Los revolucionarios comprometidos con la nueva Venezuela que se está construyendo, vienen utilizando como consigna de avance y conquista, la referida a “patria, socialismo o muerte”. Desde el líder de nuestra revolución, hasta el revolucionario comprometido, que desempeña su labor en las comunidades, han abrazado esta frase, como timonel ideológico que nos conduce hacia el objetivo que nos hemos propuesto, que no es otro que la construcción definitiva de socialismo del siglo XXI.
Hay mucha gente, que utilizando el respeto y muchas veces el miedo que sentimos por la muerte, se ha dedicado a descalificar y desvirtuar el planteamiento. Y en este caso no estoy hablando de la gente que se opone al proceso abiertamente, me refiero a los que desde adentro (infiltrados) debilitan, de una forma sigilosa, el proceso revolucionario. Ya algunos de ellos, se han declarado contrario a esta expresión, otros develando su verdadera naturaleza, han diseñado otro: patria socialismo y vida, coincidiendo sospechosamente con la oposición. Cambiándolo en algunas oportunidades por; “patria, democracia o vida”.
Estos personeros, cuando descalifican nuestra consigna, nos muestran como personas que le hacemos remembranza a la muerte, seres violentos, irracionales, que concebimos la solución a los problemas solo a través de los conflictos, de la guerra a muerte. Que se nos dificulta llegar a acuerdos con otras personas. Pero es todo lo contrario. Con esos planteamientos, simplemente buscan ocultar su condición de burgués, de persona de derecha, que entiende y acepta las sociedades como está, no son de los que se embraguetan por una causa, son los que tienen un precio para todo, los que terminan vendiendo las luchas por 30 monedas de plata. Son los mismos burócratas que se han enriquecido en las labores de gobierno, los que se creen que fueron predestinados por Dios, para vivir a sus anchas a costa de pueblo, los que consideran que lo hecho, hecho esta, que los pobres nacieron para ser pobres y que lamentablemente no se puede hacer nada por ellos, que son simplemente un pequeño efecto colateral, que debe ser pagado. Estos señores son incapaces de sacar de sus bolsillos una moneda para algún pobre, mucho menos sacrificar la vida por ellos. Son de los que piensan; no vamos a perderlo todo y constantemente traicionan a sus seguidores, para hacerse de alguna riqueza mal habida.
Al contrario de lo que ellos plantean, nuestra consigna no evoca a la muerte, sino a la vida, porque cuando ellos dicen; “patria, democracia o vida”, están hablando de la vida de ellos, la de sus familiares, la de su entorno, les importa poco lo que le ocurra al pueblo llano, pero cuando el revolucionario dice; “patria socialismo o muerte”, esta conciente de la posibilidad de la muerte ante el antagonismo que planteen algunos, por el hecho de que el pueblo viva y lo haga en la mejor de las condiciones. El revolucionario que pronuncia esta consigna, es altruista, trabaja desinteresadamente por los demás, va siempre hasta el final en defensa del genero humano, está lejos de ser un esquirol, no acepta bozales de arepa, ni negocea prebendas particulares en detrimento del pueblo, su objetivo es el bienestar de los grandes colectivos, así eso le implique sacrificios. No se puede considerar JESUSCRISTO como un suicida, a simón bolívar, al che Guevara, sencillamente fueron personas capaces de hacer el mayor de los sacrificios por los demás. El verdadero revolucionario siempre esta dispuesto y preparado a morir por la causa, como en su momento lo hizo CRISTO.
Si repasamos la historia, nos percataríamos de que las grandes revoluciones sucedidas en el mundo, no han sido fáciles, siempre han debido combatir feroces adversarios. La lucha de clase siempre esta presente, los dueños del mundo (la burguesía) jamás permitirán perder sus privilegios, ni mucho menos que desaparezcan las desigualdades. La burguesía siempre va combatir todo aquello que ponga en riesgo; su statu, su elitismo, sus ventajas ante el resto de la sociedad, nunca van aceptar negociar lo que consideran les pertenece, por el contrario, buscarán liquidar de primera a aquel que lo proponga. Lo vemos actualmente en Venezuela, la contrarrevolución nunca descansa, ni se rinde, siempre resurge con el peor de los argumentos, lo vemos en cuba, lo vimos en nicaragua, lo vemos en Bolivia, recientemente lo vemos en ecuador. La empresa de dignificar el género humano, siempre va conseguir enemigos, por ello el redentor que se proponga semejante tarea, debe saber que va ser combatido a muerte.
Decía el che: ... "qué importan los peligros o sacrificios de un hombre o de un pueblo, cuando está en juego el destino de la humanidad".
PEDRO.G.FIGUEROA@GMAIL.COM