Una ola de autocriticas han surgido, en algunos de los pensadores revolucionarios que seguimos la ideología socialista, y que respalda la bandera que enarbola nuestro Presidente Hugo Chávez Frías, sin embargo, las sugerencias aportadas solo van dirigidas a evitar otro 2 de Diciembre, valedero por supuesto, pero el verdadero revolucionario socialista, debe sentirse preocupado mas allá de trabajar para ganar una contienda electoral, esto sería caer en el viejo articulado de los partidos capitalistas que han succionado la riqueza de nuestro pueblo y hundido en la extrema pobreza como pago, este viejo articulado de activar “la maquinaria electoral” en los procesos donde la preocupación egoístas de conseguir los votos necesarios, es lo mas importante en su debido momento dentro de una malgama de acciones que dejan en el olvido, por no decir execrado, lo fundamental de la ideología en si. Para los capitalistas esto sería su columna vertebral, pues es el único modo que conoce y acepta en su afán por enriquecer las arcas que su grupo minúsculo ostenta y goza. Pero el revolucionario, el socialista, por naturaleza es antagónico a estos fundamentos, él, profundiza en la conciencia idealista, si no existe, no se es más que un vago en lo magro de la convicción. Es necesario sincerarnos, preguntarnos si somos capaces de apartar nuestras prioridades e intereses, para darle cabida a los del prójimo, para mí, esta es la esencia de un socialista. El revolucionario debe creer en esta virtud y volcarla como norte, en base a esto debe dirigir todas sus acciones en hacer viable esta ideología, no es un sueño vano poético que se utiliza como pareidolia ante un pueblo que reclama justicia a sus derechos. Es inaceptable enrojecer nuestras gargantas con discursos socialistas, si tememos a dejar lo que con nuestras acciones capitalistas hemos conseguido, no obedemos al ideal sino a interés de no padecer. Esa es la posición al parecer de algunos que se hacen llamar revolucionarios. El país necesita una educación ideológica hacia el socialismo, no podemos negar que existe en ella una diversidad de conciencia, en ese sentido deben anclarse los objetivos del partido, buscar o rediseñar los “dirigentes socialistas” prestos a evangelizar, llevar la idea como regalo a cada uno de los venezolanos que reclaman una salida, una mejora. El pueblo necesita guías que cumplan sus funciones, allí están los consejos comunales que ha impulsado el proceso, pues que sean base de estos dirigentes de conciencia, ellos tienen un deber social que va mas allá de la solución de los problemas comunitarios, es educar, cultivar la conciencia del ideal socialista en esa comunidad de forma perenne. Tenemos que combatir el capitalismo con la palabra, con el debate sano y sincero, pero desde el barrio, con el vecino, con el amigo, con el hermano; en los diferentes sectores de la sociedad, es una avanzada en pro de construir la conciencia ideológica socialista, el pueblo esta colmado de preguntas sin respuestas, vallamos a su encuentro y enseñémosle que el Socialismo es la única vía que existe para que todos gocemos de los mismos derechos, erradicando la pobreza, participando en la forma de invertir nuestros recursos, cosechando así la mayor suma de felicidad posible. Por supuesto los enemigos son numerosos y las incógnitas persisten, un mundo de felicidad parecería un sueño, no muy lejos estaría el sistema capitalista de acercarse a él. La tarea del revolucionario es esa, abrir los ojos al pueblo cegado por la corrupción en un sistema de políticas dirigidas al interés particular de sus gobernantes. Demostrémosle que es posible vivir mejor y el único sistema que lo permite es el Socialismo.

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