeron la utopía al fracaso. Aquí la coherencia con el discurso de la unidad y el respeto a la democracia interna adquieren una importancia estratégica, de potente faro, porque a partir de ese gesto radical tienen las izquierdas la oportunidad de demostrar que reúnen los méritos éticos para acompañar al pueblo en sus diversas luchas emancipadoras.
Sin embargo, nunca estará demás subrayar lo siguiente, de repetirse los viejos vicios, jamás abandonados por los agentes de la descomposición, entonces este nuevo intento por darle vida a unas izquierdas unidas, estará condenado a una ineluctable desaparición a muy corto plazo.