La consolidación de la Revolución

Es cierto que no podemos dormirnos en los laureles, pero también sería injusto no reconocer el colosal impulso con que la revolución, desde el momento que Chávez le planteó al país el arranque de los 5 motores propulsores, dicho proceso, ha experimentado.

REFORMA CONSTITUCIONAL Y PODER POPULAR.

El comandante está claro en la necesidad de crear el instrumento institucional de la república socialista, para lograrlo es imprescindible formar el estado socialista y éste no se construye sin una constitución adecuada que contemple las líneas estratégicas fundamentales para lograr tal fin. El poder popular, impulsado a través del Quinto motor de la explosión del poder comunal, no será posible revestirlo de la institucionalidad requerida si no se establece en la constitución; ya el presidente lo anunció como uno de los pilares fundamentales de esta reforma constitucional y no se puede catalogar de otra forma, el impulso que recibirá el poder comunal será determinante para la consolidación del proceso socialista. Si el pueblo organizado asume su rol histórico, como todo parece indicar, estaremos en presencia del mayor impulso que en la práctica se le dará a la revolución socialista venezolana. Permanentemente insisto que el estado burgués no se podrá desmontar mientras sigamos manteniendo las instituciones burguesas. El estado burgués monto un estado adaptado a su sistema, que obrara al servicio de una clase social oligárquica, que mantuviera el sistema capitalista intacto, que permitiera una economía de mercado capaz de garantizarle larga vida al sistema capitalista.

Han sido bastantes los comentarios hechos en torno a las características de Hugo Chávez al frente del gobierno, se ha dicho que éste es un “hombre antisistema dirigiendo el sistema” y la actuación del mismo corrobora tal planteamiento. La propia experiencia del presidente le ha permitido madurar lo suficiente como para ahora, de una manera más reposada, plantear una reforma integral de la constitución que permita desmontar el estado capitalista e instaurar, o mejor dicho, comenzar a instaurar el sistema socialista. Esto no debe sorprender a nadie ni tampoco es para abochornarnos porque el Presidente le ponga nombre y apellido a las cosas tal cual son. No se puede construir una sociedad socialista sin un estado y unas instituciones socialistas. Allí es donde algunos se enredan, sobretodo porque estamos muchos de nosotros absorbidos por el llamado “reformismo”, y nos parecen muy radicales algunos planteamientos. Chávez sabe muy bien que esto llegó a un punto de no retorno o se construye el socialismo o esto se lo llevó quien lo trajo y lo más importante es que el pueblo paulatinamente comienza a interpretar, con su característica capacidad de analizar las cosas, que Chávez está en el camino correcto, sin embargo, percibe los peligros, siente los temores de algunos y percibe que vendrán momentos estelares para volcar todo su poder creativo en función de la construcción de la Venezuela Socialista, y es allí donde este pueblo demostrará que todos estos años, que todo este esfuerzo del presidente no a sido en vano. Más que hacer sesudos análisis de la reforma o “profundas” especulaciones, tal cual lo hace la oposición, el deber del pueblo es mantener la paciencia necesaria y darle el mayor respaldo posible al líder en esta trascendental decisión.

Ahora más que nunca Chávez requiere del respaldo de su pueblo, ya no se trata del respaldo electoral, hacer una cola y depositar un voto, no; se trata de apoyarlo en la construcción del nuevo país, de la nueva patria que dará a luz con la nueva institucionalidad y con el poder popular afianzado y consolidado. Se trata ahora de colocar nuestro granito de arena para ayudar a fortalecer ese poder popular, ¿Como? Participando en todas las iniciativas del gobierno nacional en este sentido. Procurar que en nuestro barrio, urbanización o comunidad se cumpla con el ejercicio adecuado de ese poder popular, en beneficio de todos. Ya no se trata de salir, hacer una cola y depositar un voto; participar en una marcha y gritar una consigna; de colocarnos una vestimenta que nos identifique con el comandante; eso hay que seguirlo haciendo indudablemente, pero el reto actual es nada más y nada menos que construir con nuestras propias manos, con nuestro propio esfuerzo, el estado socialista. Esta es una tarea del pueblo venezolano. Al igual que la construcción del PSUV, la construcción del andamiaje del nuevo poder, debe ser obra “heroica” del pueblo venezolano. No podemos soslayar la responsabilidad y ésta es de cada uno de nosotros, en nuestro ámbito; de trabajo, de vida social; incluso hasta afectivo. Es una tarea de todos los días, una responsabilidad permanente y estamos seguros que el éxito será total. Si el pueblo participa, no habrá contrarrevolución ni externa ni interna capaz de detenernos y paradójicamente quizá éste sea el momento más crucial en donde Chávez requiere de ese apoyo del pueblo. El pueblo luchando para que funcionen los programas sociales del gobierno, el pueblo luchando para que funcionen los consejos comunales, el pueblo luchando para que no pasen los oportunistas en el PSUV, el pueblo luchando y protegiendo con su manto sagrado el accionar de un estado que al fin se plantea como meta principal, darle poder.

Chávez ha demostrado una inmensa capacidad estratégica, esto nos garantiza que su planteamiento es el adecuado.

Por otra parte la derecha no se quedará de brazos cruzados, nacional e internacional. Ahora se afincará más, ya están como los propios loros atacando con elucubraciones la reforma, sin ningún conocimiento cierto sobre el tema, por eso es que no se le puede catalogar sino de piratas; con mentiras intentan confundir. Asimismo, el imperio sabe el terreno que ha perdido y se prepara para arreciar los ataques. Curas, Opinadores, Actores y Actrices, con todo el poder mediático a su disposición se lanzan al ataque. No podemos esperar otra cosa; todos asumen una posición política y como políticos hay que enfrentarlos, llámense monseñores, editores, actores y actrices o estudiantes; todos sostienen un plan político que consiste en: evitar la consolidación de la sociedad socialista y por ello están dispuestos a lanzarse a cualquier situación. Comenzaron los de RCTV, siguieron las protestas estudiantiles y ahora la iglesia se quita las sotanas. El canciller sugirió a los curas que “colgaran las sotanas y conformaran un partido político”, pero esto no es necesario porque estos señores son políticos y reaccionan en base a una estrategia trazada desde Washington, que obedece al capital internacional. Estamos conscientes que la estocada mortal para el sistema capitalista venezolano, y vaya que conserva poder este sistema, es la transferencia de poder al pueblo, que se desarrolle un sistema empresarial alternativo, que crezcan los NUDE y todas las iniciativas de crecimiento económico alternativo y con miras a la consolidación progresiva de una economía socialista; esto significa clavar una lanza en el corazón del capitalismo venezolano.

Es por ello que hoy con más fuerza valoramos la inmensa capacidad estratégica de Chávez; al unísono plantea la creación del partido, la explosión del poder comunal, la nueva geometría del poder, la reforma constitucional, moral y luces como salida hacia el socialismo, por esta razón, se van a morir de desencanto los que pretenden enfrentar el poder de un pueblo manteniendo a la cabeza a un líder con las características de Chávez, éste por su parte, con su acción demuestra haber interpretado perfectamente su momento histórico y es él el llamado a construir la sociedad socialista, al lado del pueblo por supuesto.


Esta nota ha sido leída aproximadamente 5730 veces.



Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

Visite el perfil de Luis Alberto Toro Ojeda para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Luis Alberto Toro Ojeda

Luis Alberto Toro Ojeda

Más artículos de este autor