El poder constituyente activado

El presidente Chávez invoca el poder constituyente para activar la Reforma Constitucional. Dicho poder constituyente se manifiesta a través de distintos escenarios de debate impulsados desde la Asamblea Nacional y otros espacios de la sociedad credos por el propio pueblo y el estado, para debatir este proyecto que representa un paso más en la profundización del proceso hacia el socialismo. Lógicamente que este rumbo avanza con un inmenso calor de pueblo y no puede ser de otra forma, es él el motor principal del mecanismo constituyente; si no fuese así, no podremos hablar del poder constituyente. Chávez, agudo lector de ese sentimiento, interpreta que es el momento de dar un paso más rumbo a la politización de la población. Una población para poder ser revolucionaria y socialista, debe ser una población politizada, edulcorar los términos y desviar la praxis es un absurdo. Independientemente de la técnica jurídico-legislativa, el problema de fondo es político; la constitución es una herramienta política y como tal debe verse. El pueblo al asumirla tal cual es, la convertirá en su programa, en su herramienta y la defenderá con pasión y dedicación.

Hugo Chávez, una vez más, demuestra su gran olfato político trayendo temas “tabú”, para la discusión de los pueblos, y se aleja de los “expertos” que tanto daño hacen, claro, cuando éstos no son revolucionarios, a los procesos creadores de la “multitud”. (La oligarquía ha contado con su sistema escolástico, adaptado éste a su plan hegemónico. Por esta razón, para que estos “expertos” interpreten el sentimiento del pueblo, no solo basta con la intención de hacerlo, sino que se requiere de romper con siglos de hegemonía de la clase dominante quien ha secuestrado buena parte de las herramientas académicas colocándolas al servicio de sus intereses). El pueblo revolucionario sabe que vive un momento estelar y en función de eso debe actuar. Las propuestas del Presidente, solo se tratan de la interpretación cabal del sentimiento de todo un pueblo. Ayer, en los comentarios cotidianos de la gente del pueblo, se notaba esa esperanza en el brillo de sus ojos. Algunos comentaban lo de la reducción de la jornada de Trabajo, otros los cambios en lo referente a la propiedad, en fin, la motivación del común de la gente permite intuir que, a medida de presentarse el desarrollo de las discusiones el pueblo se acercará al ejercicio del poder constituyente con la misma pasión que poco a poco lo ha ido motivando el proceso.

Señalaba algo importante, a mi manera de ver, sin ser experto en la técnica jurídica, que cuando hablamos de una constitución, lo importante es ubicar las causas que generan la creación de una constitución. El capitalismo universal, victorioso el sistema burgués, elaboró su entramado legal. No era posible, después de la revolución industrial, seguir conservando la estructura política del feudalismo. A medida que se desarrolló este sistema capitalista y surge el imperialismo, catalogada por Lenín como, “la fase superior del capitalismo”, las constituciones en el mundo fueron adaptadas a las realidades predominantes. La burguesía nunca se detuvo a revisar la “técnica” jurídica y la “técnica legislativa” para hacer su superestructura legal, la creo y listo, colocó la técnica jurídica a su servicio, en función de preservar su esencia. Esta estructura legal era orientada en función de sus intereses vitales. Los mismos lo incrustaron en toda esa estructura y tomaron algunos “principios” como la Democracia, solo como también tomaron a la iglesia y las convirtieron en cómplice de sus planes. Estructuraron un sistema que les permitiera explotar, robar, asesinar, condenar a pueblos enteros a la miseria dentro de los “parámetros” legales y la sacrosanta propiedad privada surge legalizada cuando en realidad si vamos a los orígenes de la humanidad, la misma se trata de un robo. Si analizamos el asunto bajo la óptica de Marx y el “origen de la familia, la propiedad privada y el estado”. Existió lo que él calificó como “comunismo primitivo”, no existía la propiedad privada, no existía el estado. Al nacer la propiedad privada, ésta requería la constitución de un estado y éste a su vez requería de un instrumento legal para aplicar su política. La esencia del estado y las leyes están en la política, ésta como ciencia determina el rumbo del resto.

De allí que quienes pretendan colocar el tema de la reforma constitucional en el plano meramente técnico-legislativo cometen un error. Desconocer la existencia de un pueblo que a diario “constituye” espacios de participación, de discusión, de debate. Sería como desconocer la existencia del proceso revolucionario mismo. La realidad política en que Chávez presenta esta solicitud de reforma, es absolutamente favorable; un pueblo movilizado, unos ensayos que han ido dando sus frutos (Consejos Comunales), el proceso de constitución del PSUV, la oposición en desbandada; sin rumbo propio, sin ideas, sin capacidad de respuesta y maniobra; todo, absolutamente todo, le da una ventaja a Chávez y al pueblo.

La coherencia del presidente deja fuera de paso a los potenciales opositores; la oposición a la deriva tratará de desactivar el “arsenal” político que contiene la propuesta presidencial; los factores internos que andan con la opción de retrazar los cambios se les limitan su maniobrabilidad; el presidente, con mucho tino político se nutre de la sabia que representa el poder constituyente del pueblo; de ella se nutre esta propuesta de reforma. El Chávez del 99 no es el mismo de 2007, ahora estará muy atento. Ya la Asamblea no podrá trancar el juego, no existe pretexto y no les será posible a las “manos peludas” o “duendes” que en 1999 intervinieron en la Constituyente, para introducir y dejar colar los dardos venenosos del capitalismo.

Momento de definiciones…

Toda revolución a medida que se profundiza, define, no solo al individuo y a los actores principales, sino al conjunto de la sociedad. Esta profundización significa el inicio del rescate esencial de la propuesta Bolivariana, Robinsoniana y Zamorana, incluida además las teorías revolucionarias universales pasando por el Cristianismo, la Teoría de Marx, la propuesta Guevarista del hombre nuevo y la sociedad nueva. Todas estas corrientes nutren y fortalecen la revolución Venezolana; la perfila, la define, la enrumba. Debemos estar conscientes que la constitución es nuestra guía para la acción, nuestro proyecto, nuestro programa; ya convertido en programa de estado, el estado socialista. No es posible profundizar y construir el socialismo con una estructura capitalista. El capitalismo hizo su traje a la medida con el estado, lo colocó a su servicio y lo puso a su disposición, satanizó todo proyecto revolucionario-socialista de carácter popular, incluso condenó hasta las intenciones progresistas y nacionalistas; Velasco Alvarado, Torrijos, Arbenz. Todos fueron barridos por el estado impuesto desde el imperio, el modelo imperial. Ahora cabe la siguiente interrogante: ¿Qué parámetros siguió el capitalismo para aplicar, reformar y hacer sus constituciones? ¿Cuándo se aplicó lo progresista de esas constituciones en beneficio de los pueblos? Nunca lo hizo, le realidad le exigió la aplicación de una política y la aplicaron simplemente, importándole poco los valores libertarios y los principios democráticos. Los planteamientos progresistas dentro de las constituciones del estado burgués fueron siempre letra muerta y hay que estar atentos a que esto no suceda. Es allí a mi manera de ver que Chávez está más acertado. El poder constituyente del pueblo debe ir a la raíz del sistema, derrumbarlo y construir el sistema socialista. Si no se ataca el sistema capitalista de raíz, este perdurará y toda iniciativa revolucionaria será ahogada por el sistema. No basta con que un ministro, un gobernador, incluso, un presidente de la República sea socialista para lograr construir el socialismo, se requiere activar el poder del pueblo y transferirle a éste las herramientas reales. Chávez acierta perfectamente cuando habla de la superestructura del estado. La única forma es crea una estructura que le devuelva a las grandes mayorías el poder real; no solo basta con decir “soy Socialista pero…creo en la libre empresa”, “soy socialista…pero no se le puede dar poder al pueblo”, “creo en el poder popular pero…si yo lo administro”, “soy revolucionario pero…conservo hasta la médula las costumbres y anti-valores capitalistas”, “soy socialista pero…no hago lo suficiente por tratar de cambiar los espacios donde tengo alguna responsabilidad”, “soy socialista pero…tengo empresarios capitalistas de amigos y a veces hasta de socios”. Todas estas ambigüedades tendrán que definirse y es vital para el pueblo internalizar el rumbo, es decir, el instrumento que nos dará esta carta magna para profundizar el Socialismo, en pocas palabras, el único factor de poder que garantizará la concreción del socialismo, es el propio pueblo.

El presidente les ha pedido a los legisladores que no sacrifiquen, en aras de la famosa “técnica legislativa”, la esencia de sus planteamientos; allí nos toca a todos estar atentos. Las discusiones deben estar abiertas; además de las jornadas es necesario usar todas las herramientas técnicas disponibles, fundamentalmente con el uso de la Internet. El pueblo a través de este maravilloso mecanismo puede contribuir, proponer, hacerle seguimiento, etc. La Asamblea debe disponer de un mecanismo de fácil acceso para exponer sus recomendaciones, además de las Asambleas y Jornadas de Calle y los debates que se harán en el seno del PSUV, no obstante, por la vía de la Internet, todo se facilita más. No es lo mismo transcribir miles de documentos a que éstos ya estén debidamente transcritos, por los que quieren participar, y enviados por esta vía. Sabemos que los camaradas diputados ya deben estar pensando en esto.

Podemos concluir entonces señalando que: se abre para la patria un momento estelar, el pueblo todo tendrá a su disposición la Constitución que requiere para dar un salto gigantesco en pro de la construcción del socialismo. Posteriormente, la realidad y el desarrollo del proceso indicará si es necesario incorporar otros elementos, por lo pronto el establecimiento de otros tipos de propiedad más allá de la sola propiedad privada, colocar el Banco Central al servicio de la estrategia del país y no de los grupos poderosos económicamente, la reducción de la jornada laboral, la organización político-territorial de la nación, el reconocimiento de la reserva nacional como un componente más de la Fuerza Armada Bolivariana y la consideración de dicha fuerza armada, como una fuerza esencialmente comprometida con las ideas revolucionarias de Simón Bolívar, entre otras, garantizan al glorioso pueblo el impulso, constituido éste como motor fundamental que impone la agenda de los grandes temas del país, en fin, es la obra de todos…

latojeda@gmail.com


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Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

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