La preocupación del imperio esta llegando al paroxismo; se le nota a simple vista el enredo en que han caído con el desarrollo de los movimientos a lo largo y ancho de América Latina. Ya no se trata de la confrontación del “reino de la libertad”, representado por los gringos, y la “amenaza comunista”. El triunfo de movimientos revolucionarios por vía electoral en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, aunado a los triunfos de movimientos progresistas en Brasil, Argentina y Uruguay, han convertido al imperialismo en un enorme elefante anquilosado ante el desarrollo cada vez mayor de este movimiento de nuevo tipo que se abre paso dentro del propio sistema burgués. La vía armada, a excepción de la gloriosa Cuba y la Nicaragua del Frente Sandinista, fracasó o se estancó en la mayoría de los países latinoamericanos. Jamás el imperio se esperaba que en el caso de Venezuela, del seno de las Fuerzas Armadas, surgiera un Hugo Chávez, de un Movimiento Indigenista se abriera paso un Evo Morales o surgiera un Rafael Correa rescatando los ideales Bolivarianos y Alfaristas. Todo este cuadro desubica al imperio, lo hace vulnerable en su combate ideológico. Es precisamente por esta razón que lo hace más peligroso y con un Chávez estabilizado, proponiéndole al sub-continente lo que desde todo punto de vista es más racional, porque es importante subrayar esto. Latinoamérica marcha inexorablemente hacia la unión que propone Chávez, tarde o temprano, a lo largo y ancho de este continente se sentirá la necesidad urgente de unirse. Mientras tanto la casa blanca se quedará petrificada ante el avance de estos movimientos. Hugo Chávez recalca, “el imperialismo juega duro y nosotros también tenemos que jugar duro”. Este es un mensaje claro; pero ya no se trata de los discursos, se trata de la acción, se trata de ofrecer alternativas viables y soluciones tangibles a los pueblos latinoamericanos. Por esta razón los proyectos petroleros, gasíferos, ferroviarios, financieros, de desarrollo tecnológico. Los acuerdos de seguridad energética; los proyectos para incrementar el ahorro de energía, etc. Todos estos proyectos son dardos directos al corazón del imperio, se le aplica con ello una dosis de su propia medicina.
EL ALBA…MAS ALLÁ DE SIMPLES ACUERDOS ECONOMICOS Y DE INTERCAMBIO…
Es fácil suponer que el imperialismo cada vez que analiza este escenario se estremece ante la posibilidad real de no poder hacer mayor cosa ante unos pueblos decididos a ser libres. Los acuerdos del ALBA, a pesar de los inconvenientes propios de toda alianza, la realidad lacerante de estos países no les deja mucha opción, ya el imperio no les garantiza ni siquiera la supervivencia a las clases oligárquicas de cada uno de esos países. El discurso de la “democracia” se les cae ante sus propias narices; igualmente se les cae el discurso con respecto a las Fuerzas Militares de Latinoamérica. Es posible rescatar los ejércitos libertarios que acompañaron a Bolívar, Sucre, San Martín, Abreu De Lima, Artigas, Eloy Alfaro entre tantos otros. Se puede acrisolar los orígenes históricos en la búsqueda de los caminos futuristas ya no es una utopía. Es posible que nuestros pueblos desarrollen un sistema financiero capaz de impulsar el crecimiento bajo condiciones de hermandad, igualdad y justicia. Es posible que el potencial energético de esta parte del mundo sea la palanca determinante para posicionarnos como una potencia de justicia en todos los aspectos. Es posible combatir la pobreza, las enfermedades, el abandono, el analfabetismo y todas las taras que nos afectan a los pobres de América latina. Para lograrlo, el ALBA es un instrumento formidable. Un instrumento que representará una alternativa viable, utilizando el criterio de la complementariedad es posible unas relaciones económicas con un criterio socialista.
Ahora bien, quien lleva el peso de ser el motor principal de esta iniciativa, indudablemente que nuestro país; y es precisamente allí donde el imperio a la hora de articular una estrategia se afincará con toda su saña. Venezuela representa para el imperialismo norteamericano su talón de Aquiles. Garantiza la viabilidad de todos estos proyectos, representa el mayor peso geo-político de esta alianza de naciones, tiene la mayor reserva de recursos energéticos, dispone de la mayor posibilidad de fortaleza financiera, aún con lo modesto de su economía, su potencial la hace mucho más fuerte. Es precisamente por ello que la tarea de todo revolucionario debe ser sembrar conciencia en todos los sectores. Ya el imperio y sus acólitos se desgañotan señalando lo “inconveniente” de estas iniciativas. Aún cuando son irrebatibles los argumentos que indican lo conveniente de una iniciativa de este tipo, siempre la burguesía tratará de conseguir terreno abonado para confundir y jugar al “nacionalismo” mal interpretado. No faltarán quienes consideren que es un error invertir en alianzas estratégicas, sin detenerse siquiera a pensar que es una necesidad vital. La autonomía de Latinoamérica es tan importante geo-políticamente para Venezuela y su revolución como la erradicación de los innumerables problemas que confrontamos internamente dentro de nuestro país. Esto es algo que estamos obligados a tener siempre presente, nuestro país solo no podrá, aislados será imposible un plan de liberación.
El ALBA hay que fortalecerla, más allá de los acuerdos entre los gobiernos, hay que hacerla pueblo llano, capaz de ser comprendida y por tal razón asumida por las grandes mayorías de Latinoamérica. Ustedes se imaginan quitarle de las garras del FMI, Banco Mundial y otros organismos internacionales las débiles economías latinoamericanas y convertirlas en unas economías fortalecidas. El sistema financiero del imperio se tambalearía y sería derrotado. Ese sistema que ha vivido cuan vampiro pegado a nuestras gargantas, que ha sobrevivido a costa del hambre y miseria de los pueblos del sub-continente recibirá un golpe mortal. Esto hay que gritarlo al mundo con alegría, sin prejuicios tercermundistas; tomemos conciencia que el modelo desarrollista de los EEUU ha sido financiado con el sudor de la pobreza latinoamericana, sin ella se cae, se derrumba, no soporta más. “echemos el miedo a la espalda”, razón tuvo Mao cuando los catalogaba como “un tigre de papel”. La voracidad del imperio difícilmente le permita revertir su germen autodestructivo; ellos mismos se colocan una bomba atómica en el corazón, activada además. Esa locura de los “biocombustibles” es el colmo de la locura, como lograrán ser independientes de nosotros; de nuestra energía. La llave del “secreto tecnológico” ya será tema del pasado y de “cuentos de abuelo”, si estos países conforman una gran alianza que se complemente el imperio de papel será solo eso “un imperio de papel” o “un tigre de papel” como lo dijo Mao.
Como podrán observar, somos bastante optimistas y no es para menos. El miedo se queda atrás. La locura llega al extremo tal que lo que da es risa. Tratar de bloquear desde los parlamentos de Brasil y Paraguay el ingreso de Venezuela al MERCOSUR es un absurdo del tamaño de la luna. Esas burguesías conspiran contra ellas mismas, no hay que ser un “experto” para darse cuenta que los proyectos que impulsa Venezuela son vitales para ellos mismos. Prefieren ser los “pulperos” u office boys del imperialismo antes que permitir el fortalecimiento de sus economías y los pueblos están allí, atentos, esperando su momento y van a actuar y la actuación será hacia la profundización de estos procesos de unión. El imperialismo por su parte no se quedará tranquilo, hará todo lo posible por bloquear este volcán de libertad que hace erupción. Sin embargo, ese emperio cada vez se debilitará más y más, ira perdiendo posiciones, razón de ser. Inclusive dentro del propio seno del imperio la miseria y el hambre avanza sin ningún tipo de contención; ese pueblo tarde o temprano despertará de ese letargo y exigirá una explicación. Como es posible que siendo la primera potencia del mundo haya en su interior tal nivel de pobreza crítica; 40 millones de pobres, infinidad de problemas sociales sin resolver, como entender eso?
Esta es la principal carta con la que cuenta el ALBA, hay que cuidar esta iniciativa, hay que dedicarle el alma a este plan. Cuando los resultados sean palpables y estos pueblos comiencen a sentir las diferencias, el tío sam no será más que un viejo decrépito que solo busca una razón para morir.
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