Una “R” tormentosa

Como todas las medidas adoptadas por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, el cierre de los peajes del país desató, sobre todo en el Zulia, las más inverosímiles reacciones por parte de los adversarios.

Y hablo de estas reacciones, porque entre otras cosas que plantearé, me parece descabellado que alguien en un vehículo muchas veces deteriorado por el mal estado de las vías, le escriba en los vidrios: “Yo pago por mi puente”, como si le estuvieran colocando un revólver en la cabeza para que no lo haga.

La gente hace con sus recursos económicos lo que quiere en un país democrático, incluso, se me viene a la mente, que los que deseen cancelar, lleven el dinero al instituto encargado de administrar el Puente Rafael Urdaneta o directamente a la Gobernación del Estado. Pueden además lanzar la cartera al Lago si así lo prefieren, en fin, eso es problema de cada quien. En mi caso, me siento orgulloso y contento de no pagar, sencillamente, porque ese dinero de los peajes no se invertía en las carreteras. El presidente Chávez lo corroboró en Guárico y en esta región es más que evidente. En el Zulia había siete y las vías no sirven.

Hasta cierto punto entiendo como un problema económico y social, que los trabajadores de los peajes se vieran a la deriva, y protestaran por temor a quedar sin trabajo o tener la incertidumbre de perder sus prestaciones sociales.

Pero de allí a que no haya la más mínima intuición del dinero generados por los peajes de la región, me parece una desproporción, mucho más sabiendo que a duras penas amplían un tramo de la Lara - Zulia, que va de Maracaibo a Cabimas. ¿Cuántos choques se han producido porque esa vía no cuenta con isla central? ¿Cuántas personas han perdido la vida por falta de ese proyecto de ampliación que requiere no sólo una parte, sino toda la carretera? ¿No le bastó al gobernador Manuel Rosales - quien es el más críticos de la medida-, la recaudación de los últimos ocho años, para llevar esa expansión hasta El Venado y evitar los accidentes que enlutaron tantos hogares zulianos durante su gestión?

Desde siempre se ha dicho, que el dinero del puente, se utiliza para el cuidado de esta estructura, pero ese mantenimiento no se hace mensualmente, ni siquiera anual. Y hablamos de 10 millones de bolívares fuertes, según cifras de prensa.

Hace poco, se construyeron los otros peajes regionales. El argumento fue el mismo: mantener las carreteras como una “pizarra”. El tiempo pasó y no se vieron los resultados.

Ahora el cuento es otro: los peajes no son rentables y sólo se recoge para cancelar a los empleados, sin embargo, patalearon con la medida, cuando en esas condiciones debió ser para ellos un gran alivio que los liberaran de un negocio improductivo.

Por eso creo que todo es cuento. No tengo pruebas para decir que en el Zulia el dinero de los peajes fuera la caja chica de la Gobernación, tal como se escuchó por ahí, pero tampoco he visto acciones que me hagan pensar lo contrario. Más bien se observa, que la “R” de la recaudación ha sido más tormentosa para la oposición zuliana, que las tres del presidente Hugo Chávez.

La recaudación del puente es supuestamente utilizado por el Ejecutivo regional, para la ejecución de proyectos, pero cuando buscamos las grandes obras, lo que observamos es la Circunvalación Tres.

Esta avenida es un monumento a la desidia. Otra situación se planteara si demostraran que con la recaudación del puente y los otros peajes, se construyó esta carretera o alguna otra obra, pero, no es así. El gobierno de Rosales, así como en seguridad policial, es un fracaso en materia vial. No debe chillar entonces.

Esas reacciones se dan por el dolor que siente él y otros cuarto republicanos, cuando se les tocan sus intereses, además de esa absurda posición de llevarle en todo la contraria a Chávez.

No tienen más argumentos que la descalificación al Presidente y a su gestión. Bueno, qué puede esperarse de un sector capaz de alegrarse pensando que había fracasado la “Operación Emmanuel”, en la que liberaron a Consuelo González, Clara Rojas y su pequeño hijo, tres seres humanos, solamente porque estaba metida la mano del comandante.

albemor60@hotmail.com


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Alberto Morán


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