Carta abierta a la compatriota Eva Golinger

Propuesta sobre la solidaridad.

Estimada compatriota.

He leido su artículo sobre la urgencia de una política de solidaridad y comparto sus procupaciones sobre el tratamiento a los camaradas internacionalistas y la imperiosa necesidad de dotarnos de una política sobre este asunto. Creo que los revolucionarios bolivarianos debemos distinguir - mas no separar nu mucho menos antagonizar - las politicas del Estado y el gobierno bajo la jefatura del comandante Hugo Chávez Farías, de las responsabilidades del movimiento social y político que asume la defensa y desarrollo de la revolución bolivariana; no solo porque se trata de dos ámbitos diferenciados de la acción política sino porque ayuda a potenciar las fuerzas reales del movimiento revolucionario con independencia y autonomía frente al Estado que tiene, como sabemos, limitaciones en su conducta internacional.

En ese sentido, estimo necesario que esa se una de los objetivos mas importantes a cumplir por el agrupamiento de fuerzas revolucionarias que se esta tratando de construir en este momento, pero su desarrollo debe aglutinar, en su conformación y dirección política, a los sectores más diversos que comparten los postulados fundamentales del proyecto revolucionario consagrado en el texto constitucional.

En torno a esto, estimo importante considerar la propuesta de realizar en Argentina o Brasil un Encuentro Mundial para la Solidaridad Militante con América Latina y el Caribe, del cual derive la creación de un Frente Mundial de Apoyo a los Pueblos de Nuestra América.

A ese respecto pienso que debe superarse los viejos esquemas del internacionalismo de las vanguardias políticas y sus límites en la denuncia contra el imperialismo, para iniciar un nuevo esquema que ubique la solidaridad en términos prácticos y concretos de las necesidades de la revolución, como son los casos de la sanidad pública, la producción alimentaria, la formación profesional en áreas estratégicas de la agricultura, el petroleo, la petroquímica, los medicamentos, etc.

Me pregunto, cuantas municipalidades, gobiernos provinciales y gobernaciones autónomas de los países del planeta estan bajo la dirección de partidos y movimientos progresistas que puedan estar en disposición de apoyar estas iniciativas?. Cuantos centros educativos de tercer y cuarto nivel en el planeta estan bajo la dirección o rectoría de corrientes progresistas que pudieran apoyar políticas concretas dirigidas a países y comunidades con necesidades básicas, los cuales puedan ser invitados a apoyar programas dirigidos a los sectores socialmente débiles?. Acaso no existen miles de profesores jubilados y activos, investigadores jubilados y activos con posiciones públicas de solidaridad y apoyo a las luchas de los pueblos contra el neoliberalismo que, bajo la figura del intercambio académico, el año sabático (suerte de permiso remunerado para el estudio y la investigación) o la simple incorporación voluntaria y gratuita, pudieran venir de diversos rincones del mundo a compartir sus conocimientos y experiencias en la solución de problemas concretos de la economía y la sociedad en tranición y transmitir sus inestimables conocimientos a nuestros profesores, investigadores, estudiantes y cuadros de la administración pública y la gerencia social?. Y que decir de los gerentes públicos y privados jubilados y activos de otros países que pudieran por cortos, medianos y largos períodos venir al país a transmitir sus conocimientos e incluso, participar en al vida productiva de nuestras cooperativas, empresas de producción social, empresas públicas, empresas mixtas y empresas socialistas vinculadas con el modelo de desarrollo endógeno que promueve nuestra revolución?.

Si en Nicacaragua se recogió el café, en Cuba se ayudó en la zafra azucarera, en Vietnam se curaron enfermos, en Angola se enseñó a leer y a escribir; ¿Por qué hoy no podemos reeditar esa hermosa epopeya civil en la revolución latinoamericana y caribeña?.

Ese tema cardinal de la lucha antimperialista debe ser asumido, no solo desde los gobiernos sino desde las organizaciones del pueblo, porque esta solidaridad social y humana debe estar por encima de las posiciones, definiciones y acciones de los gobiernos y asumirse desde la ética de la solidaridad incondicional con los pueblos en su lucha por la liberación.

Si en algo puedo contribuir a la materialización de su propuesta, estoy a sus gratas órdenes.

Salud!

yoelpmarcano@yahoo.com



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Yoel Pérez Marcano


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