Análisis y perspectiva

Debemos comenzar este artículo diciendo, que el estado en Venezuela no lo dirigen los empobrecidos del chavismo ni de la oposición, está dirigido sí por una alianza de las clases burguesas, conformada por el partido madurista, los partidos de la oposición progringa + el sindicato de los explotadores, fedecámaras. Lo que lo define; como un estado burgués de una naturaleza dependiente y subdesarrollada. Es decir, una herramienta colonial que sirve de dominación de las transnacionales imperialistas para dominar al pueblo venezolano y expoliar sus riquezas naturales. Es decir, es un estado/gobierno enemigo de los intereses nacionales, del pueblo venezolano.

Pongamos un ejemplo para ilustrar lo que queremos decir, las sanciones económicas que el imperialismo aplica sobre Venezuela, no están destinadas a derrocar a Maduro, el imperialismo norteamericano conoce perfectamente que los menos perjudicados son el madurismo y sus aliados de la oposición progringa. Las sanciones están diseñadas para ser dirigidas a debilitar al pueblo venezolano en sus propósitos de constituirse como una nación y un pueblo soberano e independiente. Y este objetivo lo han logrado en parte, porque la fracción contrarrevolucionaria más exitosa, el madurismo logró penetrar las filas del chavismo, ya que este último solo era un fuerte sentimiento de identidad del pueblo con Chávez pero nunca llegó a ser un partido dirigido por las bases organizadas del pueblo. Y el madurismo si se constituyó en un partido de la contrarrevolución por eso logró tomar el poder y mandar a la basura todo lo que se había logrado con la revolución bolivariana.

Por lo antes señalado, nos parece de una importancia estratégica caracterizar políticamente la Venezuela de hoy y el mundo, porque de ello depende la definición del programa histórico de cambios que las fuerzas revolucionarias deberán aplicar para construir una república más justa e igualitaria que avance hacia la construcción de una sociedad de productores libremente asociados.

En este sentido, estamos convencidos que en las condiciones políticas por las que atraviesa Venezuela, el programa más correcto que las fuerzas revolucionarias venezolanas deben levantar y aferrarse es a la propia Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En este documento están contenidos los instrumentos legales que garantizan la realización de la igualdad de libertades para el libre desarrollo de cada quien como condición para el libre desarrollo de todos, porque al fin y al cabo el objetivo supremo de toda revolución democrática y popular es garantizar que cada ciudadano tenga la oportunidad de su libre desenvolvimiento, por consiguiente el estado que surja de esa revolución debe estar necesariamente bajo el control republicano del pueblo.

Ahora bien, para que emerja una fuerza política revolucionaria del seno mismo de los empobrecidos del chavismo y de la oposición como un solo pueblo con conciencia para sí que haga dirija una revolución en este momento en Venezuela, se requiere la organización de una vanguardia no hecha a base de siglas vacías y oportunismos electoreros, sino de esfuerzos organizativos que vivan cotidianamente con los sectores populares desarrollando la autoconciencia apoyada en los avances de la ciencias y organizando la voluntad de lucha por la liberación que vaya naciendo en el pueblo. La historia nos enseña que las revoluciones aparecen cuando las vanguardia, interpretando correctamente las oportunidad de condiciones,  logran con su persistencia y constancia que los programas de cambió que enarbolan el pueblo llegue a sentirlos como una necesidad. 

En resumen, en Venezuela las condiciones objetivas las hay de sobras y son del conocimiento y sufrimiento público, lo que seria necedad de nuestra parte estar repasándolas, pero lo que si es necesario recalcar siempre, es que la única porque no hay otra, tarea que deben llevar a cabo las expresiones dispersas del movimiento popular, es construir el frente de la unidad del pueblo, si deseamos tener un futuro mejor, llevar a cabo cualquier otro esfuerzo que no sea la unidad del pueblo, es ser cómplices de quienes están destrozando el país y la vida de los venezolanos.



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Arnaldo Aguilar Dorta


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