Los procesos políticos que convocan los movimientos populares de Liberación, son conformados por multiplicidad de sectores nucleados hacia objetivos comunes de Patria, que son las utopías movilizadoras que motorizan a largo plazo los caminos de lucha, que van tapizando los caminos de la historia conformados por los Pueblos.
Ningún antecedente histórico muestra héroes individuales que cambian la historia, por lo contrario son los Pueblos quienes erigen líderes que representan sus aspiraciones comunes, para consolidar las estrategias de poder popular organizado, permitiendo articular el conjunto de parcialidades que constituyen el movimiento nacional y popular, en su lucha por la construcción de un modelo social y productivo biocéntrico, solidario, con justicia social y soberanía política.
Si son los pueblos los únicos protagonistas de la historia, sujeto común denominador en las luchas populares, que cambia los paradigmas en cada etapa política, que interpreta e interpela al poder de turno, lo avala o lo combate, con una conciencia colectiva de lucha, conformada por las subjetividades complejas de los individuos y los sectores, con aspiraciones múltiples y demandas direccionadas, debemos comprender porque la política es la ciencia de las ciencias.
Es que la conducción política de un camino estratégico requiere planificación, que permita recorrer el camino hacia esa construcción de Patria y Pueblo, con la guía que generan las esperanzas de ser parte de una epopeya, que los enemigos de la Nación pretenden enterrar. Porque el campo de batalla de la política, en paz y democrática, como la ha practicado desde siempre el peronismo, choca de frente con aquellos sectores que quieren subsumir la Patria a los intereses coloniales, entregando desde sus recursos naturales a su soberanía política, borrando la memoria y limando la identidad del Pueblo.
Los acontecimientos que se han generado en nuestro país, con un Gobierno nacional y popular, un Frente que construyó la principal espada que lidera el espacio, la actual Vicepresidenta, para derrotar al neoliberalismo de Macri/EEUU, es un ejemplo de construcción electoral de facetas múltiples, convocando a sectores dispersos y canibalizados, a los que les faltaba encontrar el eje aglutinador de la batalla principal. Cristina lo pudo ver y construir con la amplitud necesaria para esa lucha en que se venció. La pregunta que sigue es si con esa maniobra electoral se garantiza la acumulación de poder popular, a la cual nos avocamos a analizar.
Debo partir de una cuasi definición: ni el armado electoral, ni la movilización alcanzan por si solas, para recorrer el camino de desmontar el sistema de dependencia que construyó el neoliberalismo en décadas, desde lo cultural a lo institucional, en un armado de colonización de la Patria y sujeción del Pueblo. Lo vivimos durante los 12 años de nuestro Gobierno nacional y popular que no alcanzaron para solidificar una estructura pétrea, al servicio de las mayorías populares. Sin dudas fueron los años más felices de las últimas décadas pero no alcanzaron al grado de institucionalizar la revolución peronista, ya que fue desmontada en menos de 4 años, llevando al país al mayor grado de dependencia colonial, desde la recuperación democrática.
Nos preguntamos entonces cual fue la causa que se pudiese desmontar en poco tiempo la ampliación de derechos conseguida en esa gestión, con objetivos sociales de inclusión y hacia una construcción de justicia social. La respuesta que surge para la discusión es si hubo o no planificación estratégica que institucionalice, consolidando en el tiempo los cambios generados, siendo la ley de medios un ejemplo de esa debilidad en la implementación de una herramienta esencial para la democratización del poder, que el enemigo pudo borrar de un plumazo. Los mismos caminos llevan a los mismos resultados, lo cual implica ir a escuchar a Simón Rodríguez en respuesta a Bolívar en el exilio jamaiquino: "o inventamos o nos derrotan".
Entonces surge con fuerza la necesidad de institucionalizar al movimiento nacional y popular en la Argentina, hacerlo con todos los sectores que lo componen desde los Movimientos Sociales al Movimiento Obrero Organizado, tanto CGT como ambas CTA, los curas Opción y Villeros, las Cámaras PYMES, los Partidos aliados y las organizaciones políticas y de DDH, la Liga de Gobernadores que proponen la ampliación de la Corte ya.
Es sin dudas un camino que junto a la identificación clara del enemigo, permite compactar al Movimiento nacional, como se ha demostrado en las últimas movilizaciones masivas, alegres, espontáneas, recuperando la calle para el Pueblo y equilibrando la asimetría del poder real y la fragilidad del Gobierno, producida además de errores propios, por un ataque sistemático de la reacción conservadora que intenta borrar su propia historia de entrega y claudicación nacional.
Pero la Organización vence al tiempo, si se avoca a diseñar los objetivos estratégicos del país, volcarlos a la discusión en el seno del pueblo, en una militancia destinada a la construcción de la Comunidad Organizada que sostenga ese camino, más allá de los avatares políticos que siempre suceden en la vida política, desde una Pandemia hasta una Guerra Mundial que condicionan sin dudas el accionar del Gobierno, más aún en situación de dependencia en que quedó el país ante el saqueo neoliberal.
Para ese fin de la organización es indispensable discutir el marco estratégico de objetivos comunes de Patria, en el cual se encontrarán todas las partes del movimiento nacional y popular con planteos comunes en el tiempo, aunque se recorran en andariveles distintos correspondientes a las identificaciones sectoriales, que deben preservarse como un hilván en un traje: juntos sin coser, ni dogmatizar verticalizando decisiones que deben discutirse horizontalmente, para tomar decisiones conjuntas.
Sin dudas objetivos como: una Nueva Constitución, la Nacionalización de los servicios públicos, la recuperación Soberana del Río Paraná, la Libertad de los Presos Políticos, la ampliación de la Corte Suprema, nueva ley de entidades financieras, reforma tributaria progresiva, nuevo marco regulatorio de Medios y Redes, entre otros planteos políticos estratégicos que desde un marco organizativo, se sostienen en el tiempo y se recorren las coyunturas complejas, con destino cierto en las decisiones tácticas.
Las decisiones que conducen a un proceso de Liberación nacional de una dependencia que ya lleva décadas, con períodos de aire fresco que no alcanzan a modificar esa situación colonial, necesitan una respuesta de conjunto de parte del Movimiento Nacional y Popular, en una construcción de Patria Grande desde donde soportar los embates imperiales, tal cual los describió en su testamento político Perón: Modelo Argentino para un Proyecto Nacional. Esa idea fuerza permitirá al Pueblo construir un anhelado modelo solidario en un mundo brutal e inhumano, que arrasa con los afectos sociales. El peronismo sigue siendo la respuesta filosófica a esa demanda de la hora actual.
BIBLIOTECA
Héctor Cordone: Las estrategias de la lucha: textos sobre movilizaciones populares y movimiento obrero en Argentina en la primera mitad del siglo XX Ed. CEIL libros
Ignacio ÁLvarez-Ossorio : Movilizaciones Populares Tras las Primaveras Árabes (2011-2021 Ed. Los Libros De La Catarata
Susana Lafon Michel Seguier: Movilizaciones Populares Ed. privada