Al Sr. Presidente H. Chávez y al Sr. Mario Silva

Dejo constancia…

En primer lugar, expreso mi solidaridad con los que alzan su voz contra cualquier injusticia: Trabajadores de Sidor, Orlando Chirinos, colectivo de Aporrea, colectivos protestando ante Globoterror y ante el otro terror, el Palacio Arzobispal, colectivos cuya voz no tiene acceso a estos medios, Tascón, Lina Ron, - por mencionar algunos-. A todos ellos, las palabras de Benedetti: "No quedarse inmóvil."

Como segundo punto, ejerzo mi derecho a expresarme y a discernir, dejando constancia de que:

Creo en la organización horizontal porque respeto y amo al otr@, y porque cada un@ tiene algo que aportar.

No creo en jerarquías porque son un constructo social del modelo hegemónico para la dominación. Lucho contra el ‘arriba y abajo’, porque entiendo que somos un conjunto de seres humanos ‘enredados’ por mutuas relaciones, cada un@ con su complejidad en sí mismos, conteniendo cantidades de saberes, cuyo deseo es estar integrados armoniosamente en un todo funcional en armonía con la naturaleza (redes dentro de redes). Es decir, que las propiedades esenciales del tejido social surgen de las interacciones e interdependencia de sus partes que requieren coordinación no ‘jefaturas’.

Creo en el liderazgo natural, como una forma de acompañamiento para lograr objetivos compartidos, y no para ejercer ‘el poder sobre’. En palabras de mi amigo Pedro García Olivo: “… entorpeceré el ascenso al trono de ese nuevo Dios de los pobres que, como todos los anteriores, exige obediencia y fe”.

Entiendo y ejercito la disciplina como la construcción en colectivo para obtener objetivos y metas concertados de forma perseverante y organizada. Ello, no es equivalente a obediencia ni a subordinación, instrumentos que vejan al ser humano.

Creo en la crítica pero sobre todo en la autocrítica, como característica intrínseca de todo el que se precie de revolucionario. “No aterra el error, que es tan humano, tampoco la ignorancia que es igualmente tan consustancial con nuestros límites. La incapacidad autocrítica es, sí, un poco más penosa, pero lo que aterra es cuando vemos confeccionar la historia, dibujar la realidad para convertir lo de uno en lo mejor y achacar a otros los defectos propios” (Luis E Sabini Fernández, docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA).

Creo en el diálogo argumentativo, en el poder de la idea, en la autoridad del argumento que debe dirigir cualquier debate. Rechazo, el argumento de la autoridad amparado en normas, descalificaciones, cargos o instituciones. El pueblo es la única autoridad que reconozco. Me adhiero al lema zapatista “Aquí manda el pueblo y el gobierno obedece”.

Entendí hace mucho que la verdad no es absoluta, que cada quien la percibe de acuerdo ‘con el cristal del cual mire’. De allí la importancia de la concientización para detectar las causales de la opresión y explotación, a través del diálogo y en ejercicio de la horizontalidad donde se motive el pensamiento crítico y la conciencia política.

Respeto a los anarquistas como una genuina expresión histórica en la búsqueda de la libertad, y como forma de lucha contra cualquier forma de dominación. No son ellos los enemigos de la revolución, los enemigos son, la derecha endógena y exógena, los paramilitares, los corruptos, los reformistas, entre otros genéricos.

Estoy convencida de que ‘el pueblo salva el pueblo’, ¡no necesita arrieros!

Finalmente, si creer y ejercer todo lo anterior es estar ‘inducida’ o ser ‘extraña’, ‘radical’, ‘indisciplinada’, ‘infiltrada’, pues lo soy!

*Docente de la Facultad de Agronomía, UCV.

Polanco.delia@yahoo.es


Nota

“… un Estado ‘transicional’, que abre la puerta de la sociedad soñada, de esa sociedad por cuyo advenimiento estaríamos dispuestos a sacrificarlo todo, es cabal arrimar los hombros y levantar voces para que el proyecto no encalle, aceptando sus irremediables pequeñas miserias, el lado “humano, lamentablemente humano” de toda aventura colectiva. Pero, si se certifica que el Estado ‘provisional’ es una mentira, que se ha enmascarado tras ideales tan bellos como el de la libertad, la igualdad, la autogestión..., para continuar sirviendo a intereses parciales, y es incluso capaz de recurrir a lo más bruto e intolerable del aparato del Estado para aplastar criterios disidentes, perspectivas erráticas…, que tienen el mismo derecho a existir..; si se da ese caso y, una vez más en la historia, la sofisticación del dominio y de la represión se ha servido de las banderas por antonomasia de los oprimidos y de los libertarios insobornables, entonces habrá llegado la hora de la deserción” (García-Olivo P. (2007). Mirar antes que sepultar, [en línea]. Página digital La Haine. 21.08.07. Disponible en: http://www.lahaine.org/index.php?blog=2&p=24242 )


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Delia Polanco-Loaiza*

Militante de CARIACO (Colectivo Ampliado para la Retoma e Investigación de la Agricultura Campesina y Originaria. Docente Fagro-UCV

  polanco.delia@yahoo.es      @deliapolanco

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