Las actas (y que) de la victoria de Edmundo: volaron del CNE a la OEA

El Centro Cárter fue invitado como un observado más de las elecciones del 28j del año en curso en Venezuela y, como el que más y el que menos que valora con poder o sin poder, ha actuado como un CNE en miniatura envolviéndose en la bandera de nuestro país allá en los EEUU, con bastante tiempo a su placer y acomodo: ha mostrado como un hito de supremacía las actas del gane de Edmundo en la OEA, la que se ha convertido en una organización meticulosa, caprichosa, golpista y corrompida por su vigente secretario el uruguayo Luis Almagro, exministro de relaciones exteriores de José Mujica un exgobernante de imprecisiones del romanticismo sureño que últimamente reaccionaba como un lobo lenguaraz amaestrado por Bachelet.

Ahora la vaina está que arde, porque, pareciera que no tenemos un CNE allá en Venezuela pues, da a pensar metidos en la órbita de ideas de la OEA, de la que el gobierno chavista-madurista se retiró hace años, pero hay allí un fulano llamado Gustavo Tarre Briceño que dice ser y allí lo aceptan actuando como si fuera representante del gobierno de Maduro con voz y voto quizás de un apátrida que, ensucia nuestra dignidad de pueblo libre y, él como hijo de Tarre Murci se desempeña como un ambiguo títere que hasta ayudaría a contar las actas de toma lo tuyo Nicolás.

Corre el mes de octubre con las hallacas y el pan de jamón algo lejanos, pera allá en el país se decretaron las navidades y la gente está esperando sus aguinaldos para irse de rumba emprendedora de dame tres en vez de uno que, lo más que hay es tiempo para gastar, pero aún así hay una pelazón de insatisfacciones y no es de sueños sino de rabia que comer cuesta y da malos ratos, claro no hay inflación se jacta el BCV, pero cómo no haberla sino hay dinero que gastar y con qué se compra que la gente se ha vuelto carnívora de pensar en cosas malas con la carne por las nubes, pero lo que sí hay es bastante de que hablar para llenarse el estómago de aire fresco y para más vainas anda rodando en el ambiente que posiblemente para el último trimestre de este 2024, se inicie la llegada del fenómeno La Niña que no es venezolana opuesto a El Niño que tampoco es de allá.

Parece que en el país hay movilizaciones diarias y la gente sale a pedir a ver si alguien se apiade de ellos que los oigan y les den, por ejemplo aumento para jubilados y pensionados que, están sufriendo y padeciendo de miseria, así como se oye Nicolás. Vale, suelta los reales que no son tuyos, complace al pueblo que además sale, a pedir que suelten a sus hijos presos como menores de edad (cosa nunca vista en Venezuela), pon por lo menos a Diosdado a pensar como ciudadano libre y no como militar y que enderece lo que haya que enderezar que la vaina no está color de rosa y, el CNE que saque a la luz las Actas, sí las Actas, y no la OEA.

Molesta y fastidia oír tantas cosas desagradables que están sucediendo allá en el país, nuestro país. A la gente se le distrae con buenas acciones y no se le fastidia ni se le amarga la vida, nadie debe padecer de penas fortuitas, hay que darle felicidad al pueblo con buenos hechos que para eso es la revolución dentro del socialismo y, no distrayendo al pueblo con ofrecimientos que no se cumple. Hay que poner orden social y económico y levantar al pueblo de esa modorra cansona y egoísta y de fanatismos inútiles y paz, mucha paz que una voluntades y la salud física y mental que anda por el suelo que se oye.

Parece que el país está a la deriva en lo que se dice los derechos humanos y de vivir con hambre, hambre de todo.

El poder es para mandar, pero también para darle al pueblo la mayor suma de felicidad y, allá cuándo o es que, la guerra económica es infinita. ¿Hasta cuándo Gómez -dice el dicho? Y nosotros, amor con hambre no dura y si dura hay sufrimiento.



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Esteban Rojas


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