Este miércoles 7 de noviembre se cumplen 90 años de la Revolución Rusa de 1917, conocida como La Revolución de Octubre. Es el acontecimiento más importante del siglo XX, que “estremeció el mundo”, así como la Revolución Francesa estremeció el siglo XVIII. La Revolución Rusa, a pesar del estalinismo y el derrumbe de la Unión Soviética, dejó la experiencia extraordinaria de la lucha revolucionaria, la derrota del nazismo, el socialismo auténtico como aspiración de los explotados del mundo, y la consigna de "todo el poder a los soviet”; de la misma manera que la Revolución francesa, a pesar del regreso de la monarquía, dejó la Declaración de los Derechos del Hombre, el nacimiento de las repúblicas, y el grito universal de “libertad, igualdad y fraternidad”. Ambas revoluciones perduran en el tiempo como símbolo de la lucha de los pueblos contra la dominación, la sumisión y la explotación. Son el símbolo de los oprimidos y la condena de los opresores. La Unión Soviética no existe, pero, la Revolución de Octubre perdura luego de 90 años.
El desmoronamiento de la Unión Soviética no fue por causa del socialismo, sino, de quienes traicionaron sus principios: la igualdad, la democracia, el bienestar de las mayorías. En la Unión Soviética no fracaso el socialismo. En la Unión Soviética fracasó la equivocada implementación que del socialismo hizo el estalinismo. La dictadura del proletariado instrumento de la lucha de clases para demoler el poder de la burguesía, con el tiempo se transformó en dictadura contra el proletariado. Ponerle al socialismo apellido de “siglo XXI” es pretender acusarlo de ser el causante del desmoronamiento de la Unión Soviética y los países del Este de Europa. Lo cual es una impostura.
Durante los 70 años de la Unión Soviética, las luchas obreras a escala mundial encontraron respuesta a sus reivindicaciones. El capitalismo, ante el ejemplo del proletariado ruso, el avance del socialismo, y el temor a huelgas obreras en las fábricas, en las minas, en los ferrocarriles, en los puertos, así como el temor a las guerras de liberación nacional contra el colonialismo, contra la explotación capitalista, lo obligaron a aceptar las peticiones obreras, recogidas en las leyes laborales o en los contratos colectivos. Este fue uno de los grandes éxitos de la Revolución Rusa a escala mundial. Conquistas que comenzaron a derrumbarse por la caída de la Unión Soviética y la llegada del neoliberalismo con la flexibilización de la jornada de trabajo, la privatización de la seguridad social, la implementación de la maquila, que le permiten de nuevo al capitalista la apropiación del plustrabajo sin coto ni medida.
A 90 años de la Revolución de Octubre, sigue vigente el lema del Manifiesto Comunista, “Proletarios del mundo ¡Unios!”. Sigue vigente el socialismo auténtico que como haz de conceptos y antorcha de promesas, alumbra el parto de la revolución genuina, original, sin desviaciones, sin reformismos claudicantes. ¡Viva el 90 aniversario de la Revolución de Octubre! ¡Viva el Socialismo Auténtico!
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