La historia política de Venezuela está llena de ejemplos que ilustra de una manera concreta esa búsqueda permanente por parte de los gobernantes de turno de apoyarse siempre en la emocionalidad colectiva como base de sustentación (las masas) que contribuye a verificar la aceptación de los programas de gobierno y tesis programáticas a través de una especie de “monitoreo social” que les permitía y les permite a los dirigentes políticos saber que tan lejos o tan cerca se encuentran de que sus acciones de gobierno tengan una elevada comprensión y apoyo por parte de la colectividad en general(el pueblo) y una correspondencia transparente en el campo ideológico entre el sector gubernamental con sus ciudadanos y ciudadanas, si esto es así, estamos en presencia de” la eficiencia política”.
Desde hace más de 200 años en Latinoamérica hemos observado cómo regímenes de corte populistas se han instalados unos tras otro, apoyándose en la emocionalidad colectiva, es decir, el afecto de las masas hacia sus dirigentes sin importar el cumplimiento de las ofertas electorales o la insatisfacción en la población por la mala gestión pública o la violación de los derechos humanos. En el caso de Venezuela, podemos observar, que en el siglo 19, los primeros 30 años aproximadamente se caracterizó por la larga guerra de independencia y el nacimiento y muerte de varias repúblicas, que se estabilizaron a partir de 1830, donde comienzan a desfilar por poder, personas que se sustentaban en sus “prestigios y actos heroicos” en sus luchas emancipadoras, y así a lo largo de ese siglo, aparecieron gobernantes populistas y caudillos que siempre tenían como norte, la consecución del apoyo político de las masas y comprensión por parte de los gobernados de su acción política. Ya en el siglo 20, la historia política de Venezuela, a rasgos generales se puede dividir en dos: una primera mitad, llena de dictaduras militares(los andinos en el poder) y el nacimiento del Estado moderno y una segunda mitad, que se caracterizó por la alternancia en el poder (pacto de punto fijo o puntofijismo) por dos grandes partidos nacidos en la primera mitad del siglo 20, como eran Acción Democrática y Copey, en este punto, es menester puntualizar algunos comportamientos políticos desarrollados por estas organizaciones políticas, en primer lugar, el uso de una exaltación a la emocionalidad colectiva, ejemplos: el uso de los mítines políticos en las campañas electorales con toda un gran parafernalia: música, tarimas, el uso de franelas, gorras, cascos, banderas del color que identificaba el partido político, en el interior del país era muy típico las entregas de la plancha de zinc, el saco de cemento, etc., pero sobre todo el suministro de bebidas alcohólicas entre los asistentes a esas concentraciones políticas, el uso de jingles y lemas que ayudaran a proyectar y afianzar la emocionalidad colectiva, existe una muy famosa que decía “adeco es adeco hasta que se muera”, “ese hombre si camina”, “caldera es el hombre”,etc. En segundo lugar, la existencia de un sistema electoral que permitía el financiamiento de los partidos políticos mayoritario, además, las posibilidades de manipular los resultados eran altas(“acta mata voto”) que en las mesas electorales, los representantes de los dos partidos político mayoritarios(durante 40 años) se repartían los votos emitidos a favor de parcialidades distintas a AD y COPEY,
En el tercer lugar, desde el punto de vista ideológico, tanto la social-democracia, como la democracia cristiana, sus voceros de manera constante y reiterativa, destacaban y reforzaban en las mentes de la población venezolana, el rechazo a todo lo que tenga que ver con el comunismo y destacando las bondades del capitalismo como el mejor sistema de vida, que etiquetaban esta emocionalidad colectiva en arraigar el anticomunismo como una posición y visión de vida y en cuarto lugar, una política clientelar, caracterizada por un discurso populista y demagógico, el ofrecimiento de empleo y prebendas, que tenía como contraprestación la obligación de inscribirse en el partido, asistir a todo tipo de reuniones políticas, a ser miembro de mesa electoral, etc.
Con todo este escenario de finales del siglo 20, toda esa posible eficiencia política fue perdiendo base de sustentación a través de la emocionalidad colectiva, ya que los escándalos políticos por motivos de la corrupción administrativas eran cada vez más frecuentes, la deformación de unos partidos políticos que dejaron de ser de masa para convertirse en cenáculos y grupos pequeños que luchaban por enriquecerse en el poder, en donde el militante de base no se sentía identificado con su dirigencia, logró hacer disminuir de una manera dramática cualquier vestigio de emocionalidad colectiva hacia esos partidos políticos que pesaba sobre ellos, eso explica, en parte la derrota de la cuarta república en las elecciones presidenciales de diciembre de 1998.
Toda ésta explicación viene dada a través de un paseo rasante por la historia política venezolana de los últimos dos siglos en lo referente a la vinculación entre la eficiencia política y emocionalidad colectiva en Venezuela, en donde se puede inferir que la dirigencia política en funciones de gobierno se sostiene sólo sobre la base de la emocionalidad, en algún momento, las masas dejan de ver “atractivo” a esos líderes que antes seguían, ya que estos , “descuidan” la formación ideológicas de sus habitantes.
Entre las consecuencias de sustentarse por parte de los políticos de la emocionalidad colectiva va desde una relación clientelar entre dirigentes y dirigidos hasta el desarrollo de un culto a la personalidad. Todo esto me lleva a pensar que lo ocurrido en diciembre del 2007 con los resultados por la consulta que se le hizo a la población venezolana con respecto a la propuesta de reforma constitucional presentada por el presidente de la república y en los cuales los resultados fueron adversos, es una demostración que no es suficiente toda la emocionalidad colectiva que despierta Hugo Chávez, sino que debe de haber una articulación real entre los postulados ideológicos y la aceptación, apoyo y comprensión de la acción política por parte del pueblo en general y de los militantes revolucionarios en particular. Actualmente, politólogos y analistas políticos discuten las razones de los resultados del referéndum consultivo, en donde existe una variable importantísima que la diferencia de la otras elecciones que se han realizado en los últimos diez años, es que esta ha sido la consulta electoral con mayor carga ideológica, en la que se destacó y se resaltó las corrientes anticomunista que todavía tienen fortaleza en el subconsciente en buena parte de los habitantes de esta nación suramericana.
Por lo tanto, la eficiencia política estará presente en la medida en que sea doblegada la postura ideológica capitalista y aceptemos y comprendamos que el único camino para lograr la mayor suma de felicidad posible es a través de la construcción de un socialismo bolivariano en la que el sello de distinción es que será hecho a la venezolana.
(*)Licenciado en Ciencias Políticas y Administrativas (politólogo) mención administración pública, Especialista en finanzas, Magíster en Gerencia Empresarial y actualmente Doctorando en Ciencias Administrativas.
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