Saber quienes son nuestros enemigos es algo sencillo y cotidiano, no hay forma de que podamos equivocarnos ante una realidad tan evidente. Enemigos encontramos en todos los ámbitos de nuestro devenir diario. Muchas veces por confusiones y otras tantas por envidia, de manera gratuita nos hacemos de enemigos, sin medir los “enemigos” políticos, que llamaría necesarios para la confrontación indispensable en el campo de las ideas y de ésta manera, robustecernos de aprendizaje.
Los “amigos” son aquellos que siempre están de nuestro lado teóricamente en momentos difíciles, y de los cuales no pensamos jamás poder recibir un acto de traición, nos acompañan en la alegría y la tristeza se hace más llevadera cuando ellos están ahí, pero los amigos son una fuente prospecto de ENEMIGOS en la medida en que la amistad no se fortalece.
El alerta es para aquellos que dicen ser nuestros “amigos” y literalmente nos asesinan con su proceder, esta categoría de “amigos” la vemos generalmente en la política, personas que no conocen otro modus vivendi se sumergen en la hipocresía, y sólo procuran su lucro personal.
La Revolución Bolivariana está llena de “AMIGOS” que bajo la premisa de abrazar este proyecto político, se han incrustado en las instituciones públicas para desde ahí, bombardear y frenar los cambios macros que requiere la Revolución en la institucionalidad. Amasan la burocracia y la corrupción, no permitiendo el desarrollo necesario y los avances en las políticas macro que adelanta el Ejecutivo Nacional.
Estos “AMIGOS” de la Revolución Bolivariana disfrazados (algunos de gobernadores, alcaldes, diputados, así como ministros y toda la gama de cargos 99) representan uno de los mayores obstáculos al logro de objetivos que nos encaminen a los cambios que reclama la gran mayoría de los venezolanos que, esperanzados, buscamos salidas claras a una crisis que ellos se empeñan en mantener para distorsionar la naturaleza revolucionaria de este maravilloso proyecto político que hoy lidera el comandante Hugo Chavez Frías.
Es necesario ser autocrítico, y entender que muchos de estos males son producto de la ineficiencia y la falta de preparación de algunos compañeros en cargos claves de dirección. Errores en las designaciones por parte de nuestro Presidente, así como la inclusión de advenedizos y vividores de la política en cargos de representación popular, y la complacencia ante la ineficacia, y la certificación de las perversiones que bajo la tutela de la incapacidad, golpean de manera cierta y mortal, al buen funcionamiento de las instituciones del Estado Venezolano
¿Cómo depurarnos de este virus político que nos agrede y cercena las más elementales reivindicaciones que hemos podido conseguir gracias a la Revolución?
1. La denuncia es una de las vías que nos provee el carácter social de la Revolución Bolivariana, así como entender, que lejos del amiguismo revolucionario, está el bien común de la sociedad venezolana. No debemos dejar de agotar los canales que nos permitan desenmascarar a estos “amigos” que interfieren con el desarrollo. Es necesario comprender que en esta Revolución no hay intocables, es imprescindible la denuncia, quien no trabaja, debe hacerlo y si no lo hace, es nuestro deber denunciarlo, de no hacerlo nos convertimos en cómplices.
2. La persuasión, como elemento generativo de acciones encaminadas a la rectificación de errores que permitan subsanar las desviaciones.
3. La preparación político-ideológica y moral de los nuevos funcionarios a ocupar cargos en la Administración pública, así como en los cargos de elección popular.
4. La no ratificación en cargos de elección popular de elementos de comprobada insolvencia moral, llámense gobernadores, alcaldes o diputados.
5. Aperturar concursos populares a los cargos de libre remoción y nombramiento como única medida para erradicar el amiguismo y la conchupancia revolucionaria en las instituciones del Estado Venezolano
6. No contribuir con el desarrollo expansivo de la corrupción de funcionarios públicos, combatiendo las políticas del chantaje y del “¿cuánto hay pa’ eso?”.
7. Comenzar la reorganización del aparato burocrático del Estado con procesos de reestructuración que nos permitan depurar, sincerar y hacer más eficiente la plataforma administrativa de las instituciones.
8. El presidente Chávez no puede seguir rotando la ineficiencia por los diferentes gabinetes ministeriales, Ministro que no sea eficiente y no haga su trabajo por más “revolucionario” que sea, debe de salir de la institucionalidad sin recibir premios de embajadas. No dejaré de cuestionar (aunque muchos digan que el Presidente sabe lo que hace, algo que no certifico, el presidente Chavez es humano y como humano, se equivoca) el hecho de haber designado embajador de Venezuela en Rusia al único gobernador que perdió la gobernación en las elecciones pasadas, así lo haría de mal, que no fue ratificado por el pueblo, pueblo sabio de Nueva Esparta.
Por último cabe destacar la labor que deben de cumplir los miembros del Poder Moral (Fiscalía, Contraloría, Defensoría Publica, Asamblea Nacional y los Tribunales del país) ante las denuncias sobre la presunción de delitos de corrupción y malversación de fondos públicos que a bien tengan a realizar algunos ciudadanos, para así lograr la necesaria depuración de las instituciones del Estado Venezolano.
Patria Socialismo o Muerte…
Venceremos.
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