Este madurato, con su manera de hacer política como si de un vecindario se tratase, se hunde más en su incompetencia. No sale de los gritos destemplados, las acusaciones estrambóticas; su vista corta y sus análisis parecen surgir de las peleas de un condominio. Ahora, su más nueva producción es acusar a mariacorina de cobarde y bravucona, de esta manera muestran un análisis político que aterra.
No se puede entender la política venezolana sin ubicarla en el tablero mundial, sin verla con los lentes de la geopolítica. Hay que elevarse al nivel planetario. En Venezuela, hoy, se enfrentan dos grandes bloques mundiales: uno, los gringos, con sus aliados europeos y del continente americano, enfrentado a los rusos, los chinos. Ambos tienen a sus operadores políticos nacionales.
Los gringos operan a través de mariacorina, “ella no es ella”, es la política gringa, se mueve con ese ritmo, con ese tiempo; por eso a veces parece que se detiene, que no chuta a gol, en realidad trabaja con los tiempos de los gringos, no dan un paso sin órdenes del norte. El mariacorinismo es una pieza de la política internacional gringa, que se mueve por sus intereses mundiales, toma en cuenta la guerra de Ucrania, el genocidio de Israel en Gaza, los movimientos de los rusos con el Brics, el destino del petróleo, las migraciones, las elecciones internas de noviembre.
El madurato se mueve en la geopolítica con la conducta básica de la inmediatez marginal, el provecho inmediato, el saqueo, con aquella norma de “como venga viniendo vamos viendo”, sin objetivos estratégicos, de esta manera, no hay principios fijos, todo es negociable. Como buenos oportunistas, se cobijan con el bando que más les ofrezca; ahora se pliegan a los rusos, se unen a los BRICS, mañana no sabemos para dónde cogen. No son confiables. Hoy, la Patria está en manos de mercachifles.
Las decisiones políticas locales dependen como nunca de los intereses, las decisiones, de los dos grandes bloques mundiales, el gobierno nacional, la oposición gringa, son instrumentos sumisos de estos bloques. Se ha quebrantado la Soberanía. En el fondo el objetivo de la lucha es recuperar la Soberanía, de tener Patria. Y ya lo veía Chávez, la única manera de tener Soberanía es con el Socialismo, un país capitalista necesariamente, como lo estamos viendo, caerá en las garras de alguno de estos bloques.
En Venezuela hoy, la política toma dimensiones mundiales, no es un asunto solamente local, se trata del destino de la Humanidad. Volver a Chávez, derrotar a la traición y a la derecha gringa, es restituir la Soberanía, tomar el rumbo de la construcción de una sociedad alterna al capitalismo suicida. Ya sabemos que la Humanidad capitalista no es viable, en esas manos se extingue. El mundo espera por un ejemplo, la esperanza de que es posible una manera de vivir, de organizar la sociedad, diferente al capitalismo. Ese ejemplo emocionará al mundo, ya vimos el despertar espiritual que significaron los primeros pasos que se dieron con Chávez; el continente tomó otra cara, el mundo no fue el mismo. El pueblo de Venezuela debe entender que está frente a un reto inmenso y hermoso: en sus manos está la tarea gloriosa, de marcar un rumbo de salvación a la Humanidad, ser ejemplo. Por temor a esa posibilidad los imperios asesinaron a Chávez, por esa posibilidad lo traicionaron, por esa posibilidad intentan sepultarlo bajo una avalancha de deformaciones y mentiras. Hoy debemos levantar de nuevo su ejemplo.
¡CHÁVEZ, ESPERANZA!
