El paso de un modelo a otro, requiere conocimiento profundo del mismo. Sin ilustración, sin educación, el salto no es impecable.
Y tenemos que ser estrictos cuando hablamos de la construcción del socialismo, porque este se edifica en el aquí y en el ahora de Venezuela, edificación que requiere de herramientas elementales y un buen nivel de conciencia política, pero también ciudadana.
Los cambios tienen que tocar todo, pero particularmente a los venezolanos, quienes deben estar comprometidos en iniciar una vida diferente. Mujeres y hombres nuevos y el nacimiento de una cultura basada en la solidaridad y el amor, es la base del modelo socialista.
La transición de un modelo a otro, aunque ha sido angustiosa en el pasado y de largo caminar, como lo observamos en la historia europea y latinoamericana, no debe ser imitada, llevándonos a décadas y más décadas de espera que pueden acabar, si nos descuidamos con el sueño. Pues la decisión política la ejerce la mayor parte del pueblo venezolano, es una decisión desde arriba, que tiene que ver con un proceso de concientización, fundamentado, en la larga espera, en la penuria y la humillación. Proceso que nos permitirá organizar la sociedad socialista de igualdad, justicia, cooperación, y desarrollo que deseamos.
La cultura educativa, y la voluntad del pueblo, serán los protagonistas de esta era del cambio. La dialéctica del proceso social que se determina, lleva aparejado revisiones y visiones, que no pueden relegarse a la espera, porque se debe enfrentar al enemigo. Desde este punto de vista el enemigo se combate desde la superestructura, bajo la premisa de labrar el ideal socialista en todo el territorio venezolano, utilizando un mensaje alejado de la competencia y del enfrentamiento. El Estado venezolano y los medios de comunicación popular, serán los garantes de visualizar con lucidez el proyecto social en marcha.
Esto no es, dejar de vigilar al enemigo opositor, significa patrullaje y construcción paralela. Significa dejar de lado viejas maneras de hacer política bañadas de violencia y desamor, porque buscamos educar a nuestro pueblo, a nuestros niños bajo cultura del amor y el respeto por nosotros y los demás.
Como modelo nuevo, no debemos permitir que se produzcan replicas del oponente para debatirlo y destruirlo. No debe haber manifestaciones sobre maneras obsoletas utilizadas por el enemigo cuando éste habla sobre la realidad del país. La respuesta debe ser siempre, edificante. El todo y las partes se deben articular coherentemente en la nueva sociedad.
Si esto no ocurre, entonces, para que modelos nuevos, si, mantenemos las viejas costumbres de dominio, de liderazgo, de violencia, de supresión y de charlatanería.
La historia venezolana construida bajo el espectro de la exclusión, saturó de pobreza a la Venezuela del pasado, todos lo sabemos. Aquí, hombres, mujeres y niños permanecían sometidos injustamente a un paradigma burgués que les asignaba modos de vida desiguales. Nuestro pueblo regado sobre la más cruel indiferencia, fue un pueblo sin felicidad: Luchador, pero infeliz, creador, pero infeliz. El pueblo bolivariano, tuvo siempre dificultad para lograr ese anhelo de bienestar, que se aspira desde el alma, desde la necesidad y la incertidumbre, de ahí, que el nuevo modelo social, el nuevo proyecto político, de masas, debe romper estos muros de iniquidad e irrespeto mediante un esfuerzo común, un trabajo solidario, que permita elevar el autoestima del venezolano, mejorando su bienestar emocional y social.
El hombre nuevo, la mujer nueva, serán generadores de familias nuevas en la Venezuela del presente. El Estado proyectista, democrático social, de justicia y derecho, será responsable del nuevo modelo socialista ejemplar, con el aporte de la riqueza petrolera, construirá la plataforma de unidad, donde se erigirá la nueva sociedad. Sociedad armónica para el bienestar y la participación protagónica de todos, sociedad centinela, sobre aquel sector de la población que irrespeta el crecimiento de la mayoría, en educación, en salud, en vivienda, en alimentación, en cooperación, y en el amor.
Un modelo socialista ejemplar, sin los vicios y el desamor de un pasado vergonzoso, que desvinculo a la mayoría venezolana, del protagonismo de su historia, hoy debe ser el modelo anhelado, que se construye para la patria.
carmenarelisc@yahoo.com