La derecha no cesa en su "guerra ideológica" contra el pueblo, para ello la mentira disfrazada es una herramienta excepcional que estos sectores apátridas utilizan sin ningún sonrojo. El capitalismo se caracteriza por el ejercicio de la doble moral; es así como convirtió a la iglesia en una herramienta a favor de sus intereses, usada para bendecir sus guerras contra los pueblos, enajenar cualquier intento voluntario, etc. El terremoto de Caracas de 1812 la iglesia, de mano del imperio, presentó aquel evento natural, como "un castigo de dios" por los intentos de los venezolanos, comandados por Bolívar, de alcanzar su libertad y su independencia del imperio español. Más recientemente, la iglesia fue utilizada para combatir "la amenaza comunista", en esa "amenaza comunista" se incluyó todo intento de lucha por la liberación, es así como desde luchas meramente reivindicativas de los pueblos fueron salvajemente condenadas por la alta jerarquía eclesiástica.
Las categorías como: Derechos Humanos, Democracia y Libertad igualmente fueron, manipuladas y desvirtuadas en función del interés capitalista; ahora está de moda la paz, la reconciliación y estos planteamientos indudablemente revolucionarios ¿Quien Puede Negarlo?, sin embargo, la burguesía es así, es su propia naturaleza la de permanecer disfrazada, es decir, la mentira forma parte esencial de la burguesía y del capitalismo como sistema. Hablan de libertad y con su "maquinaria ideológica" aliena y enajena al ser social, hasta convertirlo en un autómata para manipularlo al punto de hacerlo creer que, la porquería de "novelas" que produce RCTV, salvo excepciones muy casuales, programas de opinión que son solo unos cañones contra todo intento progresista y a favor del pueblo.
El editorial del diario 2001, con inmediata repercusión en "Noticiero Digital", toma como abreboca una frase del extinto cardenal Quintero: "... que se apaguen y extingan totalmente los odios, tan infecundos como nocivos, y que todos disfruten de la libertad ..."
Humberto Cardenal Quintero (Mensaje de Navidad, 1964) Odio y Libertad; la doble moral capitalista siempre. Que el capitalismo condene a enormes grupos de personas al margen de todo tipo de riqueza y que éstos reaccionen y luchen por romper con esa situación y comiencen a organizarse para acceder a la única forma de erradicar la pobreza, lo cual no se puede lograr en el sistema capitalista, pero si en el socialista y que la clave consiste en el poder a los pobres, forma parte según el editorial de 2001 de los "odios Infecundos", pero que los capitalistas, el sistema capitalista, condene por su propia naturaleza, basada en la división de clases sociales a estos abismos entre los que nada tienen y los que mucho tienen, forma parte según la visión del editorial, "bendecido por la iglesia", en "odios infecundos". Luchar como lo está haciendo este proceso liderado por Chávez contra este sistema exclusionista, es exacerbar los "odios infecundos".
Mas adelante el propio editorial demuestra su cinismo cuando señalan: " Lo ideal sería el trabajo laborioso para disminuir los ominosos índices de pobreza, sabiendo que su desaparición es una utopía, que nos volquemos en procura de un país de trabajo tanto de profesionales como de los que no lo son, de estudio, para alcanzar los más altos niveles para incrementar nuestra productividad y mejorar la calidad de aquello que nos enriquecen el alma, el deseo de servir y, por encima de todo, de solidaridad sin importar ideología política, etnia o religión". Fíjense, un mensaje muy claro y directo, "disminuir los ominosos índices de pobreza," y seguidamente rematan con "sabiendo que su desaparición es una utopía". Casi nada, el 2001se está metiendo de frente en "la guerra ideológica" de la burguesía contra el pueblo. Es cierto que dentro del capitalismo es "una utopía" acabar con la pobreza, pero afirmar esto como una "verdad absoluta", no es otra cosa que la "guerra ideológica" de capitalismo contra el socialismo.
Igualmente esto nos comprueba que no puede existir "términos medios", lenguajes moderados contra el capitalismo. Luego atacan la otra columna del planteamiento socialista, lo económico, acusan al gobierno de manejar un plan económico equivocado, plantean la "productividad" como la panacea, cuando todos sabemos que la productividad ha sido "una trampa" muy bien manejada por el capitalismo para explotar más a los trabajadores, la productividad capitalista se centra en "la reducción de insumos", entre ellos la mano de obra y la generación de riqueza con el fin de acumularla en pocas manos, es decir, en manos de los capitalistas; los obreros en una fábrica capitalista pueden ser los "campeones" de la productividad pero ¿Estos los beneficia?, por el contrario con esa fórmula del capitalismo han sido mucos los hogares que se han quedado sin empleo, porque la mano de obra forma parte de esa "reducción de insumos", porque la mano de obra forma parte de "los insumos" claves para con el mismo capital producir más y con esto no queremos decir que la productividad sea dañina, no, no lo es en el sistema socialista, porque el socialismo no concentra la riqueza sino que la distribuye y eso para los capitalistas es fatal. El resto del editorial forma parte principal la manipulación elevada a la máxima potencia cuando dejan entrever que la política solidaria desarrollada desde PDVSA a favor de los países pobres del continente, incluyendo los donativos a los pobres de EEUU, a los editorialistas de el 2001, les molesta y consideran "un error" que se le otorgue subsidios a los pobres, sin embargo, jamás dijeron "esta boca es mía" cuando se subsidiaban a las trasnacionales Estadounidenses con la trampa aquella de " es nuestro principal socio comercial", por ejemplo como sucedió en la llamada "era Giusti" en PDVSA, en donde, con la estrategia gringa, se desataba una carrera loca por la producción excesiva con el objetivo de causar la baja de los precios, las exoneraciones de la famosa "Apertura Petrolera" ¿A quien beneficiaba? ¿A los pobres de EEUU?, no, solo beneficiaron a los grandes capitales trasnacionales. Venezuela antes de Chávez será la "campeona" rompiendo las cuotas OPEP y en el fondo esto obedeció a una estrategia imperialista para acabar con la OPEP y las empresas como PDVSA, eso ya no es un secreto para nadie en este país.
La intención fundamental para analizar estos "cañonazos" ideológicos lanzados por 2001, es ratificar una vez más que la batalla de los revolucionarios no solo se centra en buenas gestiones de gobierno, cumplimiento de las tareas que tengamos en los distintos niveles de el gobierno revolucionario, sino que la batalla ideológica es permanente; porque insistimos tanto en esto, justamente porque los llamados Medios de Comunicación, que en el fondo no son tal sino simples medios de difusión de ideas, en manos de los poderosos grupos económicos, en ningún momento se van a "pisar la manguera" atacando su sistema capitalista, ellos siempre los van a defender, mintiendo y utilizando la doble moral para ello, usando valores intrínsecamente humanos, propios y naturales con el sistema socialista pero sabiamente utilizados por el capitalismo para enajenar y alienar al propio pueblo. Esto nos deja clara otra situación, en la batalla contra el sistema capitalista, si es revolucionaria, si es socialista, es siempre una batalla sin cuartel. Esto debe ser tomado en cuenta por todo aquel que dentro de este proceso cumple una función y también para el pueblo mismo; no existe términos medios entre el Capitalismo y el Socialismo, son sistemas antagónicos, para que uno sobreviva tiene que imponerse sobre el otro, el socialismo tiene ese compromiso histórico, es el enterrador del capitalismo y nosotros, desde todas las instancias estamos obligados a contribuir en ese enterramiento, así que estimados camaradas, afilemos las palas, reforcemos los picos y chícoras y no desmayemos en la tarea de enterrar al sistema capitalista.
Ni Capitalsocialismo ni capitalismo que en el fondo es la misma cosa SI al SOCIALISMO.