Es notorio que cuando el madurismo es arrinconado por la realidad de su gestión torpe e ineficaz, busca alivio acusando a diestra y siniestra. Algunos de estos objetivos se han ido modificando, adaptados a las circunstancias políticas. Antes fue una iguana, un rayo electromagnético doble. Después, fueron perfeccionando la excusa, la personalizaron: grupos colombianos, para dar la sensación de invasión y mantener distraídos; ahora incorporan a la acusación al servicio secreto español, para cobrarles que le dieron cobijo a edmundo y lo llaman presidente electo. Por supuesto, no faltan las acusaciones a la oposición gringa. Estas acusaciones son bufas, puro cuento: la iguana goza de buena salud, con España siguen las relaciones viento en popa, siguen los negocios con la Repsol.
Lo que no varía son los ataques al Ministro Ramírez. Lo atacan, por temor al recuerdo fidedigno del Comandante Chávez, el terror al regreso del legado del Comandante, el pánico al día cuando “paguen sus culpas los traidores”. No le perdonan a Ramírez que se haya mantenido leal al legado de Chávez, fiel el Socialismo, que condene la traición del madurismo, que explique que madurismo no es chavismo.
Los ataques contra el Ministro Ramírez han sido terribles, buscan instalar en la población una imagen distorsionada del Ministro, le han dicho de todo. Al atacarlo están atacando a Chávez; el Comandante controlaba todo al milímetro, no sólo las cuentas sino la vida, la moral, la conducta de sus ministros, Chávez no era pendejo para dejarse engañar. Lo que en realidad le cobran a Ramírez es su lealtad a Chávez, al Socialismo. Los que hoy lo llaman traidor, han entregado, han desmantelado a PDVSA, para privatizarla, funcionan como un ejército de ocupación.
Estos ataques se estrellan contra el muro de dignidad del Ministro, el Ministro no es un improvisado, llega a esta revolución chavista con un morral lleno de historia familiar, de sus amigos, es heredero legítimo de una tradición de lucha que comienza en la lucha armada de los sesenta, en la guerrilla urbana y rural. Estaba chiquito diosdado, cuando ya el Ministro tiraba piedras en las manifestaciones en Mérida contra la dictadura de la cuarta república y militaba en un partido revolucionario, corriendo los riesgos de la clandestinidad, riesgo que ya habían corrido sus padres, sus tíos, sus mentores ideológico en el barrio la Vega de Caracas.
Pues sí diosdado, cuando a la ligera atacas a Rafael Ramírez, estás atacando a Chávez, del que fue Ministro de confianza durante muchos años, hasta su muerte; estás atacando la historia revolucionaria de este país, nos estás atacando a nosotros, militantes junto a Ramírez por medio siglo, que damos fe de su lealtad y honestidad revolucionaria. Lo atacas y le sirves a la traición al legado de Chávez, recordemos que se resume en Luchar contra la lógica del Capital; como te explicas las óptimas relaciones con la burguesía de fedecámaras, no te da pena, piensa que diría Chávez.
La pregunta que surge de todo esto, es por qué este ataque a Ramírez, por qué ahora, a qué temen allá en miraflores. Será a que, frente a este desastre de gobierno, frente al llamado de la Patria herida, los civiles y los militares decidan sobreponerse a las dudas y al miedo y resuelvan salir de uds, pero no para caer en manos de la derecha gringa de mariacorinos, ni en una opción dictatorial, sino volver al camino de Chávez, y volteen los ojos hacia el Ministro Ramírez, opción, representante natural para comandar en la vanguardia del rescate del Comandante, del país, y de la opción revolucionaria en un planeta necesitado de rebeldía y de opciones.
Teniente Diosdado, y le decimos Teniente para invocar aquellos días de febrero, cuando un grupo de oficiales rescató la dignidad de este pueblo. Teniente, si aún les queda algo de dignidad de aquella gesta, por qué no invita a Ramírez a su programa para discutir la pregunta que nos dejó el Comandante Chávez, la pregunta que define las lealtades: ¿DÓNDE ESTÁ EL SOCIALISMO? Claro no podrás invitarlo, no te dejan, no se atreven, le temen porque representa lo que Uds. han traicionado, y representa el futuro, la redención posible. … bueno, sigan con su cobardía.
¡CHÁVEZ, DIGNIDAD!
¡VENGA TEMPESTAD!
