Los inquisidores "socialistas"

El entrecomillado es intencional. Un verdadero socialista debe tener como condición la independencia de criterio, la sindéresis, la tolerancia, el respeto por la posición del contrario; la autocrítica debe practicarse como un ejercicio permanente.

Pero entre las varias amenazas que se han asomado en los últimos tiempos al éxito de este proyecto en que estamos inmersos, está el radicalismo.

Cada vez con más furor aparecen posiciones extremas que niegan la validez de argumentos distintos, aun cuando estos se produzcan en el propio seno de los revolucionarios.

Cuando Podemos, el PCV y el PPT anunciaron sus discrepancias en relación a la creación del Partido Unido, se produjeron inmediatamente respuestas altisonantes en contra de quienes hasta ese momento eran aliados del proceso. Hemos leído en Internet numerosos denuestos contra partidos como el PCV de larga trayectoria en la lucha política de la izquierda venezolana, mucho mayor que la edad de sus hoy detractores. Entiendo el rechazo contra quien salte la talanquera, me anoto en la lista de quienes desprecian a los traidores, pero no puede confundirse la disidencia, la crítica, con traición. Y eso es lo que está pasando en el seno del chavismo: la preeminencia de las voces radicales por encima de la de una mayoría más tolerante y crítica, que entiende que entre el blanco y el negro hay una gama de grises, pero que no se atreve a expresarlo por temor a la etiqueta escarlata.

El Padre José Palmar, el "cura revolucionario" del Zulia, ha escrito recientemente dos contundentes cartas: una en la cual denuncia la ineficiencia burocrática para atender graves denuncias que quiere formular en relación a supuestos casos de corrupción en Pdvsa y otra, publicada en Aporrea, en la cual le pide al Presidente que revise su decisión en cuanto a la no renovación de la concesión a Rctv. El Padre Palmar razona su posición, que no tiene que ver con indulgencia frente a los propietarios de la emisora, cuya programación él mismo censura, sino como un ejercicio de discernimiento democrático.

Uno puede coincidir o no con la postura del cura revolucionario. Ese no es el caso. El asunto está en lo que vino después: una andanada de cartas insultantes, atropellantes, en contra de alguien que ha sido un consecuente luchador social. La lluvia de insultos y denuestos en su contra que recibió el cura después de su escrito es una expresión más de ese extremismo estúpido, capaz de hacer un daño terrible. No he leído una sola línea preguntándole al sacerdote en relación a sus denuncias sobre Pdvsa. Ni una. Todas, en cambio, lo atacaron por su petición en torno a Rctv. A eso se le llama en criollo agarrar el rábano por las hojas.

Chávez y su proyecto tienen dos grandes enemigos: la corrupción y el extremismo. La oposición no está afuera. Está dentro, carcomiendo y haciendo más daño que el aquelarre que desde el exterior apuesta al fracaso. Los de casa, los de dentro, son más peligrosos.

Esos comen como el ácido sin que el organismo se dé cuenta.

mlinar2004@yahoo.es


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Mariadela Linares


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