“Ahora que el petróleo es nuestro…”, como decía la canción de Ali

Rafael Ramírez denuncia que con la entrega del Campo de gas Dragon a la petrolera Shell, por parte del gobierno venezolano, se consuma la entrega del gas venezolano a la trasnacional y que públicamente se desconocen: las condiciones fiscales, impuestos o regalías, el precio de la venta del gas y por qué se decidió entregarlo a la Shell, quien decidió esto y la más importante de las preguntas ¿que gana el país con ello?

Dicho lo anterior, adelanto de antemano a cuestionadores de lo aquí se expondrá que no soy devoto de Ramírez, ni recibo salarios de él, ni del imperio por emitir opiniones. Siendo más expedito aun, dejo claro que sobrevivo apenas con los $100 a los que redujeron los ingresos de los trabajadores que dependemos del Estado venezolano.    

Lo que sostengo es que como bien dice Ramírez son muchísimas las interrogantes que surgen respecto al negocio del gas venezolano con los gringos después de la flexibilización de las sanciones económicas.

Pero digo más, no solo hay preguntas e interrogantes en cuanto a lo que se esta haciendo con el gas venezolano, hay preguntas similares a las que se formula Ramírez respecto al gas en todo lo que ocurre hoy día en el país. 

Pero si bien Ramírez será descalificado en sus denuncias, por los denunciados, por ser ladrón y corrupto, por haber desfalcado él y sus acólitos a PDVSA y por tener alta responsabilidades en el fraude ocurrido con los proyectos sobre el gas que en tiempos de Chávez se diseñaron y ejecutaron, bajo la responsabilidad de Ramírez, nada de ello desmiente el valor que puede tener y tiene lo que hoy denuncia Ramírez.

En Venezuela hoy cualquier cosa que implique manejo de dineros públicos es objeto de sospechas. Desde el manejo de las bolsas CLAPS, que bastante ha denunciado la derecha, con mucho de razón aunque los de derechas no sean quienes moralmente estén mejor calificados para denunciar corrupción, hasta lo que ocurre con los menguados presupuestos ministeriales en salud, educación y cuanto ministerio existe, sin dejar por fuera los fondos de Institutos Públicos, Gobernaciones y hasta la que pudieran considerarse más insignificantes( en lo que se refiere a manejo presupuestario) entre las 335 Alcaldías existentes en el país.

El manejo de dineros públicos hoy en Venezuela, de los recursos que provienen de la riqueza nacional, que por las leyes recae sobre los gobernantes, no esta beneficiando a las mayorías. Diría más, apenas una minoría parece terminar beneficiada por las políticas públicas del Estado venezolano.

No faltaran quienes argumenten que somos un país quebrado y que la riqueza fue dilapidada y que ya no hay riqueza que repartir, por tanto, debe privatizarse todo para que los “privados” una vez que generen riqueza haya algo que repartir. Ante esto solo diré que ese argumentario me parece tanto al que en los 90 impuso CAP en los balbuceos de la IV Republica y fue el mismo que termino enterrando al modelo de sociedad que desde 1958 se fundamento en la alianza de los partidos AD y COPEI y que significo alianza con poderosos factores económicos (burguesía económica-financiera parasitaria) que estableció un patrón de reparto de riqueza nacional que a partir de los años 80 entro en crisis y que estallo definitivamente a finales de los años 90.

Como abrí con las inquietudes de Ramírez, las cuales también comparto plenamente, cerrare estas reflexiones aludiéndolo también. No creo que sea Rafael Ramírez quien le ofrezca un futuro a la Patria venezolana. Su pasado por la estatal petrolera y sus vínculos con los casos de corrupción dejan claro que, al igual que la gente de derechas, apenas lo mueven intereses y apetencias personales. Pero quienes gobiernan hoy están dejando suficientemente claro que no lo están haciendo en favor de las mayorías, sino de sectores minoritarios. Las evidencias de esto abundan. 

 

PD: Hoy es el concierto internacional de Luis Miguel que ha decir de una periodista que llegue a admirar en el pasado “…es el símbolo vivo e irrefutable que Venezuela se sigue catapultando en la industria cultural internacional…” (Es la tarima más grande que se ha colocado en Venezuela). Cabe la pregunta ¿en que beneficia esto a millones de venezolanos que hoy devengan apenas $100 mensuales o a los millones de pensionados que sobreviven con $30 mensuales?. Me retrotrae esto a aquellos “gloriosos tiempos” de Venevisión y RCTV con sus galas y sus disputas por el rating mientras vastas mayorías eran convivados de piedra al reparto de la riqueza que se suponía de todos. 

 


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Carlos Luna Arvelo


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