La Revolución Bolivariana debe practicar la ejemplaridad como condición primaria de la organización que sustituye la explotación y la opresión generada por la cultura occidental dominante. Además debe enfrentar la ambientación y la manipulación llevada a la audiencia por el sistema político democrático; cuándo impone la corrupción del hombre y la mujer a través de los medios de comunicación radioeléctricos. Éste vinculo y ésta construcción del universo mediático, certifica la personalidad fraudulenta de los valores democráticos; sustituyendo la libertad de expresión con el derecho imaginario de disentir. El derecho a “disentir” es manifestado a viva voz, como el derecho de falsificar la realidad bien ignorándola o desnaturalizándola.
La lucha contra el fascismo democrático, la burocracia y la corrupción, debe conformar roles, basándose en el antagonismo (correctivo) del protagonismo (descomposición) que sostiene los diferentes niveles de dominación conducidos por el sistema de poder: ésta condición involucra las instituciones de Gobierno cuándo se asume la lucha contra la burocracia, la corrupción y los desequilibrios normatizados por el sistema político democrático. De lo meditado se desprende que la imagen auditiva de la palabra “democracia” permanece indefensa y sin resguardo. Mientras la adjetivación mediática permanece salvaguardada por la connivencia del sistema de poder que instruyó las leyes para la protección y satisfacción de los desequilibrios impuestos por burocracia y la corrupción de los valores ciudadanos e institucionales.
Ser referencia de una correcta y saludable gestión de Gobierno Revolucionario, debe ser el resultado de un “complejo” número de factores: éticos, morales, ideológicos, espirituales, colectivos y de producción social. De la misma manera - no referencialmente - debemos enfrentar y extirpa de raíz; la adjetivación mediática, transmitida como particularidad de la guerra sicológica impuesta a modo de contrarrevolución. No extirpar la estrategia anunciada por la contrarrevolución, produce el desequilibrio vital, que subordina los intereses colectivos de los pueblos a los individuales de la desestabilización y la desarticulación del proceso revolucionario.
Hoy se razona y se exige el reconocimiento de la ciudadanía y de la institucionalidad como el mayor de los derechos ciudadanos Por ese derecho y por el futuro revolucionario debemos reclamar gestiones de Gobierno pulcras, sin ilícitos ni corrupción. Es evidente que las instancias a las cuales se dirige un ciudadano común, cuando hay un ilícito en general, poco garantiza. Las instituciones se manifiestan, sordas, mudas, faltas de memoria y sin sentido de responsabilidad en el proceso que les corresponde. Bajo estas premisas es imposible enfrentar la burocracia, la complicidad, la corrupción y los métodos de negociación que ventilan los fraudes institucionales. Este estado de cosas ha durado mucho tiempo aunque tiempo tenemos de sobra para conversar de tanta inconsistencia ética y moral.
La corrupción tiene una infinidad de facetas escondidas. Unas desestabilizan y desarticulan el Gobierno. Otras se extravían en las normativas. Algunas dejan huellas indelebles desde el 10 de julio de 2006: construcciones ilegales iniciadas en las casas de habitación número 32,30 y 27, en la calle 3 entre 3ª Av. con Circunvalación de Pro Patria, Municipio Libertador: casas de habitación objeto de remodelación y / o construcción ilegal.
Las causas y los efectos de la burocracia y la corrupción se develaron cuándo los funcionarios o las funcionarias de las instituciones de Gobierno permitieron u omitieron:
* Estudios de impacto ambiental.
* Supervisión y control de capitales
* Permiso de los Bomberos Metropolitanos
* Presupuesto de costo de la construcción o remodelación.
* Las construcciones y / o remodelaciones sin los permisos respectivos.
* Impuestos municipales y nacionales requeridos por las instancias correspondientes.
* Planos estructurales de remodelación o construcción con la rubrica de un arquitecto o ingeniero colegiado.
Las mismas causas y los efectos de la burocracia y la corrupción implican la permisología de:
* Cambio de zonificación.
* Procedencia del capital.
* Permiso de habitabilidad.
* Pago de impuestos municipales para ejercer actividad comercial.
* Etc. y etc.
Es saludable aclarar que la Alcaldía del Municipio Libertador, la Junta Parroquial Sucre, la Dirección de Control Urbano de la Alcaldia del Municipio Libertador, la Jefatura Civil de Sucre; como instituciones responsables del control y la supervisión de las ilegalidades denunciadas por la comunidad en la calle 3 de Propatria; han sido irresponsables y negligentes; y lo siguen siendo, a pesar de las instrucciones dadas por nuestro presidente para luchar contra la burocracia y la corrupción.
El esclarecimiento de los procedimientos administrativos realizados por las instituciones involucradas en la atención de la convivencia ciudadana es un deber revolucionario impostergable demandado por la revolución en general.
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