Las luchas de los pueblos americanos a lo largo de la historia, fueron colocando hitos de conciencia colectiva, que escalonando en sus ansias de libertad, enfrentaron sucesivamente a los conquistadores primero, los colonizadores después y las manipulaciones imperiales británicas en el siglo XlX y XX y de EEUU hasta ahora.
No surgieron de pronto los "hombres nuevos", los libertadores americanos nuestros Padres Fundadores, eran personajes del viejo régimen que asumieron en su momento la responsabilidad histórica que emanaba el potar entre el poder dominador y las necesidades de sus pueblos, enfrentando a su propia historia, pero defendiendo los intereses de las mayorías populares, que sin dudas siempre trae como consecuencia inmediata el repudio y la persecución de los poderosos, del poder establecido, "de lo políticamente correcto" y paralelamente es el amor incondicional que da el pueblo, que como contrapartida se entrega al aliento necesario para la lucha, en condiciones asimétricas que siempre se dan entre quienes detentan el poder y quienes fueron sometidos, humillados, esclavizados y son excluidos de la mesa de decisiones.
Las campañas tempranas de Emiliano Zapata y Pancho Villa marcaron un camino desde el campesinado insurrecto en México después amputado por EEUU territorial y políticamente por décadas. Seguirían los Marti en Cuba muerto en combate, Tupac Amaru y Atari, en los pueblos andinos hoy Perú y Bolivia, los Villarroel de 1809, los Facundo, los Dorrego, los Monteagudo nuestros que dieron sus vidas en el siglo XlX, los mártires paraguayos víctimas de la Triple Infamia, el Chacho Peñaloza, el Comandante Andresito, y podríamos seguir con la lista de macabra de los muertos degollados y fusilados de la lucha por la liberación americana. Hasta el suicidio de Alem en 1896 podemos describir en esa larga lista, producido después de la Revolución del Parque, marcando el fin de un siglo trágico en la lucha de los pueblos, relatado por los vencedores en esa batalla que después de Caseros en nuestro país consolidaron la victoria de la dependencia, en la pluma de Mitre.
No sería diferente el siglo XX con los asesinatos de Gaitán en Colombia, de Sandino en Nicaragua, de Arbenz en Guatemala, el suicidio de Getulio Vargas en Brasil, con una lista inacabable de acciones destinadas a impedir la emancipación latinoamericana por parte de la acción sistemática del poder imperial, ejercido a sangre y fuego, recordar los asesinatos del 55, los bombardeos y fusilamientos de persecución al peronismo, en especial desde la creación de la Escuela de las Américas formadora de dictadores, hasta el asesinato de Salvador Allende por orden de Kissinger, el Plan Cóndor y las ejecuciones en Buenos Aires de los generales exiliados Torres de Bolivia y Prats de Chile, los senadores Gutierrez y Michelini de Uruguay y el mismo Lettelier en Washington.
Además de los programas de sujeción por endeudamiento a través del FMI, el BM u otros organismos, como asimismo con propuestas como la Alianza para el Progreso o el ALCA o el NAFTA en lo económico y productivo, hasta político institucionales de control como el Lawfare en los judicial o el Grupo de Lima en los geopolítico. La Mano del Amo Imperial se levantaba para disciplinar a los pueblos, corromper a los cipayos, eliminar las oposiciones, perseguir a los luchadores a sangre y fuego aun invadiendo EEUU en 33 oportunidades países libre de América Latina. Esa historia es ocultada a las nuevas generaciones y endulzadas con las culturas colonizadas emanadas de esos centros de poder, copiadas por el afán consumista y degradante del concepto del proyecto de vida de la felicidad,
Todas acciones destinadas a ejercer el control férreo sobre los pueblos latinoamericanos por parte del imperio anglosajón en sus diferentes etapas, intentando impedir la consolidación de los movimientos nacionales y populares con pensamientos estratégicos de Patria Grande.
Por esa razón somos el enemigo de una lógica de la dependencia. Somos la valla no sólo política sino cultural a una penetración que cada día se presenta más débil, acorralada por un mundo que le da la espalda al Imperio, que se derrumba adentro y afuera y con él, no sólo la supremacía del poder blanco anglosajón-europeo sino toda una estructura de pensamiento hegemónico, atlántico, colonizador que pretendió y aun lo hace, erigir de enemigo "al otro", al oriental, al indio, al asiático, al que profesa otras religiones, porque sobre esa base de construcción del enemigo erigía su propio poder.
Eso se terminó, el mundo se orienta hacia el Pacífico profundo, tanto por intereses económicos del motor chino, como por la liberación de las garras extorsivas del "occidente cristiano", basado en un capitalismo depredador, financiero, brutal e inhumano que arrasa las soberanías y lesivos para el ambiente, como lo demuestra el calentamiento global, la desertización de las tierras fértiles, las talas de bosques nativos, la utilización de agrotóxicos y sus secuelas de hambre y desolación de los pueblos.
Pero la duda surge entonces que viene tras la caída de un esquema de pensamiento dominante hasta ahora, con una lógica basada en la mirada que tiñó más de 500 años de historia y la respuesta es sencilla, viene del fondo de la historia que tiene más de 6 mil años, que fue arrasada por las sucesivas colonizaciones y que expresaban pensamientos más profundos, menos frívolos, con compromisos vitales con la vida, construcciones de cuidado de la vida y la naturaleza, con profundos despliegues de fe de los pueblos, en donde la paz inculcada por todas las religiones como organizadores sociales en sus tiempos, eran superiores a la confrontación, pero donde la humillación y la colonización no son admitidas.
Esa estructura emergente hasta ahora no reconocida es del pensamiento americano, mestizo, moreno, profundo que puede universalizarse frente a la decadencia del pensamiento eurocéntrico y antropocéntrico, macro económico e inhumano del capitalismo salvaje en cualquiera de sus formas: capitalismo liberal o capitalismo de estado.
Entonces aparece con fuerzas esa construcción en un proceso de ideas anti coloniales, emancipatorias, que siempre pervivieron en la conciencia colectiva de los pueblos americanos, como en los de otras latitudes, que más allá de haber sido vencidos en múltiples batallas nunca pudieron ser domesticados a los fines estratégicos, ya que una y otra vez volvieron a expresarse en un camino de Liberación.
No ha sido fácil recorrerlo, pero nuestros pensadores de los siglos XlX y XX siempre jalonaron la esperanza viva de la Patria Matria Grande que nunca debió dejar de ser. Sólo fue amputada por las ansias y fuerzas imperiales en cada momento histórico. Esa línea de pensamiento encuentra en el Perón Filosófico una respuesta ecuménica, una voz de alerta al mundo, como la que hoy expresa Francisco, desde su lugar privilegiado de voz mundial, en donde repite los sistemas de valores y virtudes de un mundo nuevo al cual concurrir, desde una visión humanitaria y comprometida biocéntricamente.
En esta etapa de la Humanidad donde la Pandemia desnudó las "patéticas miserabilidades" de una crisis civilizatoria mundial, no sólo económica sino una degradación moral de magnitud, en donde la concentración de las riquezas obscena y criminal produce 24 mil muertos por día de hambre desde hace diez años promedio, de los cuales 8 mil son niños según UNICEF y que nunca se declaró una Pandemia del Hambre, ni se cuestionó esa acumulación donde el 1% del planeta posee riquezas de magnitud de 4500 millones de personas. Esa progresión sólo puede llevar a la Humanidad a su extinción a menos que se produzca por la lucha de los pueblos, el freno necesario a la degradación del planeta que no es finito, como no lo es la vida de la flora, la fauna, ni de los seres humanos, que sólo conviviremos en armonía si encontramos el equilibrio justo entre necesidades de subsistencia y respeto al ambiente. Cualquier acción humana modifica la naturaleza, los límites lo imponen el cuidado, la inversión y el control político y popular de su accionar. No se trata de parar el mundo, se trata de hacerlo más humano, más vivible, en paz y en el respeto de los pueblos por su autodeterminación soberana.
Eso es necesario para construir poder popular y la Comunidad Organizada de las organizaciones libres del pueblos es una herramienta válida filosóficamente 70 años después del Congreso Mundial de Filosofía de Mendoza de 1949 en donde surge esta propuesta del peronismo, para acotar el sistema demo liberal burgués, que trasnsforma a los Pueblos en testigos de la historia y no en protagonistas. Así lo expresa fortaleciendo el poder popular como expresión de democracia directa