El sistema de poder se plantea la negociación como la única manera de ser y hacer oposición. Es decir, la oposición insiste en lo que hay de engañoso y fraudulento en la comedia de la negociación. Todo esto, se logra mediante la propaganda y las acciones deliberadas con efectos sicológicos planeados, a propósito de la cólera y el odio de la mentira. Estos componentes hacen de la negociación un espectáculo irrecusable; en el cual la oligarquía concibe la coacción política, económica y social como designio de la victimización de sus tiránicas experiencias. Si, como tratamos de explicar, la victimización de la propiedad privada y la libertad de expresión, restablecen el arte de mentir para ser “veraz”. Si esto es así, los detalles discordantes de la realidad se manifiestan a través de las filiaciones y los parentescos entre los medios de desinformación radioeléctricos e impresos y la coordinación operacional de guerra sicológica iniciada el la República bolivariana de Venezuela. Por consiguiente, es natural, pero, natural como salvaguarda, pensar de pronto y sin saber por qué en los negociadores de oficio incluidos como “revolucionarios”: partidos políticos, gobernadores, alcaldes, juntas parroquiales, sindicatos e instituciones de gobierno. Claro está, que me refiero, a quienes; concientes o inconcientemente, traicionando o negociando, son cómplices de la contrarrevolución y acompañantes del proceso revolucionario.
¡Que solos se van a sentir los apátridas donde solo hay depositarios de la libertad!
Hoy o mañana es necesario colgar el vellón como colgado fue por Eetes; quien lo colgó de una encina y puso a su pie un dragón para que lo custodiase. Hoy o mañana vamos rumbo al socialismo con nuestra carne y nuestra sangre. Hoy o mañana la vida volvió, encontrando las pesas y las medidas de aspecto imponentemente endógeno. Hoy, nos hemos casado con el socialismo como lo hacen los pueblos libertarios. Hoy, enaltecemos la historia de nuestros antepasados con el referéndum liberador de los pueblos. A través de todo esto, ¿qué es de los valores “democráticos”? Dónde está el sesgo bajo el cual se representa la condición “democrática” al espectador o, al auditorio derrochador y al método persuasivo de oposición. En efecto, el referéndum presentado a la consideración del pueblo de la Republica Bolivariana de Venezuela el dos de diciembre de 2007, nos muestra la degeneración progresiva y los motivos de la acción política de una casta anti - socialista, encarnada por actores y actrices de derecha que se protegen bajo las alas de la pluralidad y el libre albedrío. El referéndum en cuestión, interpretó la espontaneidad y la fogosidad de un pueblo digno y bolivariano. Acosado, al extremo de la enajenación, por una elite enriquecida y adiestrada desde los Estados Unidos y la vieja Europa. Aleccionada por el miedo a los cambios necesarios. Aleccionado por el fascismo “democrático” y la guerra de desestabilización y desarticulación sicológica ordenada por el Departamento de Estado estadounidense.
De las entidades terrenales de los pueblos quien se ocupa si no el mismo pueblo
En las mañanas de fragua, el pueblo no piensa en nada, o piensa en muy poco que no sea la transición al socialismo. Piensa, cómo se van a simplificar los cambios necesarios. También piensa en por qué y para qué los partidos políticos, los asambleístas, los gobernadores, los alcaldes y los miembros del comando Zamora (me refiero a los y las que mandaron a sus cortejos, a votar no); obtuvieron, de forma extraña y gradual, el retardo de los cambios añejamente anunciados; ¿por qué siguen con las malandanzas y los retardos, por qué siguen teniendo capacidad gerencial dentro de la Revolución Bolivariana? ¿por qué?
De las frases entupidas y estratagemas absurdas quién se ocupa si no los políticos viejos, los bisoños, los estudiantes recién inventados y sus talegas de intereses.
Salgamos afuera y, constatemos, como una inmensa mayoría de burócratas se lava a regañadientes el rostro. Rostros que jamás ocultan las maniobras fingidas y maquilladas de los operadores, atesorados por la contrarrevolución permanente. Sobre todo, cuando, con el advenimiento de los manumisos, se da, rienda suelta a la ola de influencias gatopardianas del entorno burocrático, conservado como franquicia de la contrarrevolución. La victoria del no, forma parte de la cultura habitual que hacia tiempo se creía muerta sin estarlo. Así lo confirma la derrota de la reforma propuesta por nuestro presidente Hugo Rafael Chávez Frías. Lo que aquí decimos solo se descubre después de instalarnos con el pensamiento, sobre el temple de Hugo Rafael Chávez Frías: hacia tiempo, mucho tiempo que los desertores y los traidores, siempre pasaban inadvertidos bajo el entremés de la politiquería vivida por los politiqueros. ¿Siguen acaso, pasando inadvertidos, traidores de la calaña de Ismael García, Raúl Isaías Baduel y Heinz Dieterich Stefan?
Quién se ocupa de gimotear si no el dinero degenerado por los partidos políticos doctrinarios que nacieron como oposición para la negociación
La respuesta a ésta reflexión es muy simple: lo que los canallas, desde su degeneración temprana, venden, es el discurso “democrático” como ficción del derecho ciudadano; en todos los espacios de dominación históricamente controlados: ministerios, alcaldías, cámaras municipales, juntas parroquiales, embajadas, consulados, conferencia episcopal de Venezuela y la “sociedad civil”. No se trata de distinguir una mala o una buena conducta ética o política. Siempre sucede que aun aquellos buenos sucumben ante los malos, cuando la estructura legislativa yace instalada sobre el “control absoluto”, devenido en sistema de poder: burocracia, corrupción, protección y manipulación de las organizaciones, que conducen el ocultamiento de la justicia social y la exclusión política, económica y cultural. El “imperio” de la ley es una paradoja desarrollada sobre dos métodos de dominación: la de los pueblos ingenuos, creyentes de la ley como doctrina de la consistencia sin misterio, administrada por una élite “educada”; arrastrada sobre el dislate de la participación y la presencia de los operadores políticos en su plenitud opresora. Y, la que representan la burocracia y la corrupción de las elites y los partidos políticos: un político incapaz no es un incapaz cuando truca un fracaso político develado; un político delincuente es un fantasma de protección divina en su origen y su historia contemporánea. ¿Qué esperábamos, si esperábamos algo de los operadores políticos instalados sobre el ser de la negociación y la traición? ¿Quién se ocupa de la ley de las pesas y las medidas cuando la contrarrevolución invierte los designios de lo positivo a medida que lo negativo se posiciona del lucro desmedido?
¿Qué es la ley? ¿Quién la administra? ¿Para quienes están diseñadas? ¿A quién o quienes se benefician?
La ley en su sentido más explicito invierte las relaciones primarias y esenciales de la justicia, cuando, su condición primigenia deriva de la protección manifiesta del sistema de poder. La ley en su exterioridad, controla la multitud al normar los movimientos interiores de los pueblos y animar las regulaciones represivas sobre ellos. Debemos ver allí, obligatoriamente, todos los desequilibrios sociales, económicos, políticos y existenciales padecidos por los pueblos. ¿Acaso los pueblos no extraen de la represión el sentido de la dominación? ¿acaso podemos ver alguna evolución objetiva en la política de la burocratización contrarrevolucionaria? ¿acaso, la Fiscalía General de la Republica Bolivariana de Venezuela y el manga miada del fiscal general se comportan con dignidad? ¿acaso estos representantes de la ley luchan contra los delitos progresivos de la contrarrevolución, dentro y fuera del Gobierno? Cualesquiera que sea la esencia de la ley bajo sus apariencias negativas; revela la necesidad de sumergirnos en la Revolución Bolivariana para profundizarla y enseñarla.
¡Patria, Socialismo o Muerte!
¡Venceremos!
candelarioreina@yahoo.es