Debido a las maniobras astutas y cínicas de los imperialistas y sus lacayos dirigidas a realizar su ambición de dominar el mundo, en diversos países se producen sucesivos e imprevistos acontecimientos complejos y la causa del socialismo de los pueblos se enfrenta a un grave desafío. Esta situación provoca una preocupación profunda entre los pueblos progresistas del mundo que aprecian la justicia y el porvenir de la humanidad y aspiran vivir en paz, en mundo libre de guerras; realizadas para el beneficio de unos pocos; y la desgracia de muchos.
En la actualidad los imperialistas se aferran a la supuesta estrategia de "ser los dueños del mundo", con el fin de mal poner a los países que no quieren seguir siendo el patio trasero de esos países, aplicando una política de fuerza. Maniobran para que los países, que su pueblo ha tomado la decisión de vivir en paz retornen al capitalismo, con el método de paralizar la conciencia revolucionaria de los pueblos mediante la penetración ideológica y cultural, de sobornarlos en lo económico utilizando la "ayuda" como carnada y de provocar desórdenes socio-políticos instigando a sus lacayos hacer este tipo de acciones, para tratar de desestabilizar al país.
Los imperialistas hablan con júbilo de la "presunta” crisis de los pueblos que aprecian la justicia y el porvenir de la humanidad, pero en realidad hacen el ridículo. Actualmente los que padecen de males incurables son ellos, que además, irán a parar en una crisis sin salida. El imperialismo ya ha vivido sus días, por ello no puede decidir el destino de los pueblos ni darle marcha atrás al curso de la historia.
Lo que persiguen los imperialistas, que históricamente representan la reacción, es mantener la vieja sociedad donde rigen la explotación y opresión del hombre por el hombre, mientras las masas populares, artífices de la historia, aspiran a construir una nueva donde todas las personas, libres de la explotación y opresión, disfruten de una vida independiente y creadora como dueñas de su destino, del Estado y la sociedad. Ir al socialismo es la corriente principal del desarrollo de la historia, y el único camino que debe seguir la humanidad, en reiteradas oportunidades lo ha dicho nuestro presidente. El socialismo Bolivariano, que se inició gracias al gran sentido de humanidad de nuestro único líder Hugo Rafael Chávez Frías y ha venido avanzando victorioso, se ha convertido en la fuerza impulsora de la historia destinada a eliminar la vieja sociedad que ha persistido por miles de años y crear otra nueva, la del pueblo, y ha devenido en bandera de liberación de la humanidad, que estimula a los pueblos del orbe en su lucha por vivir en paz, y lograr acceder a una vida digna.
Como el camino hacia el socialismo bolivariano no esta explorado, pueden surgir en él dificultades imprevistas y adversidades temporales, es necesario mejorar sin cesar los entuertos ó métodos mal aplicados en su construcción conforme a la realidad en desarrollo. Cuando se cometan errores en el curso de su edificación hay que sacar lecciones y rectificarlos con audacia. La crítica y la autocrítica constituyen la fuerza impulsora del desarrollo de la sociedad de este socialismo bolivariano, esto es la pura verdad.
El problema está en cómo superar las dificultades que surgen en el curso del avance y en qué forma seguir llevando adelante la causa del socialismo bolivariano. El socialismo bolivariano, fundamentado en el colectivismo, es una sociedad que se desarrolla sobre principios radicalmente opuestos a los del capitalismo que se apoya en el individualismo, y es incomparablemente superior a él. Si en el curso de la construcción del socialismo bolivariano surgen dificultades y se tratan de solucionarlas con métodos capitalistas abandonando el principio socialista, será imposible superarlas y, además, se paralizará la superioridad propia del socialismo bolivariano poniéndolo en un estado caótico y finalmente se perderán las conquistas revolucionarias que costaron mucha sangre.
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