El socialismo no es más que orden armonía y paz; que el socialismo quiere respeto y libertad para todos. Los reaccionarios miran al socialismo con el lente de sus prejuicios opuestos y, claro, creen que se tuerce a la izquierda; pero, no, señores, va erguido. A corroborar el movimiento socialista han concurrido sentimientos morales y, sobre todo, la convicción íntima de que el orden económico no puede darse aislado de los demás ordenes de la vida, que toda cuestión económica es moral a la vez, pero además, que toda cuestión moral es económica.
Por ahí, andan diciendo las mayores atrocidades sobre el socialismo, que sí es la reglamentación impuesta desde arriba, la tiranía del dictador Chávez, la muerte de toda iniciativa individual, la nivelación del más capaz con el menos capaz; el socialismo detiene la selección progresiva, el socialismo nos quitará nuestros bienes, el socialismo mata la familia; tiene mucha gracia oírla de labios de señorones que practican la poligamia. Y tiene mucha más gracia que repitan semejante sandez los que defienden un sistema de economía social en que se separa al trabajador de su mujer e hijos, en que éstos y aquella son sus más terribles competidores, los que le quitan el pan de la boca.
Es deber de todo socialista dedicarse, sin descanso ni tregua, a todas horas, con toda ocasión, en todo lugar y tiempo, así que se le ofrezca la menor coyuntura, a exponer sus ideales tal y como las entienda, a excitar la curiosidad, por lo menos, de aquellos con quienes trata. La vitalidad de un movimiento se conoce en esto. Los que sólo profesan sus opiniones en las circunstancias oficiales, en tiempo de elecciones, profesan opiniones muertas; los movimientos vivos producen una verdadera fiebre de proselitismo. Es deber de todo socialista exponer a todas horas sus convicciones; pero en cada ocasión ha de presentarlas por la cara de mayor oportunidad. Y lo oportuno es hoy protestar contra la guerra, contra el imperialismo, contra las convicciones, las creencias y principios todos que regulan el espíritu de las sociedades comunales.
Desde Marx acá están repitiendo todos los escritores de socialismo científico que el proceso natural e incoercible del régimen industrial moderno nos lleva al socialismo, lo reconocen hoy casi todos los economistas de alguna profundidad de mente. Contra esta marcha natural de las cosas, lucha desesperadamente la burguesía, y la principal misión del socialismo es pelear contra los que ponen trabas al progreso. Hoy se demuestra que el proceso económico actual va de por sí, por su misma fuerza, a suprimir el mero interés, a hacer colectiva y social la propiedad de lo comunal. El socialismo viene sólo, la labor del pueblo es facilitarle el camino en provecho de todos. Esto demuestra que el socialismo es, por una parte, el término hacia el que necesariamente desemboca el capitalismo y, por otra, significa un capitalismo depurado de ciertos excesos (militarismo, proteccionismo, salarios bajos, etc.). Lo que el socialismo representa en el fondo es el triunfo del industrialismo de producción social, o mejor llamado productivismo y la transformación de las sociedades militantes en sociedades de producción. La idea de una instauración necesaria, con una necesidad de carácter mecanicista del socialismo. Se halla en los escritos del mismo Engels, si bien reconoce el antagonismo de clases, no deduce de ello que hay que actuar para acabar con un sistema al que tal antagonismo es esencialmente inherente, sino que los principios que de las doctrinas socialistas se saquen para encauzar y regular el movimiento social no son nada más que inferencias de ese movimiento; es el mismo movimiento social el que se corrige y encauza por medio de los que lo estudian.
Soy socialista convencido, pero, muchos de los que figuran como tales son intratables; fanáticos, ordenancistas, intolerantes, llenos de perjuicios, ciegos a las virtudes, desconocedoras del proceso evolutivo que vive el país, de todo tienen menos de sentido social. “El socialismo redimirá al pobre de su pobreza y al explotador de su tiranía”.
CAMARADAS. CON CHÁVEZ TODO, SIN CHÁVEZ NADA
PATRIA, SOCIALISMO O MUERTE.
VENCEREMOS
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